Se cuenta que
antaño vivía un viejo procurador , cuya
fortuna se debía al hecho de timar al
prójimo en cuanto tuvo ocasión de
hacerlo , pues se valía de la ocultación
de valiosos documentos, los cuales guardaba en
una viga , con tal de conseguir
sus perversos planes.
Pasaron los
años y a pesar de haber conseguido
reunir un gran caudal , nada se había gastado, debido al espíritu tan avaro del que siempre hacía gala , y así
murió … rico y sin importarle lo que su
conciencia , si la hubiese tenido , le reprochaba un día tras otro .
Almas como las
de procurador son estimadas por el
diablo y conducidas al infierno siendo
echadas en una de las numerosas calderas que existen.
En la tierra
alguien lloraba por la muerte del procurador, era su último cliente, un hombre
que necesitaba unos documentos que le eran imprescindibles para solventar
sus asuntos, y que ahora, con la muerte de aquel hombre, nunca lograría
recuperar pues ya se veía arruinado.
Ocurrió que un
día ante su asombro, se le apareció un diminuto hombrecillo, al que seguían dos
mulas. Educadamente le invitó a subir en una de ellas, haciendo
él lo mismo en la otra. Dio la orden de partida comenzando una vertiginosa carrera; segundos
después ante su asombro comprobó que se encontraba en el mismísimo infierno.
Descabalgaron de las
mulas y el hombrecillo le llevó hasta una gran caldera. Cuando estuvo cerca de
ella tuvo que contener para no gritar,
en ella retorciéndose de dolor estaba el procurador, quien le contemplaba con
cara de sorprendido.
De nada le servía
ahora comprender todo el mal que había causado a todos los que durante su vida terrenal,
había hecho daño, por lo que resolvió hacerle partícipe del lugar exacto en
donde había ocultado todos lo documentos… en el techo de la su casa. “Debes
contar las vigas hasta que llegues a la tercera
viga, a partir de la puerta”.
Ante aquella
revelación nuestro hombre saltó de alegría disponiéndose a salir lo más rápidamente de aquel lugar que
olía a azufre, pero entonces el Apóstol Santiago se le apareció para decirle
que el infierno está tan debajo de la tierra, que necesitaría una cuerda para ascender por ella, así que dicho y hecho
el buen apóstol le dio una soga
iniciando el hombre su larga ascensión
para llegar hasta Galicia.
Extenuado, casi sin
aliento se sentó en el suelo, pues la ascensión había sido difícil y necesitaba unos minutos para reponerse.
Una vez hubo
descansado se dirigió a una taberna para
poder comer y tomar algo, pues estaba hambriento y con sed.
Nada más poner las
monedas en la barra de la taberna, el hombre que se encontraba al otro lado las
rechazó.
- ¡Amigo! ¿Dé donde
sales? Estas monedas ya no sirven. Hace más de cien años que se retiraron -.
Ante aquellas palabras nuestro hombre sea asustó.
¿Sería posible que
aquel viaje de ida y vuelta que para él habría durado un par de minutos, en el
infierno fuesen más de cien años?
Meditabundo caminó hasta llegar a su destino, Berbes.
Lo primero que hizo
fue disponerse a continuar su vida
normal, y lo segundo ir hasta la casa del procurador cuya alma se
quemaba por siempre en el averno entre azuladas llamas.
Llegado a la casa
contó a partir de la puerta hasta la tercera viga, la extrajo y sacó los
documentos. Ahora vive feliz con su
recuperada fortuna hasta que le llame el
Creador.
LEYENDAS de Galicia y Asturias
De Francisco Caudet Yarza
LEYENDAS
Leyenda: Relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que
de históricos o verdaderos.
En el escudo de la ciudad de La Coruña, se puede observar, una torre,
una calavera y dos tibias cruzada, además de seis conchas.
La torre es la famosa de Hércules, la cual sirve como faro, situada al
norte de la ciudad, se levanta desde tiempos inmemoriales sobre un promontorio
de rocas.
Cuenta la leyenda que Hércules mató y enterró a Gerión en el aquel,
mismo sitio, y a eso hace referencia la calavera y las dos tibias cruzadas.
Las conchas nos recuerdan al señorío del Arzobispado de Santiago en
tiempos de los señores feudales.
Ahora haremos referencia de la leyenda, según la cual, Hércules perseguía
a Gerión que era un monstruoso gigante. Este monstruo es descrito como un ser
“antropomorfo” – es decir que tiene forma o apariencia humana. Según la mayoría
de las versiones estaba formado por tres cuerpos con sus respectivas cabezas y extremidades.
A veces se le retrata con alas, pero no suele usual.
Gerión era perseguido por Hércules,
pues había deshonrado a una de sus hermanas
. La persecución comenzó en tierras gaditanas hasta cerca del lugar,
donde luego se lazaría La Coruña, navegado ambos en frágiles barquillas
construidas con mimbre y forradas con pieles de bueyes.
