El Imperio de Nicea fue el
mayor de los tres estados sucesores griegos bizantinos fundado por la
aristocracia del Imperio bizantino cuando Constantinopla cayó en manos de la
Cuarta Cruzada en 1204.
Teodoro Láscaris, que había escapado a Nicea
en Bitinia seguido por algunos de sus partidarios, había establecido un nuevo
estado poniendo así las reclamaciones a la continuidad del Imperio bizantino.
En 1204, En lugar de hacer
frente el al ejército cruzado, el emperador bizantino Alejo V Ducas huyó de
Constantinopla .
En su lugar Constantino
Láscaris fue coronado en la basílica de Constantinopla, pero poco después,
junto con su hermano Teodoro, yerno de Alejo III Ángelo, tuvo que huir a la
ciudad de Nicea en Bitinia, al comprender que la situación en Constantinopla
resultaba insostenible. Teodoro sustituyó poco después a su hermano en el trono
con el nombre de Teodoro I Láscaris.
El Imperio latino,
establecido por los cruzados en Constantinopla, no logró establecer su control
sobre el antiguo territorio bizantino, por lo que surgieron estados sucesores
del dominio bizantino en Epiro y Trebisonda, así como en Nicea.
Pero Nicea era la más próxima al Imperio
latino y se encontraba en la mejor posición para intentar restablecer el
Imperio bizantino.
Teodoro I Láscaris no
logró un éxito inmediato -fue derrotado en Poemaneum y Bursa en 1204, pero sí
pudo arrebatarle gran parte de Anatolia noroccidental al emperador latino
Balduino I, cuando a este no le quedó más remedio que defenderse de los ataques
de Kaloyan de Bulgaria.
Teodoro también derrotó a
un ejército trapisondés, así como a otros rivales menores, haciéndose el más
poderoso de los estados sucesores bizantinos. En 1208, sintiéndose seguro, se
confirmó como emperador coronándose en Nicea.
A lo largo de los
siguientes años, se establecieron y rompieron numerosas treguas y alianzas,
según se desarrollaban las luchas entre los distintos estados sucesores de
Bizancio, el Imperio latino y los turcos selyúcidas del Sultanato de Rüm (cuyo
territorio también era fronterizo con el de Nicea)
En 1224 el reino latino de
Tesalónica fue anexado por el Despotado de Epiro, pero en 1230 el propio Epiro
cayó en manos de los búlgaros
En 1235 se alió con Iván Asen II de Bulgaria,
permitiéndole a este extender su influencia a Tesalónica y Epiro.
En 1242, los mongoles invadieron el territorio
selyúcida al este de Nicea, y aunque Juan III estaba preocupado tal vez porque
sería el siguiente, los mongoles terminaron por eliminar la amenaza selyúcida
sobre Nicea.
Tres años después en 1245
Juan se alió con el Sacro Imperio a través de su matrimonio con Constanza II de
Hohenstaufen, hija de Federico II. Hacia 1248 Juan había derrotado a los
búlgaros y rodeado el Imperio latino, y siguió reconquistando territorios
latinos hasta su muerte en 1254.
Juan IV Ducas Láscari hijo
de Teodoro II Láscaris le sucedió, pero como todavía era un niño, reinó bajo la
regencia del general Miguel Paleólogo. Miguel se proclamó coemperador (como
Miguel VIII) en 1259, y consiguió derrotar un ataque combinado de Manfredo, el
déspota de Epiro y el príncipe latino de Acaya en la batalla de Pelagonia.
En 1260 Miguel comenzó el
asalto de la propia Constantinopla, algo que sus predecesores habían sido
incapaces de llevar a cabo. Se alió con Génova y su general Alexios
Strategopoulos dedicó meses a estudiar Constantinopla para planear su ataque.
En julio de 1261, mientras
que gran parte del ejército latino luchaba en otro lugar, Alexios pudo
convencer a los guardias de que abriesen las puertas de la ciudad. Una vez
dentro, incendió el barrio veneciano (pues Venecia era la enemiga de Génova y
en gran medida la responsable de la toma de la ciudad en 1204). Miguel fue
reconocido emperador pocas semanas más tarde, restaurando el Imperio bizantino.
Los habitantes del Imperio
restaurado consideraron al Imperio de Nicea como el verdadero sucesor del
Imperio Bizantino, aunque aún seguían existiendo el Imperio de Trebisonda y el
principado latino de Acaya.
Acaya sería pronto
reconquistada, pero Trebisonda permaneció independiente hasta la conquista
otomana. El Imperio restaurado tuvo que hacer frente desde entonces a la nueva
amenaza que representaban los turcos otomanos que surgieron en sustitución de
los derrotados selyúcidas.
Dados los muchos peligros
a los que se enfrentaban frente a cruzados, búlgaros, turcos o epirotas, los
Láscaris trataron por todos los medios de crear nuevas fuentes de
reclutamiento.
En las huestes de Nicea
podían encontrarse, además de griegos, mercenarios alanos, armenios, cretenses,
georgianos, húngaros, serbios) e incluso selyúcidas
Pero buena parte del ejército central de Nicea
estaba formada por cumanos y -sobre todo- latinos. Los cumanos eran nómadas
asiáticos, arqueros a caballo que constituyeron una parte muy importante de los
ejércitos bizantinos desde el siglo xi.
En 1241, el emperador Juan
Vatatzés estableció como colonos militares a unos 10 000 cunamos en Tracia y
Anatolia, donde serían progresivamente helenizados y empleados en varias campañas
hasta 1320, año en que pasaron al servicio de Serbia.
En cuanto a los latinos, formaban un grupo
heterogéneo, donde había ingleses, italianos, alemanes, españoles y franceses.
Se trataba fundamentalmente de contingentes de caballería y los Láscaris los
emplearon en tal número que Vatatzés creó el rango de megakonostablos para su
jefe.
Uno de los más distinguidos jefes de las fuerzas mercenarias latinas fue
Miguel Paleólogo VIII, el futuro emperador, que tras su ascenso al trono basó sus ejércitos en ellos en tal medida que las arcas imperiales terminaron por resentirse.
https://es.wikipedia.org/wiki/Imperio_de_Nicea
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