DESAPARICIONES DE PERSONAS La desaparición de Ashley Freeman y Laura Bible

El 29 de diciembre de 1999, las compañeras de instituto y amigas desde la infancia Lauria Bible y Ashley Freeman decidieron pasar la noche juntas celebrando el 16º cumpleaños de Freeman.3

Bible recibió permiso de sus padres para pasar la noche en la casa de Freeman, recordándole que debía regresar temprano por la mañana para ayudar en las labores de la granja familiar. Más temprano ese día, las chicas habían pasado tiempo en una pizzería local con la madre de Freeman, Kathy.

Aproximadamente a las 5:30 de la madrugada del 30 de diciembre de 1999, un transeúnte llamó al 9-1-1 indicando que la casa de los Freeman estaba envuelta en llamas. La policía determinó que el incendio había sido provocado.

En la casa, se localizaron los restos carbonizados de Kathy que estaban en el suelo de la habitación le habían disparado en la parte posterior de la cabeza.

Como no consiguieron localizar otros restos, dieron por sentado que el padre de Ashley, Danny Freeman, había matado a su esposa y huido con ambas chicas, un tipo irascible que traficaba con drogas

El coche aparcado de Bible estaba en el camino de entrada de la casa con las llaves en el contacto. Como los padres de Bible no se fiaban de las fuerzas del orden, ellos procedieron a mirar entre los escombros.

Lorene y Jay, descubrieron lo que parecía ser otro cuerpo y lo notificaron a la policía. Se determinó que el segundo cuerpo era el de Danny; al igual que a su esposa, también le habían disparado en la cabeza al estilo de una ejecución, en este caso en el rostro

En 2010, la familia Freeman inició un proceso judicial para declarar a Ashley legalmente muerta

DIECIOCHO AÑOS MÁS TARDE

Unas fotos tomadas por una Polaroid permitieron saber parte de la verdad. Una pista nunca atendida pudo cambiar el destino de dos niñas que eran fotografiadas por sus asesinos y violadores en cautiverio.

Esas fotografías han salido a luz gracias a la novia de Warren Philip Welch que las descubrió en una maleta que Warren había dejado en la casa que ambos habían compartido, ya que este estaba detenido por violencia de género.

Ashley Freeman y Lauria Bible tenían ambos 16 años. Fueron secuestradas, torturadas y violadas antes de ser asesinadas por tres traficantes de metanfetamina en Oklahoma, Estados Unidos

familia de Ashley

La medianoche del 30 de diciembre de 1999 tres hombres llegaron hasta la casilla de los Freeman. Eran el mismo Welch y sus cómplices y socios Ronnie Dean Busick y David Pennington. Fueron con intención de vender drogas

De acuerdo a lo reconstruido por los investigadores, las niñas habrían irrumpido en la escena de la transacción y todo se habría ido de cauce. Las niñas comenzaron a correr para huir de los traficantes, pero no lo consiguieron.

Tras asesinar a los Freeman y raptaron a las jóvenes. "Dos putitas", las calificaban según el recuento de los testigos que se animaron a hablar a medida que los homicidas y violadores fueron muriendo y la conciencia ya no toleraba el secreto. Una de ellas fue la ex novia de Welch.

Las trasladaron a una de sus guaridas. Las ataron, las torturaron y abusaron de ellas. Finalmente las estrangularon sacando fotografías. Las fotos las mostraba atadas y amordazadas, tendidas en una cama, demacradas y mirándose una a la otra, para luego enterrarlas en un pozo

Ni Welch, ni Pennington, jamás pagarán por lo que hicieron, ya que el primero murió con 61 años en el 2007. Y el segundo con 56 años en el 2015

Ronnie Busick es el único de la banda de las fotos Polaroid que está aún vivo. Quedó detenido por las muertes de la familia Freeman y la desaparición de Ashley y Lauria

El sadismo de Welch se multiplicaba. Su ex novia -cuya identidad no trascendió- relató a los detectives que el traficante había "decorado" su vivienda con los posters en los que la familia pedía ayuda para dar con el paradero de las niñas. "Se busca"; "recompensa de 50 mil dólares"; "desaparecidas".

Laura y su madre

Las imágenes Polaroid habían sido vistas por muchos. Decenas de personas. Pero todos con una vida miserable que prefirieron mantener el secreto de los asesinos y no abrir la boca.