Como
en todas las cosas, sean de la vida cotidiana, de inventos o de personajes,
existen dos versiones sobre un mismo
tema
Y
es lo que le sucede a estos dos regios personajes que parecen tener algo en
común: la creación de las tapas de comer , y el nombre de pila de ambos .
Así
que lo contaremos cronológicamente Comenzaremos por el de más edad, y digo esto
al referirme al Rey Alfonso X el Sabio , que nació Toledo, el 23 de noviembre
de 1221, o sea , que ya ha llovido un rato.
Pues
bien se encontraba en buen rey enfermo y guardando reposo. Los galenos que le
atendían, le habían recetado – Tomar chatitos de vino – que no era ingerido a
secas, pues los acompañaba con pequeños bocados de comida, evitando que los
efectos del alcohol, se le subiesen a la cabeza.
Continúa
diciendo que tras superar la enfermedad, su majestad el rey, dispuso, con
acierto, que en todos los mesones de Castilla, se sirviese la bebida ,
acompañada, de alguna ración de comida , con lo que se evitaría que el vino
hiciese de las suyas , a la vez que se evita las peleas multitudinarias en las tabernas, y todo por
DECRETO REAL.
En
un principio se comenzó por dar
embutidos, aunque en otros casos, se ofrecía una cuña de queso propio de la
comarca
El
segundo en esta lid , es nada más ni nada menos que tres Alfonso más tarde , en
la nomenclatura, se trata del rey Alfonso XIII, que nació el 17 de mayo de 1886
en el Palacio Real de Madrid. O sea, 665 años después que Alfonso X el Sabio.
Todo
parece ser, que comenzó durante una
visita que el monarca hiciese a Cádiz .
cansado del viaje , hizo un paréntesis en su camino para descansar en el
Ventorrillo del Chato.
Una
vez sentado a la mesa , solicitó del tabernero una copita de jerez. En ese
momento una fuerte ráfaga de aire, hizo que la puerta del mesón se abriese,
pero.. ahí estaba el sagaz camarero que para evitar que cualquier polvo o
partícula entrase dentro de la bebida del monarca , colocó sobre la copa , una
loncha de jamón , de ahí , lo de tapa.
El
soberano al darse cuenta de la loncha de jamón tapando su bebida, le miró
sorprendido el tabernero le explicó lo acontecido- Así que me permití, la
osadía de taparlo con una loncha de este excelente jamón-.
Ni
que decir tiene , que Alfonso XIII, se bebió el jerez y comió el jamón. Pero
aquí no termina la historia, pues pidió otra copa y otra loncha de jamón.
Imitado el gesto del soberano, el resto de su séquito solicitó lo mismo. Por lo
que el Ventorrillo del Chato, se transformó en un paritorio, del que nacería la
sabrosa y apetecible tapa, que en la actualidad disfruta de una inmensa
variedad de productos , a la hora de prepararla.
Recabada
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