Una de las más brillantes e incógnitas, civilizaciones, del
sudeste asiático, en la Antigüedad, denominada Cultura del Indo, existió entre
los años 2500 y 1700 a.C., la cual debía su desarrollo y riqueza, al largo río
asiático que le da nombre. Y donde sus ciudades y asentamientos, que llegaron a
superar, el centenar, estuvieron ubicados, en torno a sus cinco afluentes.
Fue contemporánea de dos grandes civilizaciones: Mesopotamia y
Egipto, siendo su progreso económico, cultural t tecnológico, comparable a las
ciudades ya citada.
Los orígenes de esta civilización, son, tanto controvertidos,
como oscuros, motivos por los cuales, su escritura, aún no se haya podido
descifrar.
En los yacimientos del Valle del Indo, no se han localizado,
restos ni de palacios ni de templos, pero sí algunas construcciones de la zona
ritual, y unas murallas situadas en la ciudad de Harappa, al norte del Indo, de
unos 12 m de alturas, y de sus torres rectangulares, que hacia
3500 a.C. únicamente era una pequeña aldea, lindante al río Ravi, que consiguió
evolucionar, hasta lograr convertirse, en una mega ciudad, pues se extendía
sobre 150 hectáreas. Posiblemente este cambio, se podría deber, a tener una
relación comercial, con los sumerios, y su mundo. En Harappa, se han localizado,
un gran número de terracotas, representando a damas desnudas, que guardan
relación con la diosa madre y su culto, en las que se puede apreciar su perfil
agrícola.
Existieron cinco grandes metrópolis, entre ellas: Harappa, que
ya hemos citado y Mohenjo-Daro, que podrían haber servido como control, sobre
las cien pequeñas ciudades, que se extendieron a lo largo, del Indo, sobre la
cuenca, hoy seca, del río Saraswati.
Mohenjo- Daro, o Ciudad de los Muertos, está considerada como
una, de las poblaciones más extensas del Valle del Indo. Fue descubierta en el
año 1922, mientras que unos arqueólogos excavaban un templo budista, donde fue
localizado un busto de un rey-sacerdote en esteatita y caliza, de unos 20 cm.
Se trata de un varón, con barba y cabellos trenzados, gruesos labios y ojos
rasgados, que conservaban, aún restos de conchas. Lleva como atuendo un manto cruzado, sobre su
hombro izquierdo, con un adorno de hojas de trébol, conserva restos de policromía.
Probablemente, fuese esa la forma, en la que este pueblo estuviese gobernado Y
eso no es todo, así como, un complejo de los Grandes Baños, ubicado en la
fortaleza, en el eje de una plaza fortificada, de 12x7 m, posiblemente de
carácter ritual.
Las ciudades construidas a base de ladrillos cocidos, de
medidas estándar, contaban con suelo empedrado. Tenían instalando un sistema,
para la conducción de aguas residuales, a la vez que disponían de pozo públicos
y privados, que suministraban agua a sus habitantes
En las ciudadelas, se podrían localizar, los mayores
edificios, que, sin duda, alguna, estarían al uso público, y no aparecían como
barrios desordenados, más bien, cumpliendo unas normas que sus gobernantes
impusieron
Casi todas las viviendas tenían iguales peculiaridades: Un
patio central, con habitaciones a su alrededor, disponiendo en algunas de
ellas, de baños y retretes propios. Aunque no muchos pudieron vivir en las grandes
ciudades; con un ejemplo basta, el de los agricultores, que debían de vivir, en
las pequeñas poblaciones diseminadas por el territorio.
Los recursos económicos, se basaban, sobre todo, de la
ganadería y la agricultura, sin olvidar, la importancia que tuvo su comercio:
Trigo y cebada, según la crecida del río, amén de sésamo, dátiles, melones,
arroz y legumbres, utilizando la lana y el algodón para confeccionar sus
prendas de vestir.
En cuanto al ganado doméstico, se contaba con asnos, bueyes,
Búfalos de río, ovejas, perros y cebús. Del ganado se obtenía, carne y leche.
Sus excrementos eran aprovechados como combustible y fertilizante
Y su religión, algunas fuentes afirman que el culto
al dios Shiva, podría ser lo más probable. Todo esto se aclarará, cuando
sepamos descifrar su escritura, sobre todo la que va impresa en sus sellos
característicos, de esta cultura
¿Por qué desapareció?
Muchas y variadas son las hipótesis, que rodean este tema,
aunque uno sea el más utilizado para este caso:
La invasión de los pueblos arios en el año 1500 a.C. Aunque no debemos
dejar de lado, otras suposiciones, tales como, las prolongadas sequías. La tala
indiscriminada de árboles, así como los movimientos tectónicos, que en el año
1700 a.C., en Mohenjo -Daro, ocasionaron, una transformación en el cauce del
río, para finalizar con posibles problemas políticos, que terminaron con esta
cultura.
Fue un duro final, para la civilización urbana del valle del Indo, que
ve como se reduce su población y sus recursos, con ello, se tambalea, el
comercio que es el sustento de las grandes ciudades quienes se desploman
gradualmente. Por lo que, muchos asentamientos son abandonados, pero no
destruidos, surgiendo, al suroeste, otros más pequeños. Seguramente, cuando los
arios invaden el valle del Indo, aquellas grandes ciudades, ya habían dejado de
existir.
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