A pesar de ser dos titanes, el viaje resultó para ambos agotador,
tomando Gerión, pues llegó el primero, tierra entre las rocas más altas. Con su
embarcación, improvisó una vivienda donde poder esconderse, aguardando hasta
que su perseguidor le perdiese la pista.
Desde el lugar que ocupaba,
Gerión creyó que su enemigo se había marchado, ya que no veía la barca de Hércules,
por lo que decidió dormitar para poder reponerse de la fatiga del viaje.
Mientras tanto Hércules había llegado al mismo lugar por la noche. El
deseo de venganza era tal, que le impidió dormir. Con los primeros rayos del sol
localizó la vivienda en la Gerión dormía plácidamente, creyendo que nunca le
descubriría.
Hércules pensó que aquella vivienda era de algún pescador, quien le
podría dar algo para comer, pues estaba muerto de hambre. Así que entró en ella
descubriendo que el tal pescador no era otro que Gerión, a quien pudo haber
dado muerte, pero que no lo hizo pues era demasiado noble y valiente. Hércules despertó a su enemigo instándole a batirse.
Durante tres días los dos
titanes se batieron, y su Hércules era más fuerte, Gerión era más hábil, ágil y
diestro.
Nos obstante Hércules obtuvo la victoria, y después de haber agotado a
su enemigo, lo mató sin piedad.
Una vez que hubo enterrado entre las rocas el cráneo de su enemigo con
sus armas, entregó su cuerpo al mar.
Sobre aquel despojos, y en
recuerdo de su victoria, levantó la torre que lleva su nombre, para después
edificar allí una gran ciudad y hacer escribir los nombres de los hombres y mujeres
que la poblaron. Se dice que una de las mujeres que fueron a vivir en aquella
ciudad se llamaba Coruña, y de aquí le viene el nombre.
La torre de Hércules sirvió de
faro durante aquella remota época, siendo su construcción diferente a la de los
faros actuales, pues encima de la torre había una gran plancha de estaño
pulimentado, de forma circular y giratoria, que brillaba con los primero rayos
del sol. En cuanto al servicio del faro para que continuara con su labor de orientar a los barcos, se hacía una hoguera
en la plataforma, por lo que al reflejarse en la plancha de estaño, suplía a la
luz solar.
Se decía que su resplandor en muchos casos, atraía a los marinos
incautos hacía las rocas donde después de estrellar sus barcos contra ellas,
sus cuerpos eran devorados por sirenas y por meigas moradoras de aquel lugar.
Desde entonces, las cercanías, y la propia torre, están habitadas por
espíritus malignos según se cuenta
Para terminar diremos que la Torre de Hércules es torre y faro.
Su altura total es de 68
metros y data del Siglo I.
Posee el privilegio de ser el único faro romano y el más antiguo en
funcionamiento del mundo.
Es también el segundo en altura,
detrás del Faro de Chipiona
En el 2009- 27 de junio- fue declarado Patrimonio de la Humanidad, por
la UNESCO. El 9 de septiembre de 2008 se hermanó
con la Estatua de la Libertad de Nueva Yorky el día 25 de ese mismo mes con el Faro del
Morro de La Habana, el más antiguo de América y uno de
los emblemas de Cuba.
Recaba información en Leyendas de Galicia y Asturias de Francisco
Gaudet Yarza / Biblioteca Encarta / Wikipedia
LEYENDAS ASTURIANAS
Mi madre nació en Asturias en la
cuenca minera, a la que amaba como a nadie, después de a la familia, en el
mundo.
Le encantaba, ¡no!, le prestaba hablar
con gente de su patria chica, y siempre le oímos decir, que como los asturianos…nadie.
De guajes nos contaba leyendas de Asturias, del Cúelebre,
del rasgu, de la guaxa, de mary-cuchillas y de otros personajes mitólogicos.
Hoy, años después, ha caído en mis
manos un libro que ella guardaba como oro en paño, su libro de las leyendas
Asturianas y gallegas, y entre ellas la del Cúelebre que paso a relatar.
« Cuenta la tradición que hace muchas
centurias y en la poética ciudad de Cangas de Onís, vivía un rey con una hija
joven y bella.
Todos los nobles, prendados de su hermosura,
disputaban su corazón, pero la princesa a nadie correspondía, decidida a
casarse únicamente por amor verdadero.
Haciéndosele imposible la espera, un día ordenó el rey que la trajeran a su presencia y con acento severo, advirtióle-- Tienes ocho días para elegir marido, si es que no quieres exponerte a la suerte de un castigo-- Breve me lo fiáis-- contestó la joven--; no me casaré hasta tanto no me sienta firmemente enamorada.
