Pizpireta , era una bruja de cabellos rojos y ojos marrones. Era lo que se llama , una bruja buena. Vivía en un bosque junto su gato negro
Calixto y a su búho Hermenegildo.
La casa de Pizpireta estaba siempre limpia , pues la escoba
mágica que tenía, lo mismo le servia para barrer que para volar las noches de
luna llena en busca de pócimas para sus encantamientos.
Pero lo que desconocía Pizpireta , era , que el mago Liónes
, quería quitarle su escoba, pues el pobre a pesar de alardear de ser un buen mago
, no sabía de encantamientos.
-
¡ Menudo mago está hecho!-. Pensaba nuestra buena
bruja .
Cada vez que Pizpireta se marchaba de su casa , ponía un
candado mágico que tenía ojitos y boca y que tenía prohibido hablar con
extraños ,. Y eso fue lo que hizo antes de marcharse a comprar lo que
necesitaba . Y así se quedó la cosa .
Pizpireta se
encontraba en el gran mercado comprando hierbas, y ungüentos para curar heridas
y sanar a los que estaban enfermos . Al fondo descubrió un puesto lleno de
hermosas calabazas y se dijo -. ¿ Y si me compro una?. ¿ Quizá pueda hacer como
el hada madrina de Cenicienta y pueda convertirla en una carroza? Seguro que
todos mis amigos me felicitarían.-Así que se fue a visitar a la ratita
presumida.
-
Ratita . Ratita. ¿ Quiero pedirte un favor?-.
Una blanca ratita de ojos redondos y negros salió de la casa
. Llevaba puesto un vestido de color azul, un delantal verde y un lazo rosa en
la cabeza.
-¡ Hola Pizpireta!. Tú dirás -.
- He visto en la plaza unas calabazas enormes, y necesito a
seis de tus hermanos para un encantamiento-.
- Bien les llamaré , ¿pero volverán a ser ratoncitos?-.
- Si claro . Una vez que termine el hechizo , volverán a ser los mismos-.
Después de comprar la
más grande de las calabazas regresó a su
casa . Dijo las palabras mágicas y la cerradura
se abrió. Entró y se preparó para
hacer el encantamiento . Pasó toda la tarde y al llegar la noche , cogió la
calabaza y la dejó en el jardín.
-
Tumis , nun tumis. Evora etun -. Y la
calabaza se convirtió en una dorada
carroza . Luego les dijo a los ratoncitos .- Colocaros por favor debajo de la carroza. Luego
dijo Etun tumis. Evora nun tumis
, y los ratoncitos se convirtieron en seis preciosos caballos.
- ¡ Bien
lo he logrado!. Ahora me subiré a la
carroza-. Pero claro Pizpireta no había pensado que los caballos no andan
porque sí, tenían que mandarlos un cochero.
- ¡ Qué tonta que soy!. Tendré que buscar a
alguien que quiera ser mi cochero -
Un lindo conejito gris le dijo -
¿ Te sirvo yo?-.
-
¡ Por supuesto!-.. Y el conejito gris se
convirtió en un cochero.
Pizpireta subió a la carroza
ayudada por el amable cochero, olvidándose … de cerrar la casa con el candado mágico
Mientras Pizpireta recorría el
bosque contenta en su carroza , el mago Lionés llegaba a la casa. Al ver que el
candado estaba abierto y que nadie estaba dentro, se llevó la escoba , que
decía - ¡ No te saldrás con la tuya!. Pizpireta regresará y me salvará!-. y se
perdieron en el bosque.
Cuando Pizpireta regresó se disgustó mucho , pues la escoba
, a parte de ser mágica, era su mejor amiga .
Abrió el libro de los hechizos para saber cual sería el
mejor para vencer al malísimo mago .
- ¡ Este , me servirá!-.
El hechizo era para que Lionés se volviese bueno , así que necesitó
, un poco de bondad, de cariño, de amistad , y de felicidad . Terminada la
poción llamó a su búho y le colocó el frasquito sobre el cuerpo , ahora solo
tendría que pasar por encima de lionés y echarle la poción , y así lo hizo .
Desde entonces Lionés ha aprendido muchos trucos de magia, y
preparar muchas pociones , con la ayuda
de Pizpireta que es su mejor amiga
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