No en muchas, pero en más de una, ocasión, nos hemos encontrado en una reunión, en la situación de no saber qué decir, de no
saber cómo continuar, por lo que lo ocurre un repentino silencio. Acude a
nuestra ayuda esta frase. - ¡Caray ha pasado un ángel!”, una manera de reanudar
la conversación.
Ante todo hemos de aclarar, que no se refiere a ningún ser
celeste. Se trata de un resto que perteneció a la cultura latina clásica.
Y es que los romanos, conservaban, confinados en vasijas, a los
dioses menores, protectores de la casa, como por ejemplo en dios Penates y los
dioses Manes.
Estas vasijas, que simbolizaban la continuación de los muertos,
en la vida diaria de los romanos, tenían su propio altar junto al fuego.
Sucedía, que cada vez que se hacía mención al nombre de un
difunto, o se hablaba de la cosa que él amaba, todos, todos, los allí
presentes, hacían un respetuoso silencio, mientras que inclinaban la cabeza,
antes de continuar con la conversación.
Esta costumbre, perpetúa en muchos pueblos mediterráneos, donde
al silencio repentino, se contesta diciendo “Ha pasado un ángel”. Era ineludible,
acoger con sumisión, en momento del tránsito
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