Tal y como su nombre
indica, son aves, pero unas aves muy peculiares, ya que , sus
picos y sus alas son de bronce, que utilizaban a modo de flecha para matar a
los humanos y comer su carne . Se
tenía que tener cuidado en no pisar sus
excrementos, pues estos eran
tóxicos. Y eran vulnerables, a las hondas y a las
flechas.
En cuanto a su tamaño era parecido al de la grulla . Y su edad era indeterminada. Estaban consagrados al dios de la guerra
Ares( Marte para los romanos), y rodeados de muchas leyendas.
Se cuenta que en una ocasión , una manada de feroces lobos ,
habían conseguido ahuyentarles de su territorio, obligándolas a volar hacia el
norte, desapareciendo del lugar donde originariamente vivían, cerca de la
ciudad de Orcómeno, enclavada junto al
monte Traquis, que significa «escabroso», para quedarse a habitar
, en las orillas del lago
Estinfalo de Arcadia , ubicado en el noroeste de la península griega del Peloponeso … aquel
suceso traería nefastas consecuencias .
No quedó árbol frutal
en pie. Ni tierra sembrada , que no arrasasen .
Peor parte se llevaron los campesinos al intentar alejarlas de sus casas y de
sus tierras, pues muchos cayeron bajo la
infernal lluvia de sus alas. Tras
abatirlos, se comieron las partes blancas del cuerpo, entre ellas … los ojos .
A oídos de Heracles, hijo del don Juan del Olimpo, Zeus, y
de Alcmena, nieta de Perseo, llega lo que está sucediendo, por lo que decide
partir para enfrentarse con los pájaros .
Era tan fangoso el terreno , en el que habitan, que no
consigue llegar hasta su guarida y
espantarlos.- Mejor pido ayuda a Atenea, mi diosa protectora-.
-
No temas , creo que tengo la solución ,
aunque antes tendré que convencer a cierto personaje para que nos
ayude-. Atenea se refería al dios de la
fragua , Hefesto, quien en un principio se mostró reacio, pero al final hizo lo
que Atenea le pidió, forjar un par de alas de bronce.
Heracles se elevó
hasta un reborde del monte
Cilene, ocasionando tal escándalo, que los pájaros alzaron el vuelo, formando una única y furibunda bandada.
-
¡ Ya os tengo! -. Heracles sacó su arco comenzando a lanzar flechas contra los
pajarracos , quienes uno a uno ,fueron abatidos por el héroe . Los que quedaron
, desaparecieron de Arcadia . Algunas personas, juraban que les habían visto
partir , hacía el mar Negro, donde , presumiblemente, fueron a refugiarse
a un islote conocido como la isla de Ares.
Estos pájaros , también aparecen en el
leyenda de Jasón y los argonautas
, una de las más antiguas de la mitología griega , narrada por Apolonio de
Rodas, poeta épico que escribió la
epopeya , en cuatro volúmenes,
titulada Agonáuticas. Aunque
nacido en Alejandría , la tradición le apoda de Rodas, pues en esa ciudad ,
pasó sus últimos años de vida . Es
sobradamente conocido el episodio en él, cual, Jasón, decide viajar hasta
Cólquida , donde se encontraba el vellocino de oro.
Mucho se ha deliberado
sobre el origen de estos seres alados, tratando de enlazar o entrelazar, explicaciones racionales sobre este mitos.
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