El sol había salido , y el rojo disco esparcía su rayos por
todo el desierto y también por el Nilo,
quien dejaba que sus tranquilas aguas , besasen las riberas .
Un perro muy ladino ,
se desperezó bostezando mientra emitía un aullido -¡ Guauuuuuu!. Que sed tengo-. Y levantándose se dirigió al río.
Por la zona de arriba, un tronzo de árbol se deslizaba
pausadamente- Si crees que me has engañado con hacerte pasar por un tronco , lo tienes claro , amigo cocodrilo-.
El cocodrilo al verse descubierto dijo al perro .
-
Bebe tranquilo, no es bueno hacerlo deprisa , te
puede sentar mal -.
El perro miró los ojos del saurio, que ahora eran , lo único
que se le vía .
-
Tienes razón , beber mientras corres es malo ,
pero peor sería pararme para que tu me
devores-.
Nuestro cocodrilo reconoció que razón no le falta al can ,
pues esa era su intención … comérselo.
El perro se había dado perfecta cuenta que no se puede
seguir el consejo que te puede dar un
enemigo .
Recabada información en National Geografiph
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