Hoy es una soleada mañana. Los recuerdos del pasado acuden a
mi mente recuerdos imborrables de toda una vida, la mía.
Los veo pasar dentro de los muros de una edificación , medio
en ruinas, que es mi última morada , pues presiento que la vida se paga a la
luz de una vela, rodeada de cachivaches , y de gatos, que son los únicos seres
vivos que me rodean.
Nací en Chavenig , condado de Ken , Inglaterra . Fui criada
en un ambiente familiar ,de la aristocracia británica , pues mi progenitor, fue Lord Charles
Stanhope, amante de las ciencias y de la literatura . En cuanto a mi madre,
Lady Hester Pitt, era hija del primer conde de Chatham y hermana de Williams
Pitt que, con el tiempo, llegaría a convertirse
en Primer Ministro , bajo el reinado
del rey Jorge III.
Admito que desde pequeña, rompí los moldes educativos, que
formaban a una Lady aristócrata (danza, la música y la pintura) puesto que me
aburrían , otorgando mi favor , a la
caza, caballos , y a todo lo relacionado con exploraciones y aventuras. Cierto
que para mi época fui una mujer alta de estatura, 1,8 m. Y a comparación del
resto de las damas , de la familia, incluida de mi madre, de complexión fuerte,
atrevida. Y no falto a la
modestia si digo que era ingeniosa e inteligente, muy franca, con
aquellos que me parecían mediocres, lo que en el futuro me traería problemas.
Todo el mundo me
decía que tenía un asombroso parecido a
mi tío, William Pitt, con quien conviviría, pues con 24 años de edad, mi padre
me envía a vivir con mi abuela Hester Pitt , por lo que la relación con mi tío
fue tan estrecha, que más que sobrina, parecía una esposa, sin que existiese
entre nosotros , algo más que un amor
filial . Y allí viví una vida intensa de fiestas y eventos, siendo , yo, quien
llevaba el peso de ser la anfitriona ,hasta que la muerte de mi tío Williams me
devolvió a la realidad . Con su
fallecimiento , las influencias de las que me jactaba… desaparecieron , eso y
la paga vitalicia , 1.200 liras esterlinas , que me otorgaron ,y que no me
llegaban para llevar la clase de vida que llevaba , hicieron que me decidiese a viajar por el mundo.
Y así lo hice acompañada por un hombre 14 años más joven que yo. Aquello fue
el inicio de una gran aventura, de la que nunca me arrepentí. Viajé a
Constantinopla, Turquía , y sufrí un
naufragio. Entre lo poco que puede recuperar, se encontraba un guante muy
especial, que había pertenecido a un hombre que me hizo sentirme mujer, Sir
John Moore , pero eso pertenece a una leyenda, que contaré al final.
Llegó un momento , en el cual, necesitaba sentirme estar a
solas, así que despedí a mi compañero de viaje , y continué la ruta que me
había fijado, Egipto, donde estuve de invitada
, en el palacio de un Pachá en la
hermosa ciudad de Damasco , donde me habitué a vestir ropas de druso(una minoría religiosa que existen varios países, Israel, el Líbano, los Territorios
Palestinos, Siria, y Jordania) a disfrutar de las sus exóticas
costumbres, así como del estilo de vida de los beduinos
Cierta tarde, cuando el sol se pone y deja sus rayos entre
las palmeras, escuché de boca de mi anfitrión
Mohamed Ali, hablar de Palmira .
-Aunque sus ruinas no dejen
ver lo que antes fue, Palmira , sigue siendo una gran ciudad romana
ubicada en Siria , a un 200 kilómetros de Damasco-. Aquella noche apenas pude
dormir pensando en aquella ciudad .
- Me marcho-, dije
con firmeza-. Mi amigo Mohamed Ali me miró
- ¿ A donde?- me preguntó .
- A Palmira-, contesté con los ojos como platos .
- ¡ Estás loca!. Es un lugar muy retirado. Sus caminos están
llenos de bandoleros, ningún europeo ha pisado aún la ciudad de Palmira-.
Nada , ni nadie, me hizo abandonar la idea que me bullía en
el interior de mi pecho, muy cerca del corazón . Un 14 de abril del año 1813,
un día como otro cualquiera, abandoné Damasco para encontrarme con mi destino .
En mi séquito , y aleccionada por mi amigo Mohamed ,llevaba un grupo de
beduinos armados, para repeler cualquier agresión .