Había transcurrido el tiempo prefijado y propúsose el rey dar cumplimiento a su palabra. Invitó a la princesa a un paseo y la condujo hasta un paraje de Abamia, donde se abría una cueva de la que el vulgo contaba cosas extraordinarias: decían unos que de allí salían gemidos y suspiros; referían otros que su interior comunicaba con el mismo infierno; no faltando quién aseguraba que allí habitaba el misterioso cuélebre... ...Abandonó el rey su montura y con curiosidad fingida acercose a la puerta de la cueva; otro tanto hizo la princesa, momento en el que el padre aprovechó para, mirándola fijamente, conjurarla con estas palabras: "En esta cueva te meterás, y cuélebre te harás, y el que contigo quiera casar, tres besos en la lengua te tiene que dar..." Al instante la frágil y bella princesa se convirtió en espantoso cuélebre que se deslizó pesádamente cueva adentro.
Haciéndosele imposible la espera, un día ordenó el rey que la trajeran a su presencia y con acento severo, advirtióle-- Tienes ocho días para elegir marido, si es que no quieres exponerte a la suerte de un castigo-- Breve me lo fiáis-- contestó la joven--; no me casaré hasta tanto no me sienta firmemente enamorada.
Había transcurrido el tiempo prefijado y propúsose el rey dar cumplimiento a su palabra. Invitó a la princesa a un paseo y la condujo hasta un paraje de Abamia, donde se abría una cueva de la que el vulgo contaba cosas extraordinarias: decían unos que de allí salían gemidos y suspiros; referían otros que su interior comunicaba con el mismo infierno; no faltando quién aseguraba que allí habitaba el misterioso cuélebre... ...Abandonó el rey su montura y con curiosidad fingida acercose a la puerta de la cueva; otro tanto hizo la princesa, momento en el que el padre aprovechó para, mirándola fijamente, conjurarla con estas palabras: "En esta cueva te meterás, y cuélebre te harás, y el que contigo quiera casar, tres besos en la lengua te tiene que dar..." Al instante la frágil y bella princesa se convirtió en espantoso cuélebre que se deslizó pesádamente cueva adentro.
... Cumplido el castigo, pesaroso,
retornó el rey a palacio, sin darse cuenta de que en las proximidades de la
cueva andaba un pastor, mozo apuesto, que vio el encantamiento y oyó el
conjuro. Armado de valor, penetró en la cueva, y prendiendo fuértemente la
cabeza del cuélebre, le dio tres besos en la lengua. Al instante se rompió el
conjuro y apareció la princesita, radiante, serena y pletórica de hermosura.
Asegura la tradición que esta vez sí se enamoró la princesa de su salvador, que se casaron y que fueron reyes felices ».
Asegura la tradición que esta vez sí se enamoró la princesa de su salvador, que se casaron y que fueron reyes felices ».
Información
recabada en
Leyendas
de Galicia y Asturias
En la colina de
Luera, un viejo palacio aún está en pie y habitado, desde cuyos ventanales, se
pude divisar, sin problema, la ermita de la Virgen y la fuente que a su lado fluye.
En tiempos más antiguos,
fue residencia de unos Condes, que
gracias a un favor especial de la Virgen, fueron padres de un niño, después de
haberlo esperado durante año, por eso y en agradecimiento de tal favor,
regresaban de tierras lejanas para ver a Nuestra Señora y celebrar “La Luz de
Mayo”, y por supuesto a disfrutar parte del verano en una tierra a la que
siempre añoraban.
Los siervos de
aquellos señores feudales habitaban en casas muy pobres, que estaban situadas
en las laderas del monte, próximo al castillo
La hija de un matrimonio,
de aquellos sirvientes que trabajaban para los Condes, tenía por costumbre
subir la colina para dejar a los pies de
Nuestra Señora de Luera, unas flores que había tejido en forma de guirnalda
mientras cuidaba de las ovejas propiedad de los señores feudales.
Era tan bella y
buena, que si la Virgen le hablase, era porque se lo merecía… sin embargo no
fue así.
Un día dejó a su
rebaño de ovejas para dirigirse a la
fuente y beber de su agua limpias y
fresca, esta fuente aún se conserva cerca de la ermita
Al inclinarse presintió que unos ojos le observaban.
Cuando fue a
levantarse vio reflejada en el agua la imagen del apuesto hijo de los Condes.
La pastorcita creyó
haber encontrado a su príncipe azul, al que había esperado cuando llovía, hacía
sol, cuando el prado estaba escondido tras la niebla, o cuando el sol le
acariciaba con sus rayos.
Sus miradas se
encontraron y el amor llamó a sus
corazones.
Como cada tarde ,
aquella fuente fue mudo espectador de las promesas de amor que se hacían, de las miradas , de las
caricias, desconociendo que desde las ventanas de la Torre de Luera , la Conde les vigilaba, temiendo más por el
linaje de la joven , que por amor que
los dos jóvenes se profesaban.
- No debemos
preocuparnos, ya que en agosto o
septiembre, nos marcharemos – le decía la Condesa a su esposo.- Así que
actuaremos como siempre para no infundir sospechas.¡ Lo que nos faltaba!¡ Nuestro hijo casado con una
vulgar pastora!
