Comenzaremos explicando
que el estómago , es un nervio elástico … que da mucho de sí , y que cuando no
contiene nada dentro de él , llega a tener uno volumen de unos 50 ml., aunque
puede llegar a dilatarse , hasta 80 veces , y almacenar hasta 4 litros de alimentos,
pero les pido por favor , que no olviden que si ustedes ingieren más de esa
cantidad, terminarán por vomitar.
Cuando nos dicen que
antes de ducharnos o sumergirnos en el mar o en la piscina , han de trascurrir
2 horas y media, para que la digestión se lleve a cabo y no llevarnos una
desagradable sorpresa, pues hemos de tener en cuenta , que el tiempo que la
comida permanece en el estómago , depende de los alimentos ingeridos. Veamos . Mientras que el agua y la sopa , a
penas se detienen , no sucede lo mismo con
la leche que se queda un rato. En cuanto a alimentos como son , la carne
y el pan , son expulsado a cabo de 2 a 3 horas, las grasas aún tardar más , de 7u 8 horas , por lo que
posiblemente el estómago lo habremos llenado de comida basura . Aunque a esta
forma de comer le ha salido un serio contrincante el Slow Food, que significa “ comer con
atención, en especial , valorando la calidad “ , lo que conlleva a tener en
cuenta desde su procedencia, hasta el
modo de cocinarlas .
1986,este movimiento
surgió en un país mediterráneo , por más señas en Italia, y surgió motivado
porque junto a la famosa escalinata de la plaza de España en Roma , se había inaugurado una filial de la
cadena de comida McDonald, por lo que entre medios de comunicación de diarios locales , organizaron un largo
festín , como protesta ante esta clase de comida, promoviendo la lentitud en la comida , los
productos naturales, las recetas locales , así como el deleite que se siente al
saborear los alimentos sin prisa.
2004 , la FAO reconoció oficialmente a
Slow Food, como una organización sin ánimo de lucro, que ha visto como se
expandía en más de 130 países.
Hablemos de los romanos
que eran unos sibaritas a la hora de comer y de preparar las viandas. Fueron
los que instauraron un hábito… el de
comer recostados sobre la parte
izquierda del cuerpo , que era como una especie de símbolo de distinción social
.
Cuando se era invitado a
una casa cuyo propietario, era un rico acaudalado patricio, uno , se debía de
despojar de las sandalias y cambiar de vestiduras, por otras más cómodas, por
lo que esta costumbre hizo que sufriesen diferentes modificaciones , la
decoración de los comedores de la
época imperial y la organización
de los banquetes , por lo que hubo necesidad de reducir el numero de
comensales. En cuanto a la mesas, pasaron a ser de forma cuadrada , con lechos adosados en tres de sus lados ,
quedando el cuarto librea para permitir
los movimientos del servicio .
¿ Cuantas veces no hemos
llevado la mano a la zona del estómago, y hemos dicho,¡ caray! , qué dolor?. Y
siempre , de no ser cuestión de alguna
dolencia , contestamos- siento hambre. Ese dolor aparece ,
aproximadamente a las 14 horas, después
de la última comida, es cuando el cerebro dispara el hambre, que a veces, no
viene sola, no , viene acompañada de una
impresión de estiramiento , o torsión en
al boca del estómago, , que se reconoce como
unas punzadas de hambre , que está producidas , por los llamados movimientos peristálticos gástricos, principal función para facilitar el tránsito de los alimentos ,
por el aparato digestivo. Ese dolor puede durar entre 2
a 3 minutos.
No me van a negar , que
en más de una ocasión, ese trozo de pan, algún trozo de fruta, u otro alimento , que
nos íbamos a llevar a la boca , se nos ha caído al suelo , haciéndonos dudar si cogerlo y ¡ ala! ,
para dentro. Bueno … todo depende de lo escrupulosos que seamos, del hambre
que nos pueda azuzar, y de la capacidad de adherencia del alimento caído, y por último, la higiene
del suelo .
Se dice , que no hay peligro en zaparse algo que haya caído, siempre que
los recojas antes de que transcurran 10 segundos , que es
el tiempo, que supuestamente , necesitan esos bichitos llamados microbios para colonizar el apetecible bocado.
Maticemos, porque tiene
muy mala uva , que el inquilino que vive en el suelo , sea patógeno, y en una
cantidad suficiente como para desatar una infección, pues cuando un alimento cae al suelo , se suele producir una
transferencia de materia en ambas direcciones, por lo que , si existe humedad
por medio, y lo que se nos ha caído son líquido
como leche , sopa, aceite o mantequilla , se ha de sopesar que son más
permeables que los sólidos, y que ofrecen menor resistencia a las bacterias, al
entrar en contacto con mayor superficie.
La señal que los nervios
situados en el estómago envían al
cerebro, cuando se ha ingerido suficiente alimento ,
generando con ello la saciedad , el apetito tiene su centro de control en el
cerebro, tratándose también , esta vez, de señales moleculares, que partiendo del cerebro,
causan en vías metabólicas, concretas un impacto.
Estudios
realizados , recientemente , hablan de la leptina, que bien podría ser la
molécula clave para llegara conocer quien es el que regula ambas
sensaciones , y que aparece a las primeras semanas de vida. Con
estos datos en la mano , bien se podría llegar a descubrir , que es lo que determina la
tendencia a la obesidad en los recién
nacidos.
DETALLES MORBOSOS
Departamento de Justicia
Criminal de la ciudad de Texas – EE.UU. , pues bien a los señores que llevan
este departamento, no se les ocurrió otra cosa que hacer “ un estudio” , con
detalles, y más bien macabro, sobre lo que
desean para comer en esa su última cena, o comida , los que
viven en el corredor de la muerte:
Suelen demandar
hamburguesas dobles y con queso, patatas fritas, ensaladas, huevos fritos, enchiladas y jalapeños picantes, y de postre helados , sin olvidar otros
alimentos como son el pollo frito y las pizzas. O sea comida rápida y nada
sibarita . Los hay que prefieren solo
una lata de pepinillos, un zumo de naranja, o un simple yogur .
Aunque para salvajada la que
protagonizó un reo en una cárcel de Mississipi , llamado Gary Carl Simmons Jr. , de quien no vamos a entrar a comentar el
crimen o los crímenes que cometió para encontrarse en tal situación , más
bien porque podría herir alguna que otra
sensibilidad Pues bien , Carl Sinnmons
Jr., pidió para su última cena , tal cantidad de comida, que el contenido
calórico, fue en total de 29.000 kilocalorías, las que ingiere una persona
normal a lo largo de dos semanas .
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