NO POR MENOS CONOCIDO ...

EL BOTAFUMEIRO DE COMPOSTELA   


Botafumeiro, es una palabra gallega que significa incensario. Aunque no consta de manera cierta parece ser que el botafumeiro compostelano funcionó por primera vez en el año 1321, y a los largo de todo este tiempo-más de seis siglos – ha habido otros en la catedral compostelana.
1809 Junto con otros tesoros cardenalicios, el botafumeiro de plata construido en 1530, fue requisado por los franceses, durante el tiempo que duró el sitio y la ocupación a la que fue sometida Compostela, fabricándose otro a mediados del siglo XX.
El actual es de metal blanco o latón plateado,
mide 2 metros de altura hasta la anilla superior, de la que cuelgan cuatro cadenas y pesa 54 kilos, en contra de los 80, como afirman algunos guías turísticos, y que a su vez repiten ciertos cicerones.
Fue realizado por el mismo orfebre, Losada, que labró la urna de playa donde se guardan los restos del apóstol Santiago en la cripta del altar mayor.

   Parece ser, que el botafumeiro ya se le utilizaba en el siglo XIII para purificar el aire ante tan aglomeración de fieles y peregrinos que llenaban un espacio tan reducido.
En la actualidad existe otra reproducción casi total del que se utiliza habitualmente, teniéndola como reserva si debido a cualquier contratiempo, hubiese que utilizarlo.




NUDOS Y POLEAS
Comentaremos que la maroma de la que pende el botafumeiro mide algo más de 50 metros, y que se la debe renovar cada quince años.
El material en la que está construida es de cáñamo yute, abacá de procedencia filipina o sisal de Angola, África, fibras a las que se les ha sometido a varias pruebas de resistencia, anudándose con mucha garantía de seguridad.
Las poleas por donde pasa la maroma, datan del año 1740, están bien conservadas y se engrasan cuando es necesario
En cuanto a los soportes de hierro sujetos a los muros del cruceiro, están construidos en una ferrería de Vizcaya en 1601.
Debido a la rotura de la maroma, el botafumeiro, se desprendió, violentamente en dos ocasiones. La primera ocurrió el 25 de julios de 1499, cuando se hallaba en la catedral la infanta Catalina de Aragón, hija de los Reyes Católicos, que se iba a embarcar en la Coruña, rumbo a Inglaterra , para contraer nupcias con el príncipe de Gales.
Aunque grande fue el susto no hubo que lamentar daños personales.
La segunda ocurrió 23 de mayo de 1622, fecha que conmemora la aparición del apóstol en la batalla de Clavijo. Cayó a plomo atravesando el tablado dispuesto para la representación de autos sacramentales.


Recabada información en el taco calendario de Sagrado Corazón.