Tras su marcha todo
el mundo hacia cabalas sobre el por qué, los Condes se habían marchando,
justo, recién terminada la fiesta
Ni que decir tiene, que tanto el guapo hizo de los ricos señores, como la humilde pastora, llorando de tristeza se juraron fidelidad y amor eternos.
Ni que decir tiene, que tanto el guapo hizo de los ricos señores, como la humilde pastora, llorando de tristeza se juraron fidelidad y amor eternos.
El día la despedida
llegó, y ambos jóvenes se citaron, aunque esta vez no sería la fuente quien
asistiría a su adiós, pues habían quedado en la ermita. En aquel lugar se
casaron, no ante los hombres, pero si ante Dios, teniendo como testigos a los muros y a las estrellas, prometiéndose
una vez más, eterno amor.
El joven se quitó
la cadena que llevaba colgada al
cuello con una medalla, en la que
podía ver las iniciales de su nombre y el titulo del que era poseedor, al
entregársela "Aquí tienes las arras. Guárdalas como un recuerdo".
Transcurrió el tiempo
y llegó de nuevo la fecha en la que los condes volvían para pasar el
verano….pero nadie llegó ese mes y el mes de junio tampoco Pero lo peor estaba
por llegar, pues un buen día, sin que nadie supiese el motivo… la pastorcita
desapareció del caserío. A pesar de peinar el monte, de descender a los
barrancos la joven no apareció.
Pero nosotros
sabemos que es lo que había sucedido. Ante la noticia de que iba a ser madre y
temiendo, por una parte, el castigo al que le podía someter su padre, y por la
otra el desprestigio de los Condes y de su hijo , amén de la falta de noticias
de su amado , aprovechó la noche para escapar de casa.
Cuentan que anduvo
hasta que amaneció.
Casi agotada
consiguió llegar hasta la casa de una buena mujer quien le acogió y quien cuidó
de ella, poco tiempo después la pastora fallecía , no si antes poner en
antecedentes a su protectora de quien era hijo aquel pequeño que había nacido ,
y de haber colgado la medalla al cuello del e su hijo
El niño creció sano
y robusto, ayudando en las faenas del campo a su protectora.
Para sorpresa de
todos, los Condes regresaron al final del verano para cumplir con la promesa de
todos los años.
En cuanto su hijo
intentó saber donde se encontraba la mujer que amaba, pero lo único que recibió
fue silencio,
Sobre todo, por temor al Conde
Pasaron muchos años.
Pasaron muchos años.
Una mañana por el
camino que subía a la ermita, caminaba un joven aldeano .Él también debía cumplir la
promesa que le había hecho a su madre antes de morir: "si logro este hijo
mío, lo llevaré en promesa a la ermita de Nuestra Señora de Luera".
El muchacho tomó
para si el compromiso hecho por su
madre.
Llegado a la ermita,
cansado y sediento se acercó a la fuente.
En el prado un
gaitero alegraba la fiesta al son de su gaita, mientras que los allí presentes
entonaban asturianadas, y los jóvenes en la ladera norte del monte, rompían
cazuelas de negro barro que habían contenido la leche que habían vendido en un
rito ancestral gritaban -¡Cada pedazo un beso! ¡Un beso por cada pedazo!
Aquel desconocido joven,
se arrodilló dispuesto a llevar a su boca tan preciado bien. Cuando fue a levantarse,
la cadena con la medalla se enganchó en la fuente.
Sin darse tiempo a
reaccionar uno de los allí presentes corrió hacia él, luego sujeto con suavidad
la medalla… ¡era el hijo del Conde!, que cada día esperaba el milagro de
volverse a encontrar con su amada
Gritó sin poderse
controlar
-¡Hijo mío!-.
Él le miró, y al
punto supo que se encontraba ante su padre, y una exclamación salia de su
corazón y de sus labios.
-
¡Padre mío!-.
Cuando terminaron de
abrazarse, de hablar de los recuerdos, de contar penas y alegrías, el hijo de
los condes le llevó con él a su casa.
Algún papel que otro
se tuvo que hacer, e incluso cambio de apellidos, ¿explicaciones?...las justas,
pero a partir de aquel momento el hijo
de la pastora, el peregrino que llegó a la ermita
Para cumplir una
promesa hecha a su madre, se convirtió en el heredero de todo aquel condado de Luera.
Leyendas de Asturias
y Galicia
LEYENDA ASTURIANA
Luarca,
Asturias. Esta población vivió una época en la que el dolor, y al desesperación
hizo presa entre su habitantes, pues poco a poco fueron desapareciendo, misteriosamente,
mujeres, hombres y niños, sin que se pudiese descubrir las causas, e incluso se
llegó a encontrar un trozo de vestido de una de aquellas mujeres desaparecidas,
que de nada sirvió para poder encontrar rastro de la desaparecida.
