FORMAS CAPRICHOSAS LOS GIGANTES DE LOS URALES



Los montes Urales son una cordillera  que tiene una extensión de 2500 kilómetros , y  entre 150 y 40 de ancho  y a la cual se la considera la frontera “ natural” entre Europa y Asia.
El subsuelo de los Urales tiene terrenos que nos dejan asombrados. Por ejemplo ,en su parte central, podemos localizar yacimientos de piedras preciosas, todo lo contrario que en la  vertiente  oriental donde los metales ferrosos y no ferrosos se adueñan de ella . En cambio en su zona occidental , los diamantes, yeso y caliza, son los elementos que se extraen
Los Urales guardan bosques de coníferas, por donde corren animales de piel fina.
Pero donde mejor se está , es en las partes central y sur , pues  es donde menos se advierte la influencia del aire frío del Ártico, lo que hace posible el desarrollo de la agricultura.
Nuestro destino será en norte, por más señas, en un inhóspito  paraje que pertenece a la República Komi. Tras dejar atrás el boscaje, reparamos que no muy lejos, unas extrañas criaturas, de piedra, nos observan,  son los siete gigantes, cuyas alturas van desde los 30 hasta los  42 metros de altura; moldeados a través de los 200 millones de su existencia  por la sabia madre… la naturaleza, convirtiéndolos en símbolos mágicos, que tienen sorprendentes formas( estrechos en la base, algunos de ellos) . Seis de ellos están agrupados, mientras que el otro, como si fuese su dirigente ,a poca distancia ,  no les pierde de vista.
Asombrados, pensamos que este lugar, estará lleno de leyendas , de historias que se contarán de estas increíbles piedras, que tomaron sus formas gracias al viento, heladas, lluvia, y demás fenómenos meteorológicos.
Ahora, a este lugar al cual se  puede acceder, por personas bien preparados, o si su status se lo permite, a través de helicópteros o motos de nieve, era visitado por los chamanes de los pueblos mansi. 
Quizá la leyenda más extendida es aquella en la cual, uno de aquellos chamanes que visitan el lugar, al comprobar que seis gigantes iban a atravesar la cordillera, les lanzó un conjuro para convertirlos en piedras, cayendo él mismo, víctima de tal encantamiento; aunque nosotros relatemos una de las muchas que se cuentan


LOS GIGANTES

La poderosa tribu de los Mansi, vivía en los espesos bosques de los Urales. No tenían miedo de enfrentarse a los osos, a los cuales vencían con su fuerza, y dar envidia los ciervos, pues corrían más rápido que ellos.
Se dedicaban a la caza , cuyas pieles sabían curtir, sobre todo las mujeres, que confeccionaban las mejores prendas, de piel fina, conocidas en todos los Urales. 
Moraban cerca de una sagrada montaña Yalping  , cuyo espíritu, Nyeri, aceptaba que aquella tribu viviese cerca de él, pues consideraba a su  jefe, Kuuschay, un hombre sabio sabedor de lo que le gustaba.
Kuuschay , era padre de dos hijos, el chico, un  joven como otro cualquiera de la tribu. En cambio la muchacha, era delicada y hermosa,  poseedora de un don, cantar como el río cuando pasa, el viento cuando silba , también lo hacía, que los ciervos abandonaban el lugar donde refugiados vivían , para escucharla.
Por desgracia la belleza de la joven llegó a oídos del terrible gigante  Torev, quien se encontraba con su familia, cazando muy cerca del poblado.
Sin ser descubierto, esperó a que la joven apareciese, quedándose fascinado de su hermosura.
Con paso ligero se acercó y exigió a su padre, la mano de la joven, este se negó, entonces, Torev, llevado por la furia, llamó a sus hermanos , también gigantes, para llevársela a la fuerza.
Todo estaba a su favor , ya que Pygruchum, el hijo de Kuuschay , había salido de cacería, junto a los guerreros de la tribu.
Aquel día , los Mansi, trataron  de resistir, a las escaramuzas de  los gigantes. Cuando cielo se llenó de flecha, Kuuschay 
-¡ Oh, buenos espíritus, salvadnos de la muerte! ¡Que Pygrychum vuelva a casa!. La respuesta del dios no se hizo esperar.
Un extraño manto negro  de nubes al que acompañaban relámpagos y truenos, bajó de las  montañas, que cubrieron la aldea protegiéndola de los gigantes.
Sin embargo aquello no hizo que Torev renunciase a a su deseo de llevarse a la muchacha. Corriendo como un loco, aplastaba todo lo que pisaba,  mientras que acompañado su  ciclópea maza, llegó hasta el pie de la aldea, a la que cubría una fortaleza de cristal. Torev rabioso descargó su ira contra la muralla, que salto en millones  de pedazos, que volaron  impulsados por el gélido viento.
Torev y sus hermanos, decidieron esperar en la cumbre de la montaña, a que las nubes se evaporaran, y que las primeras luces de la mañana, alumbraran lo que quedaba  de la fortaleza para arrasar lo que de ella quedaba .El gigante desconocía que ayudados por la oscuridad que las  nubes proyectaban sobre el pueblo, sus pobladores había huido a las montañas más cercanas.
Llegado el amanecer, la niebla comenzaba a disiparse, y cuando Torev y sus hermanos se dispusieron a atacar, se encontraron con los guerreros Mansi, encabezados por Pygrychum, que llevaba un escudo en sus brazo  izquierdo, y en la mano derecha, una espada regalo del dios bienhechor.
El joven caudillo levantó la espada hacia el sol, un rayo cegó a Torev que bramando corrió junto con sus hermanos para dar muerte a quienes les hostigaban.
Despacio , muy lentamente, los movimientos de los seis gigantes, se hicieron lentos, mientras que una bóveda les envolvía a ellos y a Pygruchum. De repente, un  enorme crujido resonó en lo más alto del monte, que apagó la reluciente luz, después todo el mundo comprobar que los gigante se habían transformado en piedra, aunque para conseguirlo, Pygruch, hubiese tenido que sacrificarse convirtiéndose también en piedra.
Desde entonces, los colosos permanecen impasibles, quizá esperado el momento de volver a ser lo que antes fueron, seis temibles gigantes y un valiente mansi              

Este conjunto está catalogado como uno de las siete maravillas de Rusia, sagrado para los Mansi,  los cuales han habitado este lugar , desde tiempos antiquísimos 

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