Montada sobre un tranquilo camello y vestida con esplendidas
ropas , a la manera de un príncipe druso, me alejé sin volver la vista atrás
,para que mis ojos, pudieran guardar , la visión de Damasco cuando me acogió
entre sus calles, entre sus gentes . Un
mes y quince días después, era recibida
en Palmira , tal y como relaté tiempo después -"
El jefe y 300 hombres armados salieron a recibirme, venían en espléndidos
caballos, algunos venían prácticamente desnudos y otros con trajes de seda,
dando gritos salvajes, cantando y bailando. Toda esta exhibición duró hasta que
llegamos a un Arco del Triunfo en Palmira"-.
Mi admiración por aquel pueblo, me granjeo el mismo respeto
, y la misma admiración que yo le tenía, apodándome como Reina blanca de
Palmira . Tiempo después regresé a
Damasco .
Localicé en la ciudad
de Djoun localicé un castillo ,en
ruinas, de la época de las Cruzadas . Lo alquilé y lo reconstruí en parte, solo en el espacio
donde iba a vivir .
Me encantaba aquel lugar, todo rodeado de árboles y cercano
al mar Mediterráneo, donde cultivé rosas. Mi médico personal el doctor Charles
Maryon , regresó a Inglaterra . Durante cuatro largos años, cuidó de mi
persona. Yo por mi parte influenciada por la vida de la mítica reina Zenobia
que desafió a los romanos en 270 AC., me dediqué a proteger a los beduinos, y a
recibir a los europeos que visitan
Damasco , ganándome fama como mujer exótica y buena anfitriona, algo de lo que
ya tenía experiencia , entre las
colonias inglesas. Sin embargo el destino tenía guardado un as en la manga, y
en el año 1836, que retiran la pensión, que se había concedido, debido a la
gran cantidad de dinero que debía, y que invertí en una expedición en busca de
un supuesto tesoro en la ciudad de
Ascalón, que resultó ser un fracaso .
Aquel mazazo fue tal, que tuve que despedir a los
sirvientes, mientras que otros, se llevaban todos mis bienes. Lo que vino
después… aceptar vivir una vida solitaria , sin contacto permanente con la
sociedad, es decir como una eremita , con la sola compañía de mis gatos.
1839 sola, arruinada, en pésimas condiciones higiénicas
, en la oscuridad de mi lúgubre
habitación , entregué mi alma al Creador
Unos cuentan , que en uno de los jardines del palacio fui
inhumada, y que dicho castillo fue sellado por el cónsul inglés en Damasco .
Otros que
terminé desequilibra a partir de recibir
la noticias del suicidio de mi hermano James , tras el fallecimiento de mi
cuñada durante el parto de sus segundo
hijo. Así que bloqueé las puertas con ladrillos, para no poder salir de mi casa
, solo admitir que mis criados
saliesen a por agua
JOHN MOORE Y LADY HESTER
John Moore resultó
ser un general británico desplazado a
España, en 1808, por más señas en
La Coruña .Al general Moore , al que se
le había encomendado que los franceses no se hiciesen con la plaza de Elviña,
próxima a la Coruña . Este suceso
aconteció durante la Guerra de la Independencia española, que se enmarca dentro
de la Guerras Napoleónicas , y que
conoce también con el nombre de batalla de Coruña, donde se
enfrentaron 14.000 soldados británicos ,
bajo el mando de John Moore y 16.000
soldados del bando francés comandados por el mariscal Nicolás Jean de Dieu
Soult .
John Moore muere en el campo de batalla alcanzado por u na bala de cañón, y lo
franceses victoriosos entran en Elviña.
Por expreso deseo de Soult, se construye una tumba, que
guarda los restos mortales de Moore, en el actual jardín de San Carlos , que
había sido construido en el siglo XIV como castillo defensivo , fuera de las murallas, quedando
anexionado en el siglo XVI a la ciudad ,
y que estalló por culpa del polvorín, recuperado tiempo después ,
habiendo sido declarado Conjunto
histórico artístico anexionado a las
murallas que componen el recinto
Hasta aquí un poco de la historia de este honorable
general inglés y de la ciudad que
guarda sus restos
LA LEYENDA
Dicen que una mujer de
mediana edad, vestida de blanco y tocada con un ancho sombrero, está
arrodillada junto a la tumba de Moore , para luego esfumarse sin dejar rastro
alguno . Esto ocurrió en el año 1841, un 16 de enero, tres décadas después del
fallecimiento de John Moore. Todo hace pensar, que aquella dama, fuese Lucy Hester, que al no poder visitar la tumba de su
querido amigo ,en vida , lo hace después
de muerta , uniendo los dos espíritus , en un abrazo de leyenda
Recabada información en
Wikipedia https://mitosyleyendasgallegas.wordpress.com/
englishhistoryauthors.blogspot.com/
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