Cada día que
amanecía llenaba de temor a los habitantes de la población asturiana,
preguntándose cada uno de ellos, quien sería el próximo de desaparecer. A eso
había que sumar el hecho de la desconfianza entre los vecinos, pues podría
darse que el asesino fuese uno de ellos.
Llegó un
momento en el cual, llevados por el temor y por la devoción que profesaban a la
Virgen, acudir a la Madre del Divino Redentor, para que les protegiera.
Después de
muchas lágrimas y ruegos, la Virgen les reveló, que la causante de aquellas
desgracias era una guaxa, espíritu maligno de la Cueva Blanca. Para librarse de
ella deberían llevar la imagen de la Virgen hasta la puerta de la guarida… al
día siguiente todos los habitantes de Luarca marcharon en procesión hasta donde
habitaba aquel diabólico ser, llevando en andas la imagen de la Virgen.
Despacio, casi
en sigilo, llegaron hasta la altura de la Cueva Blanca, y al poco de penetrar
en ella escucharon un agudo silbido, signo de que el diabólico ser estaba en ella.
Al pronto unos extraños ruidos llenaron la cueva… era que la guaxa estaba abandonando
su morada.
Aprovechando
la huída del terrible ente, se adentraron hasta lo más profundo de la cueva
encontrándose con un dantesco espectáculo… lo que quedaba de las víctimas
desaparecidas, que como trofeos, colgaban de las paredes de la gruta. Una a una,
fueron descolgadas para darles cristiana sepultura.
Desde
entonces, la localidad asturiana de Luarca, recobró su habitual normalidad, y
aseguraban los del aquel lugar… que jamás guaxa alguna volvió a vivir ni cerca,
ni lejos del pueblo.
En un pueblo donde las jóvenes acuden a la
fuente con los cántaros en la cabeza acoger agua, sucedió un
asombroso suceso.
Todo este acontecimiento
ocurrió cuando las muchachas se encontraron con el tío Gregorio , el más
anciano del lugar , que a pesar de sus noventa primaveras, mantenía la mente
despierta , y que sabía más que ninguno de historias, refranes, consejos y
sentencias.
Las zagalas rodearon al anciano
pidiéndole, casi suplicándole, que les contase alguna de aquellas historias, la cual les sirviese para llegar a la noche y finalizar
sus trabajos.
Él las miró y con una sonrisa
picaruela les contestó.- Cierto que os podría contar más de una historia, pero…
las que conozco son largas y tienen su sentencia, así que os daré un consejo -.
Un murmullo siguió a las palabras del anciano.
Del fondo del grupo de las
muchachas que rodeaban a Gregorio se oyó una voz que decía.- Para consejos
tenemos al señor cura-.
-
Cierto, pero ahora el señor
cura están con oraciones o imponiendo
penitencias por cotilleos o por beber más de la cuenta. Quizá ni
siquiera podría hacerlo como yo, en esta ocasión, puedo -. El silencio se
adueñó del grupo, hasta que la voz de Gregorio lo rompiese.
-
Es sobre vuestra acción de
bajar a la fuente más pronto y regresar más tarde-. Una muchacha de largas
trenzas les contestó.- Tenemos derecho a hablar con las vecinas, no creo que
sea pecado -.
-
Efectivamente no lo es. Sin
embargo no es ni aconsejable ni prudente que la noche os pille en la fuente -.
Aquellas palabras hicieron que a las muchachas la carne se les pusiera de
gallina.
Gregorio continuó diciendo.-
Vosotras sois muy jóvenes, y seguro que en casa nos han contado lo que le
aconteció a uno de los pastores del pueblo…hace ya muchos años. Ocurrió que el
pastor tras recorrer los pastos en busca de una de sus ovejas, que se había
extraviado, llegó a la fuente ya bien entrada la noche.
Al inclinar a beber le pareció
escuchar que unas voces salía de entre las cristalinas aguas.- ¿Quién eres?-.
Pero en vez de contestar a su pregunta, las voces rompieron a reír.
De pronto la fuente se
convirtió en un manantial, y el pastor decidió ver hasta donde le llevaba. A
pocos metros el manantial se había convertido en una cascada, tras la cortina
de agua se veían extrañas siluetas que danzaban, nuestro amigo se escondió para
no ser descubierto.
¡Allí ante el se encontraba el
gnomo la extraño que jamás pudo haberse imaginado! Poco a poco otros gnomos
fueron saliendo tras la cortina de agua. Bajo sus pies, miles de monedas de
oro, diamantes y otras joyas dignas de un
rey, se amontonaban. Los ojos de los gnomos escudriñaban la oscuridad
por si pudiesen descubrir a un posible ladrón. Aquello hizo que nuestro pastor al intentar abandonar aquel
lugar cayese en un profunda cueva no necesitando de luz alguna pues el resplandor de las joyas allí guardadas,
alumbraba la instancia. Aquí fue interrumpido por unas de las muchachas.-
¿Supongo que se cogería alguna de
aquellas joyas?-.
