Muchos
irlandeses buscaron su trocito de sueño en el continente americano. Entre ellos
se encontraban los Kelley- Bridget y Peter. Más tarde vendrían al mundo dos hijas
Honora en Boston en el año 1857 y Delia Josephine en 1859.
Bridget
Kelly falleció a consecuencia de un
brote de tuberculosis cuando ambas niñas muy pequeñas. Peter, no superó nunca
esta pérdida, los que le conocieron, decían que aquel zarpazo de la vida le iba
sumergiendo poco a poco en la locura.
En
los periódicos de la época aparecía una sorprendente a la vez que terrorífica
noticia “Peter Kelley sastre de profesión, mientras trabajaba se cosió los
párpados. Esta noticia la tenemos que poner en interrogación, por no tener base
para asegurar si fue verídico. Únicamente sirve para hacernos una idea del
hogar en el que la pequeña Honora y su hermana se estaban criando.
Con
seis años, en 1863, Honora y su hermana Delia Josephine, de cuatro, fueron
llevadas por su padre al Orfanato Femenino de Boston aludiendo que le resultaba
imposible hacerse cargo de ellas.
Según
documentos de dicha institución, un año después, 1864, con siete años, Honora
se iría como criada al domicilio de Ann C. Toppan, en Massachussets. Aunque nuca
fue prohijada debidamente por el matrimonio Toppan, Honora cambió su apellido
por el de ellos, así como su nombre de pila pasándose a llamar Jane Toppan de
ahí en adelante.
En
cuanto a su hermana Delia, esta permaneció en la institución, hasta bien
avanzado el año 1868, año en el que se marchó a una casa en calidad de servicio
doméstico. Lo único que se sabe de ella, es que años más tarde, que acabó
ejerciendo la prostitución para terminar muriendo alcoholizada y en la
indigencia.
En
1885, los Toppan, envían a Jane al hospital de Cambridge (Massachussets) para
que estudiase enfermería, alternando los estudios con el cuidado de los enfermos.
Aquello le hizo descubrir el poder de los muchos fármacos opiáceos que existían.
Fue
entonces cuando Jane tomó una decisión que marcaría su vida, experimentar con
los pacientes, especialmente con aquellos a los que había que medicar con morfina
y con atropina, además de variarles las dosis recomendadas por los facultativos
con la intención de observar los efectos en su sistema nervioso.
En
casos de altas sobredosis, los pacientes entrarían ya en coma. Entonces Jane se
acostaba al lado de ellos abrazándoles hasta el momento de su muerte. Cuatro años más tarde, 1889, se fue a trabajar
al Hospital General de Massachussets, donde poco duró, pues fue sorprendida al
actuar como hizo en el anterior trabajo, administrando altas dosis de
medicamentos a los pacientes por iniciativa propia.
En
el año 1895, trabajaría como enfermera privada, en una carrera en la que estaba
prosperando, y eso, a pesar de sus múltiples denuncias por robo.
En
1899 se produciría lo que fue su primer asesinato demostrado, cuando envenenó a
una antigua compañera de orfanato llamada Elizabeth con una altísima dosis de
estricnina.
Principios
del año 1901. Jane se traslada a Cataumet, a la casa de Alden Davis, para
atenderle de una grave depresión, motivada por el fallecimiento de su esposa. Lo que Alden desconocía era que la propia Jane
había envenenado a su esposa.
Jane
Toppan, no paró, y en cuestión de semanas, envenenó a Alden y a dos de sus
hijas. Como el viejo Alden había fallecido “en trágicas circunstancias”, a Jane,
como era de esperar se le acabó el trabajo, así que no tuvo más remedio que
retornar a Boston.
Allí
Localizaría, al viudo de Elizabeth, su antigua compañera de orfanato a la que
había envenenado. Se le había metido en la cabeza, casarse con él.
Muy
cuidadosamente elaboró un plan: eliminar
a la hermana del hombre, para posteriormente envenenarle a él y así curarle, lo
que, a los ojos de este, pasaría por ser una enfermera muy capacitada. Inclusive
llegó a tomar veneno, con el fin de ganarse la simpatía y la confianza del
hombre, sin embargo, esta argucia no le funcionó y fue expulsada de aquella
casa.
Mientras
tanto las personas que se habían salvado de una muerte segura de la familia Davis,
acordaron solicitar una autopsia, ya que una duda les rondaba en la cabeza, que
las muertes del matrimonio así con las de sus dos hijas hubiesen sido por
causas naturales.
El
informe del forense les sacó de la duda “Al menos la hija menor de Alden Davis,
la última en morir, ha sido envenenada”. Cuanto la policía tuvo noticia de lo
sucedido, emite de inmediato una orden de arresto contra Jane Toppan por
asesinato, detención que se produjo el 26 de octubre de 1901.
Ya
en comisaría, Jane confesó haber matado a once personas por envenenamiento.
El
23 de junio de 1902 el tribunal que la juzgaba la declaró no apta para ser
juzgada debido a “locura”, por lo que decretaron su internamiento de por vida
en el frenopático de Taunton.
Después
hablando con su abogado, Jane declararía haber acabado con la vida de un total
de 31 personas.
Durante
dos décadas, Jane Toppan brilló en todas las casas de la alta sociedad de New
England con sus combinados de morfina. Hoy en día es considerada como la
primera mujer «Ángel de la Muerte» de América.
Jane
Toppan murió en 1938 a la edad de 81 años. Tiempo después, el grupo de personas
que forman el equipo médico del hospital psiquiátrico en el que estuvo recluida,
la recordaban como «una mujer tranquila». No obstante, su cerebro creaba
delirios homicidas. Allí estuvo encerrada durante 36 años
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