El ratón tenia siempre , por costumbre , salir con cuidado
de su madriguera , pero aquel día no lo hizo , y tal fue su despiste , que
terminó en las zarpas de un león .
-
¡ Hay seguro, que me devora!-.
Sin embargo el león
le soltó pues el rey de los animales, pensó que era poco bocado para su gran
estómago, así que le perdonó la vida y le dejó marchar.
Pocos días después el gran león , cayó en la trampa que le
habían tendido unos cazadores. Por más intentos que hacía no podía librarse de
las redes en las que estaba prisionero, ni siquiera sus afiladas garras podía
desgarrarlas.
Los furiosos rugidos del león atrajeron al pequeño ratón que
andaba en busca de comida, así que decidió acercarse para que ver que pasaba.
De inmediato se dedicó a la tarea de roer
las redes , y tanto empeño puso que pronto ¡ el león quedó libre!.,
alejándose rápidamente.
Esopo
Haz el bien y serás recompensado
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