-
Sí, esa fue su intención. Pero
cuando estaba metiendo en su zurrón las joyas que él consideró las más valiosas,
sintió como si se encontrase al pie de la colina en que se encuentra la campana de la ermita de
Nuestra Señora del Moncayo.
Al escuchar la campa que tocaba el Ave- María, cayó al suelo mientras
invocaba a la
Santísima Virgen , sin poder encontrar explicación al suceso,
se encontró fuera de aquella cueva y en
el camino que le conducía al pueblo, sintiendo la sensación de haber salido de
un sueño.
A raíz de la aventura del pastor,
todo el mundo se explicaba por qué la fuente
trae pocas veces, pero a
veces entre sus aguas como una especie
de polvo finísimo de oro, a la vez que cuando las noche de adueña de la fuente,
escuchar las palabras engañosas de los
gnomos con las que atraen a sus
víctimas prometiéndoles incalculables
riquezas que son el motivo de su condenación.
Las muchachas una vez con los
cántaros sobre la cabeza, abandonaron el
atrio despidiéndose de Gregorio quien se quedó, así lo dijo, - un ratito más-.
Por el camino fueron hablando de la historia que el anciano, más
anciano del pueblo les había contando –
Pues yo no me lo creo -. Decía una.- Yo tampoco contestaba ora, y así una a una
fueron llegado a sus casas quedando únicamente Marta y Magdalena, que eran
hermanas y huérfanas.
La primera solo pensaba en ella,
era adusta orgullosa y de mal carácter,
todo lo contrario que Magdalena que era sencilla.
Aunque aquella noche apenas hablaron de lo que habían escuchado, al día
siguiente se hacían las mismas preguntas
que sus compañeras. Cuando llegó el momento de bajar a por agua.- Lo siento,
pero no me apetece hoy ir a la fuente -. Contestó la mayor.- Yo tampoco -, dijo
la pequeña. Y ambas vieron como el resto de las chicas se dirigían hacia la fuente.
Por la noche ambas hermanas
abandonaron su casa. Escondidas entre
los arbustos evitaron encontrarse con nadie, y ¿con quien se iban a encontrar a esas horas? Llegaron a
la fuente y sentaron esperando oír aquello que ambas, tanto anhelaban escuchar.
La primera voz fue la del
agua quien llamaba a Marta, susurrándola
que era su amiga y que debía tenerla miedo.
Que se metiese entre su acuoso elemento para conseguir ser como ella, libre y cristalina.
Yo te daré todo lo que quieras, oro, joyas, todo será tuyo.
En cambio el viento le pedía
que no hiciese caso del agua, que no corrompiese su corazón por unas joyas que
le harían perder el alma – Piensa para que quiere las alas el pajarillo, no
para bajar a las profundidades de los avernos, ¡no! , son para volar hacía el
cielo-. Y así en aquella pugna trascurría el tiempo.
Después de varios… ¿minutos?, ¿horas?,
el agua de la fuente volvió a tomar el aspecto que siempre tenía, y el viento
desapareció entre los árboles para convertirse en una suave brisa.
¡Allí ante ellas estaba el
gnomo! Su cuerpo era trasparente accionando tanto los pies como las manos con inusitada rapidez. Lo mismo estaba sobre
la tierra que bajo el agua como si se tratase de una parte más de la fuente.
Cuando el gnomo emprendió veloz
carrera el dirección al Moncayo,
Marta sintió una necesidad irresistible
de ir tras de él, mientras que Magdalena era requerida por el aire quien la
acompañaba como si de un amigo se tratase…después, todo quedó en silencio.
Magdalena regresó con grande
ojeras y mejillas pálidas, a Marta la
esperaron en vano regresó.
A la mañana siguiente junto a la fuente,
apareció cántaro de Marta hecho añicos.
Ahora las muchachas que van a
la fuente a por agua , lo hace casi de madrugada para evitar que la noche les
coja en ella , y para escuchar, pues así
lo dicen,los lloros y los lamentos de Marta intentando regresar de un mundo del
que no se vuelve .
Para finalizar diré que es posible que yo pueda o no dar
crédito a esta última parte de la historia, ya que en honor a la verdad, nadie
se ha atrevido a penetrar en la alameda para escuchar aquellos quejidos, después
del toque del Ave- María
Leyenda resumida del Poeta
Gustado Adolfo Becquer
Cuenta una historia que hace ya años vivía con su tía Clara, una
moza de gran belleza de nombre Brezo.
Mientras que Clara trabajaba muchas horas al día, Brezo, de
carácter un tanto distraído, perdía el tiempo mirándose en los arroyos, ensayando
discursos con las piedras.
Las riñas, las discusiones entre tía y sobrina eran diarias,
pues a la primera, su sobrina le parecía
que desperdiciaba el tiempo, mientras que a la sobrina lo que hacía su
tía, lo hacia por obligación.
