Cuando los dioses
está de por medio, buscan un lugar idílico, para que los humanos podamos
disfrutarlo .
Para llegar al lugar
escogido, debemos recorrer más de 100 km por el altiplano cundiboyacennce, que
es un conjunto de tierras altas y planas
de dos departamentos, Cundinamarca y Boyacá. Cuyos territorios ,
coinciden , en gran medida , con el antiguo territorio donde vivieron los
muiscas( según la leyenda de este pueblo
indígena, el salto de Tequendama, se formó para que las aguas que inundaban la
sabana de Bogotá, pudieran tener salida). Este salto de agua, que está
aproximadamente al 30 kilómetros- SO de la ciudad de Bogotá, cae desde una altura sobre el nivel del mar
de 2.467 m aproximadamente 157 m, cuyas aguas
se deslizan sobre un abismo rocoso de forma circular . Hasta el siglo
XX, debajo de la cascada, existió fauna y flora desaparecida, en la actualidad,
debido a la contaminación.
MARCANDO DÉCADAS
La primera que
veremos, 1895, es la que corresponde a la inauguración de la hidroeléctrica de
Charquito, que usa el agua del río Bogotá, antes de la cascada.
Un lujoso hotel,
con mirador hacia la cascada, abre sus puertas en 1928.
En el municipio de
Sibaté, se inician las obras del embalse del Muña en 1940.
RESULTADO
El embalse del Muña,
quita caudal al salto, a lo que se debe
sumar la gran contaminación que aparece en sus aguas, que da como resultado…
el cierre del hotel ,en la década de los 90, y la degradación del lugar.
CAMBIOS
2014 se inaugura la
Casa Museo Salto de Tequendama Biodiversidad y Cultura.
ATRACTIVO
El salto continúa
siendo un poderoso atractivo turístico, que a su vez, hace , que no pocas
personas se interesen por la historia del hotel, en donde se hospedaban
personajes de la élite capitalina.
Después de su cierre , pasó a ser terminal de ferrocarril, restaurante, y ahora
, como henos indicado, museo
LA LEYENDA
Posiblemente, no,
posiblemente si, el hotel tuviese su romanticismo, los encuentros amorosos de
los amantes, las visitas de los grandes industriales, y de todos aquellos
personajes, que se lo pudieron permitir.
Seguramente no,
seguramente si, observar desde las ventanas , o desde alguna barandilla la
caída de las aguas sobre aquel abismo, tenía su morbosidad para algunos de los
clientes, o quizás personal del hotel, que decidieron unir sus almas a la de
las aguas de la cascada en un rito de muerte , frente a la cascada , y en el
borde del acantilado, de ahí ese murmullo que la gente escucha convertido en
gritos desgarradores, presencias fantasmales, y fenómenos paranormales
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