México
1840, el algún lugar del Bajío, México- Señora ha tenido usted un niño. ¿Cómo lo
va a nombrar?-.
-
Francisco – contestó la parturienta.
Aquel
chamaco de nombre Francisco y de apellido Guerrero , también nombrado Antonio
Prida, llegaría a ser , con los años un asesino en serie, siendo el primer
asesino en serie del cual se tuvo registro en México, pero no sería el primero
ya que ese “ honor” le correspondió
a Felipe Espinosa, quien asesinó en la CD. De México alrededor de
20 mujeres dedicas a la prostitución
durante los años 1880 y 1888, y una última que era una anciana aunque no
parecía ser una prostituta, aunque existen fuentes que lo atestiguan
Mientras
nuestro amigo cometía toda clase de tropelías, cruzando el charco otro asesino
en serie hacia lo mismo en Europa, por
más señas en Londres, era Jack el destripador, ni que decir tiene que autores de su época llegaron
a compararle con él.
A
Francisco sus paisanos le apodaban el chalequero, por su
afición a llevar chalecos charros.
Y la prensa, cuando se refería a él lo hacía llamándole “Barbázul mexicano”. “Destripador mexicano o del río
Consulado” y “Degollador del río Consulado “.
El
Chalequero parece ser que residía en el barrio de Peralvillo, a la vera del río
Consulado en la Ciudad
de México, de ahí alguno de sus apodos.
Su
familia era de lo más pobre, fue el decimoprimer hijo, con la ausencia de
un padre y con una madre que le
golpeaba sin miramientos.
En
1862, con 22 años, decide abandonar el hogar e irse a vivir a la Ciudad de México, donde
encuentra chamba como zapatero.
Jamás trató de ocultar su misoginia, que
es la aversión u odio, o la tendencia ideológica o psicológica que consiste en despreciar a la
mujer como sexo y con ello todo lo considerado como femenino.
Aún
así estuvo casado como una mexicana llamada María, llegando a
ser padre cuatro veces, y otros tantos extramaritales, de las que conocía a
dos de sus hijas, las que tuvo con Mucia
Gallardo, a la que apodaban como la Burra
Panda. Amantes las que
quería, las cuales, de hecho llegaron a
mantenerlo (por eso el apodo de Barbázul), e incluso pudo haber ejercido como
proxeneta.
Todos
sus vecinos conocían lo que el Chalequero hacía, pero nadie le denunciaba por
temor a sus represalias, pues no era la primera vez que Francisco alardeaba de sus crímenes. Pero
ante todo era devoto de la Virgen de Guadalupe, a la
que tenía gran devoción, y católico, y de haber ejercido de sacristán durante su infancia.
Los
que le conocían lo describían como “guapo,
elegante, galán y pendenciero” (anónimo 1888).
El
chalequero peinaba bigote carbón, un ungüento de pez y jazmín, escondiendo el
cuchillo bajo una faja de brocatel de
damasco y oro, y sus estrecho pantalones eran de cachemir
negro con galones de pesos de
plata en el pernil, camisas de seda blanca, chaquetas charras con vivos de
cuero y chalecos cerrados con herretes de agujetas y botones de hueso.
El
lugar donde tomaba aguamiel de pulque y tequila, y que lo hacia sin moderación
tenia por nombre la Cantina
de los Coyotes, sita en la calle de Padre Lecuona. Allí es donde encontraba a las meretrices quienes le
ayudaban para que pagase sus ocios y el limpiabotas.
Algunas
de las prostitutas que se lo rifaban
podían ser degolladas con el cuchillo que el Chalequero llevaba de pelar
borregos, y arrojadas al río Consulado al no haber soltado el dinero requerido
por él.
Como
todas las mujeres que asesinó eras prostitutas,
como ya hemos comentado antes, se puede llegar a la conclusión que lo hacía por
lo que eran, y no era así, lo hacía porque eran vulnerables.