Clara había terminado de lavar a salió al exterior de la casa
con intención de colgar la ropa. Según se acercaba al lugar donde la colgaba le
pareció ver a Brezo tonteando con uno de los muchachos del pueblo. Tanta rabia
le dio que exclamó- ¡Ojala te cases con el diablo!- .
Mucho tiempo después de aquel encontronazo entre tía y sobrina,
todo continuaba igual. Pero pronto cambiaría. Cierto día apareció en el pueblo
un hombre al que acompañaba su hijo, de buen parecer, rico, y con una edad
semejante a la de Brezo.
Juan, como se llamaba el joven apareció semanas después, cuando se celebraba una romería, despertando
pasiones entre las jóvenes, que pasaron a un segundo plano al ver a Brezo. Ante
la envidia de las chicas casaderas Brezo y Juan formalizaron el noviazgo.
Pocos días después, Brezo, comunicaba a su tía que se iba a
casar, esta no quedó muy contenta, pero nada podía hacer, pues la veía muy
enamorada.
Durante el banquete de bodas, Clara llamó a parte a Brezo- Escúchame,
es costumbre que la familia cierre a cal y canto, la habitación donde los
recién casados pasarán su primera noche de bodas. Hay que cerrar todo
menos la cerradura. Cuando Juan entre, debes echarle
un poco de agua bendita. Después todo irá perfecto-.
- No te preocupes tía, lo haré -. Pero al estar más pendiente de
su Juan que de otra cosa, se le olvidó
Como ya habréis imaginado, el tal Juan, no era otro que el mismo
diablo, que aunque parezca que tiene cuernos y rabo siempre, muchas veces se
viste de guapo galán y entonces no hay moza que se le resista.
Llegada la noche, Brezo hizo todo lo que su tía le dijo, y
cuando su marido entró por la puerta y le roció de agua bendita, empezó a dar
golpes por las paredes y se convirtió en una especie de pequeña nube grisácea,
la cual salió de la habitación por la cerradura. El se creyó a salvo, pero la
tía Clara le esperaba al otro lado de la cerradura con una botella, donde el
diablo entró y rápidamente la cerró con un tapón. Puso la botella en la ventana,
para que todos los diablos que se acercaran a ella o a su sobrina vieran lo que
podía pasar.
Un día que un mozu pasaba por allí, vio en la ventana algo gris
metido en una botella, y se acercó a curiosear. Al acercarse el diablo le rogó
que le sacara de allí y a cambio le daría una recompensa económica.
Una vez que el demonio salió, como no tenía un duro, se le
ocurrió que podían ir al castillo del Conde, el cual tenía una hija. El demonio
se metería dentro de ella y la enfermaría, así el mozu podría ir al castillo a
ofrecer sus servicios por una gran cantidad, y una vez allí, el diablo se iría
y el joven sería pagado.
Una vez llegados al castillo, encontraron a la hija por los
jardines y en un bostezo, el diablo no dudó en meterse dentro. Al rato empezó a
enfermar y no dudaron en llamar a todos los médicos del Principado. Cada
vez iba poniéndose peor y ninguna medicación parecía hacerle efecto.
En esas estaban, cuando llegó el joven y fue a hablar con el
Conde, le pidió una gran cantidad de dinero y el padre le concedió tres días
para curarla.
El joven se acercó a la chica para espantar al demonio, a lo que
el demonio le contestó que estaba muy a gusto con ella y no pensaba
marcharse. El joven presa del pánico intentó echarle con todas las artimañas
posibles, puesto que el Conde había comentado que si el joven no curaba a su
hija en tres días, sería arrojado a una olla hirviendo y allí moriría.
Dándole vueltas a la cabeza estaba, pensando en la manera de
echarle, cuando de pronto, mandó tocar las trompetas y las campanas del
castillo. El diablo curioso preguntó por qué ese alboroto, a lo que le muchacho
respondió que había llegado una tal Clara, que venía preguntando por un tal
Juan que escapó. Cuando el diablo oyó eso, salió de la joven y no se le volvió
a ver.
Después de eso, la joven, recuperó su lozanía y al mozu le fue
pagado su dinero.
Por lo que respecta a Brezo, se casó con un muchacho tan risueño
como ella y su tía murió en cuanto supo que la había casado con un muchacho decente.
BAYONA
En gallego Baiona, es un municipio situado en la parte meridional del Área Metropolitana de
Vigo-Pontevedra recogido en una pequeña bahía de la ría del mismo nombre Tiene una extensión de
Su fundación se atribuye al año 140 a .C. , y desde entonces
fue la presa codiciada de señores feudales, prelados , caballeros portugueses,
piratas berberiscos y nobles gallegos , entre los que se encontraba Pedro
Álvarez de Sotomayor, más conocido como Pedro Madruga , que en una de sus
correrías la tomaría por asalto en el siglo XV.
