LA LEYENDA DE MARTINICO




Mucho se habla de la leyendas o mitos tanto griegos como romanos, egipcios como celtas, pero también en  nuestra piel de toro , existen leyendas, esta que les voy a relatar, es  castellana  por más señas.
Se trata de un duende muy especial, Martinco, o simplemente Martín .
Si pudiésemos trasladarlo a nuestra época, su perfil  en Bacebook , sería el siguiente  : duende que tiene el poder de ser agitador profesional, a la vez que causante del desorden y del disturbio, allí en las viviendas donde aparece , y para sumar , además es libertario.
Si continuase rellenando el formulario, aceptaría ser  bajito y gordinflón, con un carácter que lo mismo está arriba, como bucea en las profundidades.
¿Cualidades? . Las tiene, magnánimo y solidario, siempre pronto a echar una mano a quien lo necesite.
Quizá el lado oscuro de Martinico, es el poder conferido, ya desde muy pequeño , a adoptar  el cuerpo de cualquier animal ,  don que aparece en multitud de leyendas o mitos, por lo que algunos autores , le hacen aparecer como familiar de las hermosas hadas .
El color preferido  para sus vestidos , es el rojo, pero lo que más le gusta, es aparecerse a la gente disfrazado de fraile.
E incluso ,en algunos escritos,  aparece su figura , gastando bromas a una familia de hidalgos, quienes terminar por  trasladarse a Valladolid , para evitar que Martinico continúe con sus absurdas , y nada graciosas chanzas . De cómo, en este relato ,se le  describe  de esta guisa: Con un equipaje al hombro, con la figura de un frailecillo , quien, sin que nadie se lo autorizase , acompaña a la  comitiva que  viajaba por paisajes castellanos, lo que le puede relacionar  con otro duende de nombre  Motilón  o Mochilón, que tiene mucho parecido a la  hora de aparecerse a los  humanos … de fraile , aunque con un hábito más bien grande para su estatura. Cubierto la cabeza y  parte del rostro con la capucha del referido hábito .
Todo aquel , que osase a mirarle a la cara , solo descubriría , un par de ojos terroríficos  los cuales despedía llamas, consiguiendo quien le contemplase, no pudiese articular palabra alguna

Recabada información en el taco calendario del Sagrado Corazón

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