¿
Comenzar?. Lo haremos por hablar, un
poquito de Lamiaco o Lamiako, pues su historia, es extensa
Diremos,
que Lamiaco , como barrio, comienza a existir a mediados del siglo XIX, cuando
la ría de Bilbao se canaliza, y en el entorno de la población , lleno de
marismas, comienzan a construirse casas. Este
barrio pertenece al municipio
vizcaíno de Lejona. Ambos están enclavados en la comunidad autónoma del País
Vasco , norte de España.
No
deben dejar de visitar la Vega de Lamiaco, una comarca única en él Abra lleno
de lodos intermareales , al que acompaña un área de
marisma rellenada que conserva la vegetación de zonas húmedas , tales como
juncos, y saúcos. Es el señero lugar de lo que fue la espléndida desembocadura del
Nervión; y un pequeño terreno donde cabe la posibilidad ,
aún de poder recobrar un ecosistema de humedal en este escenario tan humanizado
del Gran Bilbao y la ría del Nervión.
Aquí
, de manera estable, es utilizado como
parada de descanso y lugar de alimentación para las aves migratorias .
Lamiaco
y sus límites: con la ría del Nervión,
justo enfrente de las localidades, también vizcaínas de Sestao y Portugalete,
Astrabudúa en Erandio que pertenecen a la orilla izquierda del Nervión, y por
orilla derecha, con Las Arenas y Romo en Guecho Limita con la Ría de Bilbao (frente a
Sestao y Portugalete), así como con otros barrios
de Lejona.
El origen
de su nombre , es una derivación de la palabra lamia; lugar que es ocupado por
las lamias, personajes pertenecientes a la mitología vasca nombre de Lamiaco
deriva del vocablo lamia (lugar de lamias). Las lamias son hermosas mujeres de
largas y rubias melenas, cuyos pies tenían la misma forma que la de los de los
patos. Las lamias, sabían de conjuros y pócimas , y se aliaban con el diablo .
LA LEYENDA DE PRUDENZIA
Poco
puedo contar sobre mi historia, dramática por lo que ocurrió, y hermosa, pues
fue motivada por el amor.
Todo
comienza , allá en el siglo XVII, cuando yo, era joven. Vivía en el monte
Berriz, cuidando a las vacas y
trabajando en el campo.
No
lejos de nuestro caserío, vivía Martín, un hombre bueno al que tenía aprecio; y
que nos ayudaba, cuando llegaba la recolección. Con el tiempo aquella estima,
se transformó en amor, y al final , nos casamos.
Llegó
el momento, que aquel amor se trasformase en un hijo, y los dos esperábamos con
ilusión su llegada .
Cuando
estaba de siete meses, Martín subió a un castaño, para recoger unas cuantas
castañas. En un momento de descuido cayó del árbol falleciendo en el mismo
instante; después ya nada fue igual.
Dos
meses después, nació mi hijo , al que puse de nombre , Ignacio. Lo cuidé , lo
amé a base de sacrificios, inculcándole el amor, que por la tierra , su padre
sentía. Sin embargo, cuando tuvo edad de hacerse cargo de la herencia de su
padre, vendió todo, y se hizo a la mar, que era lo que más le atraía desde
pequeño.- ¡ Madre cómo es el mar!-.
-Inmenso
, hijo, inmenso, le contestaba.-
Tengo
que admitir que lo que hizo mi hijo, vender las tierras, me dolió en el alma.
El
día de la partida no fui a despedirlo, me quedé desconsolada mientras observaba
como el barco navegaba por la
desembocadura del Ibaizábal , luego el horizonte se lo tragó.
Pasado
el tiempo, una tarde subí al Berriz. Al
volverme , divisé una vela blanca.
No
me lo pensé ni medí las consecuencias de aquella loca carrera , corriendo por
el monte, atravesando las marismas, nada me impediría, abrazar a mi hijo.
Cuando
llegué al lugar donde había atracado el barco, sentí una dolora punzada en el
corazón, y caí al suelo.
Aquel
dolor no era lo que más me atormentaba, lo peor es que el bajel,¡ no era el de
Ignacio!.
Así,
casi desfallecida, intenté llegar a casa como pude , pero la almohada y cama
que me acogió en mi muerte , fueron las marismas
de Ondiz.
El
aquel momento una lamía emergió de las aguas , a través de su canto , me
invitaba a seguirla para convertirme en una de ellas.
Desde
entonces , nuestro suave canto , se escucha cuando algún hijo de este monte ,
se hace a la mar .
A
partir de mi desaparición , las junqueras de Ondiz, llevaron el nombre de “
Lamiako Hondartza, cuyo significado es “ Playa de la Lamia”.
FIESTA
POPULAR
Es
una representación que se lleva a cabo desde 1878, pues entre los jóvenes la
identidad del barrio es necesaria. Buscando por aquí, por allá, descubren una
historia basada en la mitología que habla de su barrio. A partir de entonces ,
deciden escenificar la historia, que tiene gran acogida entre el público
asistente.
Cada
año la maskarada de Lamiaco , habla de Prundenzia, de su hijo Ignacio, del amor
y de las lamias
Recabada información en
documentallamiakomaskarada.wordpress.com
pfernandezlaguna.wordpress.com
http://www.lurrak.com/cas_files/galeria/EuskalHerria/10596.jpg