Con
aspecto de serpiente, o de lagarto, sin cola, pues en ambos extremos, tiene dos
cabezas, que no por estar unidas, no sean independientes, e incluso que se
lleven la contraria, una llora, otra ríe, un habla la otra calla.
Anfisbena
significa en griego” que va en ambas direcciones.”
Se dice que este monstruo se formó con las gotas de sangre
derramadas en el desierto por la Gorgona Medusa, cuando el héroe Perseo lo
sobrevoló llevando su cabeza decapitada.
Catón, el Joven, y su ejército, la encontraron, cuando
marcaban hacia Libia, durante la Guerra Civil contra Cesar en medio de otros
reptiles. Se cuenta, que se alimentaba de los cadáveres que quedan atrás en las
batallas, y en los días de marcha en busca del enemigo, o en búsqueda de la
victoria.
En el Medioevo, los escritores de los bestiarios, tuvieron su
fuente de inspiración en la Anfisbena. Uno de ellos fue San Isidoro de Sevilla,
Obispo,
teólogo y estudioso en la España visigoda, proclamado santo por la Iglesia
Católica y nombrado, más tarde, Doctor Universal de la Iglesia, quien escribió
durante el siglo V, era de sangre caliente, cosa inusual en los reptiles “Es la
única serpiente que se expone al frío, dejándose ver, antes que ninguna otra.”
Puestos a fantasear, otros escritores, le regalaron alas y
escamosas patas (algunos hasta patas de pollo), por lo quedó transformada en un
dragón de dos cabezas. Y como gustó ese perfil, así apareció en diversos
manuscritos medievales, y así también quedó como decoración en la catedral de
Limerick- Irlanda. En otras representaciones, lleva cuernos en la cabeza
delantera, en la trasera, orejas redondas, o con cuerno en ambas, en todos los
casos, los cuernos eran largos y curvados, hacia arriba y ligeramente en espiral
Para rizar el rizo, a otros se les ocurrió representarla,
enrollada en forma de aro, con una de las cabezas atrapa en las fauces de la
otra, por lo que daba a entender, que también podría enroscarse, y deslizarse.
Nos hemos olvidado de los ojos, parte muy importante de este
animal fabuloso, ojos que brillaban como la luz de las velas, o como pequeños
relámpagos.
En cuanto a su tamaño, era más bien mediano, alrededor de 1m
de longitud.
¿Cuantos años podía vivir.? Sin límite. En la actualidad,
quien tenga una Anfisbena, suelen llegar hasta los dos años, en cautividad.
¿Dónde vivía? En el desierto de Libia.
Existen figuras similares en otras mitologías, como las
centroamericanas precolombinas y las africanas, con significados diferentes.
Este animal aparece en numerosos bestiarios europeos medievales, situándosele
casi siempre en África.
PODERES
Rápidos movimientos tanto hacia delante como hacia atrás, ya
fuese deslizándose o también enroscándose.
Si al cualquiera de estos animales, se le cortaba en dos
pedazos, se volvía a regenerar.
Podía rodar, sujetando las mandíbulas, de sus dos cabezas, o
agarrando el cuello de una, con la boca de la otra
Los usos que hacía la Anfisbena de su veneno, no los hacía
única y exclusivamente a través de sus ponzoñosos colmillos, y que, en una
obra, que se da como autor de la misma a Galeno, se afirma que mientras estaba
con vida, segregaba un vapor tóxico, capaz de que las embarazadas, abortasen,
si la pisaban sin darse cuenta. No obstante, si se la llevaba, al cuello, teóricamente,
cuando se estaba embarazada, los embarazos eran seguros, de ahí la moda, que
aparece entre las damas pudientes, de llevar brazaletes con la forma del reptil.
La piel de la Anfisbena, muerta, claro, curaba las artritis,
o para combatir el resfriado.
Llevarla tapando las manos, llenas de sabañones,
reduciría estas dolorosas inflamaciones, bajo la piel.
Los Zoólogos modernos, acordaron aplicar, su nombre, a un
grupo de reptiles, subtropicales, que no tienen extremidades, conocidos con el
nombre de << culebrillas ciegas >>.
Uno de los personajes que no tragó el mito de la Anfisbena,
fue, sir Thomas Browne, 1605/10/19 - 1682/10/19, médico y ensayista inglés “Es
imposible, puesto que existe una dificultad fisiológica, que se plantea, en la
existencia de un ser, que tenga, dos partes delanteras, pero ninguna trasera.”
Recabada información en:
El bestiario fantástico Tony Allan