PANDEMIA COCOLIZTLI LA VIRUELA NEGRA




Con el arribo de los españoles a México, llegaron también nuevas enfermedades, hasta entonces desconocidas para los nativos.
El primer visitante, allá por el año 1519, que se extendió hasta el 1520, fue la epidemia de la viruela, que ocasionó ocho millones de de muertos.

A la viruela le siguió el sarampión, la parotiditis( o paperas), el tifus, la desnutrición, la esclavitud, la explotación e incluso el alcoholismo.

No puede extrañarnos, que ante unas personas que no tenían defensas para estas enfermedades, finalizasen sus días metidos en la vorágine de una enfermedad desconocida para ellos.

Debemos destacar que desde el  año 1519 y 1600, la población indígena  mexicana, pasó de tener una población entre 15 y 30 millones  a tan solo dos millones, por estas las pandemias y otras diversas enfermedades 

Basada en una estimación de 30 millones de habitantes, la mortalidad en este periodo fue del 93%; con una población de 10 millones, habría sido del 80%.


La viruela, el sarampión y las paperas jugaron un papel importante, con al menos siete millones de muertes.
Los cambios en el modo de vida y la llegada de agentes biológicos, imposibles de parar, debido a la falta de defensas, estos se encargaron de « realizar una selección» con la que se vieron afectados.

La mayor cantidad de muertes fue causada por el cocoliztli, enfermedad desconocida para nativos y europeos.

En la lengua náhuatl, la raíz coco se asociaba al concepto de enfermedad. Así que, en el siglo XVI, a las epidemias se les denominaba Cocoliztli así, que, originalmente fue «enfermedad, mal, peste, epidemia».

No obstante, este vocablo perdió su significado original cuando la enfermedad comenzó a cobrar la vida de los nativos, indígenas y españoles.

1976 Ciudad de México

En julio de 1576, se supo que la enfermedad llegó a  la Ciudad de México. Un mes después, agosto,  comenzó a propagar a otras ciudades como Culhuacán y Tecamachalco. Y ya en septiembre se extendía de Sonora a Guatemala.

Desde ese momento hasta marzo del año siguiente, ocurrieron la mayor cantidad de muertes de la epidemia. Se estima que de los cuatro millones de habitantes nativos, dos millones perdieron la vida. Con «términos absolutos y relativos» la epidemia de 1545 fue una de las «peores catástrofes demográficas en la historia de la humanidad».
Los síntomas, mencionados por los escritores de aquellos tiempos, la enfermedad parece haber sido un tifus ó más bien una fiebre tifoidea.

Pero aquello era la punta del iceberg: Pocos los hospitales con los que se contaban para recibir un enorme número de enfermos.

Los hombres que llevaban la tarea de recoger y enterrar a los que fallecían, eran mínimos o cortos.

No llegaban las sepulturas para colocar tantos muertos, así que tuvieron que abrir enormes zanjones, dentro de los cementerios y de los templos.

Alrededor de la ciudad, se consagraron grandes campos. Como el numero de cadáveres, sobrepasaba lo humano, estos permanecieron apilados en la calles y patios de la casas durante días.
A tener en cuenta

Poco antes de la epidemia de 1576, el médico Francisco Bravo estudió la situación geográfica de la capital novohispana. Concluyó que «su ubicación, clima y ambiente lacustre la hacían propensa a padecer frecuentes epidemias».

Dadas las creencias de la época, se citó a los planetas y cometas, como causantes de la enfermedad, a la ira divina que buscaba venganza por la idolatría e incluso las costumbres y complexión de los nativos. Agregando las condiciones climáticas, los médicos aseguraron que se trataba de una pestilencia.

Obligados por el alcance de la enfermedad, las autoridades se vieron obligadas a tomar «medidas extremas».


El virrey Martín Enríquez de Almansa consignó a grupos de personas para que  visitasen a los enfermos, solicitó la opinión de médicos y ordenó a los religiosos confesar a los afectados, (   aquí este personaje parece  que se porta bien ) , veremos que pasa cuando editemos su biografía

Las órdenes religiosas (franciscanos, agustinos, jesuitas y dominicos) se dividieron la ciudad por barrios, asumiendo  diversas tareas: administraban los sacramentos, daban alimentos, ropas y medicinas, hacían retirar y enterrar los cadáveres y recogían a los niños huérfanos.

Ciertos descubrimientos, condujeron a Hernández a creer que la causa de la enfermedad era «veneno» (término utilizado en esa época para hacer referencia a la alteración de los humores del organismo y a enfermedades que iban «más allá de los límites comunes de la naturaleza humana»

No obstante, en un estudio publicado por un grupo de investigadores en 2018 en Nature Ecology & Evolution, estos identificaron a la Salmonella entérica, en restos óseos de decenas de humanos enterrados (de acuerdo con la datación por radiocarbon) durante la epidemia de 1545 en Teposcolula-Yucundaa, Oaxaca.

Los autores  dicha investigación han resaltado en su estudio que la epidemia probablemente estuviera causada por la combinación del patógeno, junto con otras circunstancias. Una posible sequía y los cambios sociales: colonización y reasentamiento de los pueblos nativos.

Así como el cambio en  los hábitos higiénicos de la población lo que facilitó la aparición de la epidemia.

Recabada información en : 


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