Tras su viaje a América,
Martín Alonso Pinzón, en marzo de 1493,
arribó a sus costas, haciendo de esta
villa la primera en conocer de primerísima mano, todos los detalles del descubrimiento.
Este suceso dio pie a que el primer fin
de semana de marzo , se celebre en el casco histórico de esta bella ciudad ,
una fiesta medieval a la que se ha dado por
llamar " La arribada “
Y se preguntarán, ¿donde
esta la leyenda? , pues porque supuestamente en esta villa, fue
martirizada la exsanta Librada, también
conocida como santa Libere.
La iglesia consideró que esta santa era
digna de fe (incluso se había apuntado como que el 20 de julio de 689 d.C., era
la fecha exacta de su martirio), pero, según
los benedictinos, la devoción a Santa Librada estaba teñida de superstición, por lo que la Iglesia católica quitó su
conmemoración y la descanonizó en la reforma
litúrgica acontecida en el año 1969.
Bien pues conozcamos
la leyenda de esta mujer
La antigua Balchagiam, hoy
Bayona, fue sede de Lucio Catelo, (1) régulo de Galicia y Portugal. La esposa
de Lucio se llamaba Calcia, ambos eran
idolatras y acérrimos enemigos de los cristianos.
Sucedió que, en su solo parto, Calcia diese
luz a nueve hijas. La dama pensando en tal extraordinario suceso, que por así
serlo podría despertar sospechas en su marido …sospechas de infidelidad
naturalmente , ordenó en el mayor de los secretos, ya que Lucio estaba ausente,
que las nueve niñas fuesen arrojadas al río Ramallosa que estaba a unos dos kilómetros de Bayona .
La partera envolvió a las niñas y se
dispuso a llevar a cabo la orden de su señora, pero andando la mitad del camino
que le separaba del río se arrepintió al ver las caras de las pequeñas, y
decidió salvarlas, cambiando de rumbo se dirigió al primer pueblo que encontrara
en su camino, y en él dejó al cuidado de
mujeres cristianas a las pequeñas para que fuesen cuidadas y amadas.
Se les
bautizó inmediatamente imponiéndoles los nombres de, Genoveva, Liberata,
Victoria, Eumelia, Germana, Gemma, Marcia, Basilia y Quiteria, que fueron
educadas en la fe cristiana y en el temor de Dios, ofreciendo las nueve
hermanas su virginidad al Señor.
La funesta persecución que comenzó en el
siglo II contra los cristianos amenazaba con extenderse hasta Balchagiam , y
las nueve hermanas fueron denunciadas
por idólatras , detenidas y conducidas hasta la presencia de Lucio Catelo .
Este las amenazó con el suplicio si no
abjuraban de su fe .Sin embargo las jóvenes respondieron a las amenazas
diciendo
- Antes la muerte que abandonar nuestra fe -.
- Antes la muerte que abandonar nuestra fe -.
Impresionado el régulo de la fortaleza de
las adolescentes y observando, no si asombro el extraordinario parecido que
guardaban con su esposa Calcia, decidió indagar su origen. Llamó a su esposa
quien las reconoció como sus hijas.
De nada valieron los lloros de su madre y
los ruegos de su padre, quien ahora
tenía más motivos para que las muchachas adorasen a los dioses, para evitar su
muerte, así que enfurecido les dieron un ultimátum.
– Tenéis
un día de plazo para decidiros para
adorar a nuestros ídolos, o morir -.
Para evitar que fuese su propio padre
quienes las matasen consiguieron escapar de la prisión para dirigirse cada una por diferentes caminos.
Su padre lleno de odio ordenó que fuesen
perseguidas, siendo martirizadas 8 de ellas en diferentes sitios.
Liberata se refugió en un yermo y allí se
entregaba cada día a la oración y a la
penitencia, alimentándose de raíces y
hierbas, escarneciendo su cuerpo, pero como sus hermanas fue descubierta por los gentiles.
Una vez detenida la obligaron a adorar a
los dioses, saliendo triunfante de la prueba, en un afán de intimidarla le refirieron el martirio de sus
ocho hermanas, lo que le motivó para amar más a Dios.
Fue sometida a varios tormentos, y por
último crucificada en Castaleuca, Lusitania en el año 139.
Su cuerpo existía en la Catedral de Sigüenza y
algunos de los huesos de su cabeza constaban en el sumario de la Cámara
Santa de Oviedo.
Otra versión de Santa Liberata, o
Wilgeforte, existe en el archivo de la Catedral de Beauvais. La
hace hija de un rey de Portugal.
Consagrada a Dios, es solicitada en
matrimonio por el rey de Sicilia. Su padre la otorga y ella pide al señor que
le quite su hermosura, una espesa barba le cubre el rostro, el pretendiente
renuncia a ella y su padre exasperado la crucifica
(1)
Soberano-
Monarca- Señor- Jefe
Información recabada en
Leyendas de Galicia de Francisco Caudet Yarza