El
chalequero decía que todas las mujeres debían una total fidelidad a sus maridos,
el adulterio tendría que ser castigado
con la muerte, por lo que consideraba la labor de las meretrices pecaminoso pues no guardaban fidelidad a ningún hombre.
Sus
víctimas
Les
abordaba o bien con el pretexto de hacer uso de sus servicios o por pedirles fuego,
para posteriormente asesinarlas por estrangulación o degollamiento. Por razones
que no está claras, puede ser para no pudiesen ser identificadas , las
decapitaba y las arrojaba , como hemos comentado anteriormente , al río
Consulado; por eso la gran mayoría de sus víctimas jamás fueron identificadas,
tan solo se tienen los nombres de
algunas mujeres muertas , que incluso en
algunas ocasiones tan solo fueron identificadas
parcialmente .
1888 El 13 de febrero Francisco Guerrero fue detenido tras haber sido denunciado por
varios vecinos, para entonces Guerrero
hablaba sobre sus crímenes como si fuese la cosa más normal y corriente,
pero en el momento de su detención el Chalequero no negó todo.
Con Guerrero en la cárcel una nueva
denuncia llegó. Esta vez la víctima había conseguido escapar al creer Francisco que estaba muerta, y no era prostituta, era lavandera.
La mayoría de las veces, el autoritario
régimen había censurado las noticias que
hablaban sobre los crímenes, pero ahora con
el Chalequero en prisión, una gran ola
mediática no pudo ser contenida,
convirtiendo a Francisco en un hito para
las masas.
Compadeció Francisco Guerrero, conocido también
como Antonio Prida, para obviar deudas
de naipe, ante el tribunal, sin olvidar su elegante porte. El veredicto fue
unánime” Condenado a morir “.
Fue cuando llegó la noticia de que en
Londres oficiaba un destripado, al que llamaban Jack. Los diarios
mexicanos escribieron:” En Inglaterra
les ha salido un Chalequero”.
Sin embargo, el presidente Porfirio
Díaz conmutó la pena de muerte por un encierro de 20 años en el penal de San
Juan de Ulúa, que mandó construir Hernán Cortés en 1535 en el puerto de Veracruz
con piedras de coral.
San Juan de Ulúa era una prisión dura y húmeda, golpeada por las olas del mar.
Se cuenta que escribió al administrador
de la prisión para pedirle un par de
pantalones nuevos para vestirlos “como
mi educación me lo demanda”.
No se sabe si fue debido a un error,
pero Francisco Guerrero fue indultado y recobró a libertad
1908 13 de junio , el chalequero volvía a
prisión , esta vez por el asesinato de una anciana de nombre Antonia, que
jamás fue identificada plenamente , a
quien asesinó de igual manera que a las anteriores y arrojada
al río como a las anteriores,
esta vez el motivo fue que la anciana “
lo había hecho enojar “ .
En la época en la que sucedieron
estas 20 muertes, no se utilizaba la palabra asesino en serie para definir una serie de asesinatos con el mismo
modus operandi y a un mismo colectivo, y
altamente organizado con un “comportamiento refinado y
galante, solo con una mirada penetrante y vacía.” ".
El chalequero fue recluido en la
prisión de Lecumberri, sentenciado de nuevo a pena de muerte, ser ahorcado,
pero no puso ser, Francisco falleció antes de que la sentencia pudiera llegar a cumplirse.
Unos dicen que murió de tuberculosis,
otros de fiebres tifoideas, otros debido a las secuelas que le quedaron de
un accidente, hasta la fecha no se
sabe el motivo de su fallecimiento. Lo único que se conoce que el signo
final de la patología fue un trombo- embolia cerebral, y que fue encontrado inconsciente en
su celda siendo posteriormente trasladado al
hospital Juárez donde falleció. Jamás
mostró señales de arrepentimiento
Recabada
información en Wikipedia y El correo
página de Culturas y Sociedad por Martín Olmos