No hace mucho tiempo escribíamos , sobre las coincidencias entre
dos presidente norteamericanos , a los cuales
les separaban, muchos años de diferencia a la hora de asumir la presidencia
de EE.UU, eran Lincoln y Kennedy.
Esta vez se trata de la realeza , que tuvo coincidencias
con una persona anónima, fue Humberto I de Saboya , quien nace en
Turín en 1844 y que reinó desde el año 1878-1900.
-Me parece muy
bien vuestra presentación. Pero creo que
ya va siendo hora de que sea , el propio monarca, o sea yo, quien continúe con
la historia-.
- ¡ Por supuesto majestad!-.
“ Bien . ¿ Por donde íbamos?. ¡Ah, si!..Me caso
con mi prima- hermana Margarita Teresa de Saboya , con quien tuve un hijo barón
, al que puse por nombre Víctor Manuel.
Decidí seguir la
carrera militar en el ejército sardo, en la cual comencé con el rango de
capitán , estando presente en el frente, y mandé una división en otra
confrontación .
El fallecimiento
de mi padre Víctor Manuel II, me convierto en rey de Italia , con el nombre de
Humberto I . Si alguno de los que lee esto les puede parecer mentira que yo no
siguiese el orden cronológico en cuanto a la nomenclatura , puesto que mi
verdadero puesto a ocupar sería el de Humberto IV (de Saboya) , lo hice premeditadamente, pues deseaba reforzar mi
imagen como Rey de Italia , y no
solamente del Piamonte –Cerdeña . Con este motivo di mi visto bueno , para que
los restos de mi padre , fuesen enterrados en
Roma, y en el Panteón , y no en el mausoleo de la Basílica de Superga , que
estaba edificado, sobre una de las colinas que rodean a la bella ciudad de Turín, lugar
donde desde el siglo XVIII , eran sepultados todos los miembros de la
dinastía Saboya
Se me acusó de
ser conservador y de una actitud hostil hacía los sindicatos obreros que surgían como setas, en las ciudades
industriales del norte de Italia , sin que pudiera evitar que la
industrialización , progresara , y fuese una realidad en las regiones más
septentrionales del país.
En 1898 la crisis
motivada por la subida del precio del
trigo y ciertos impuestos , hacen que el
proletariado salga a la calle para protestar , siendo en la ciudad de Milán,reprimidas por el ejército , empleando inclusive la artillería…contra los
manifestantes que no portaban armas.
Según me informaron
, aquella represión se saldo con casi
cien muertos, pasando a la historia de Italia como la
Masacre de Bara-Beccaris. Si embargo mi reacción fue
contraria a lo que todos mis súbditos esperaban, pues pedí que trajeran a mi
presencia al general que había estado al mando de dicho escarmiento para
felicitarle por la valentía que había demostrado en defender la
Casa Real , y tildar a los obreros de enemigos de la
Corona . Aquellas frases deterioraron el respaldo que el pueblo me había otorgado.
Lo mismo que sucedió cuando me uní al Imperio alemán y al Imperio austrohúngaro
, formando parte de la Triple Alianza
El primer
atentado del que soy víctima, se produce en noviembre de 1878 ,en la ciudad de Nápoles, durante un
desfile que presidía , del que salgo ileso . Por el contrario, deja herido al primer ministro Bendetto Cairoli. El
atentado parte de un anarquista de nombre Giovanni Passannante , que fue
detenido y condenado a muerte, y al que conmuto la pena por cadena perpetua .
El
segundo atentado sucede durante una visita en las inmediaciones de Romas en
1897: Un tal Pietro Acciarito quiso apuñalarme , pero no lo consiguió
Tres años más
tarde , año 1900, viajo hasta Monza, para presidir un concurso de atletismo.
Acompañado por varios amigos y séquito nos dirigimos a cenar a un restaurante de la ciudad. En la
puerta nos esperaba el dueño del local para hacerme los honores. Mis ojos no
daban crédito a lo que veía . Frente a mí se encontraba un hombre que era mi
misma imagen. Hasta tal punto era igual
a mí, que los que me acompañaban , solo nos distinguían por los trajes.
Intrigado pedí al buen hombre tener una charla privada con él, para conocer más
sobre su vida .
Sentados en unos
cómodos divanes, fue contestando a todas mis preguntas, cuyas respuestas me
sorprendieron sobremanera : Se llamaba igual que yo . Había nacido en la misma
fecha y en la misma ciudad, Turín. Nuestras esposas tenían el mismo nombre y
nos habíamos casado el mismo día . Y para colmo mientras que Humberto
inauguraba su restaurante , yo era elegido rey. Ente sorprendido y divertido, me despedí del otro Humberto ,
no sin antes invitarle , formalmente, para que viera el concurso de atletismo ,
que se iba a celebrar en un estadio, desde el mismo palco, yo ocuparía.
En el coche de caballos,
toda la conversación giró en torno, a las curiosas coincidencias, entre mi
persona , y la del dueño del restaurante.
Al día siguiente
mi coche de caballos ya estaba presto para salir al evento, que comenzó con puntualidad. Según
trascurrían los minutos, el invitado no había llegado , cosa que me extrañó,
pues me lo prometió , y yo estaba seguro que era hombre de palabra.
En un momento
dado, mi ayudante se sentó a mi lado , por su semblante pude adivinar que no
traía buenas noticias.
-
Majestad- dijo muy serio . Vuestro invitado no
podrá venir, acaba de ser asesinado de un pistoletazo a las puertas del
estadio. Por lo que debéis abandonar el recinto rápidamente-.
Aquella noticia
me desconcertó y provocó en mi un desasosiego, que nunca había sentido. Al
salir pude ver mi carruaje , pero no, advertí la figura de un hombre que
portando un arma me disparo tres veces casi a bocajarro.
El hombre que me
disparó era un anarquista italo-americano, que
respondía al nombre de Gaetano Bresci .
Tal y como sucede en un regicidio, existen varios planteamientos
, o aparece un posible¿
doppelgänger?,que se puede traducir como gemelo malvado, y que se emplea para definir un doble
fantasmagórico, que imita a una persona o especie, en particular por alguna
razón, generalmente nefasta . Le es lo que podido suceder en el episodio de ese
señor , dueño de un restaurante con asombroso parecido con el rey Humberto I.
Pero si nos ceñimos a ciertos hechos, podremos sacar
nuestras propias conclusiones.
“ El rey cuando parte al estadio , lo hace acompañado por
dos generales. Se despide de la reina y sin escolta se dirige al carruaje, que
este caso es descubierto, pues ese día hace un calor asfixiante. El monarca pasa por medio de la multitud que le saluda
con vivas, mientras que una banda de música
interpreta los sones de la marcha real"
Quizá y debido al ese calor , el rey no porta la hermilla,
o malla de acero que suele ponerse por debajo de su traje, lo que no impide que tres balas ( 1) en la espalda (2)
le perfora el pulmón (3) en pleno corazón , impacten en su cuerpo sin que nada se lo impida
“ Dicen , que ni
siquiera me había percatado que me habían herido de muerte y que dije “ No es nada sigamos”.
Pero que segundos
más tarde me desplomo mientras grito “ Rápido creo que estoy herido “ , para morir
poco después
Recabada información en
retratosdelahistoria.blogspot.com/ misviajesconhistoria.blogspot.com