1870
Casi a punto de finalizar el mes de agosto, por la sierra de Alcubierre, que
domina un árido paisaje, que ocupa aproximadamente 400km cuadrados, y una altura
desde los 400 metros hasta los 800 metros de altura, baja una partida de 12
hombres armados con trabucos. El jefe que les guía, viste de negro absoluto.
Pocos días más tarde, 20 hombres, bandidos, por más señas, a pleno día, en el
pueblo de Senés, se llevan entre 3000 a 4000 duros de la casa de Pepe Chico.
Aunque
nadie lo diga, el robo lleva la firma de cucaracha, nacido en la localidad
de Alcubierre, y que llegará a ser el bandolero más célebre de Aragón.
Él
y su cuadrilla, mantendrán a jaque, durante cinco largos años, a los gentes de
la zona de los Monegros
PERFIL
Pequeño
de estatura, muy moreno y siempre de negro, así que no es de extrañar que le
pusieron ese apodo
Las
crónicas de la época, cuentan que se echó al monte, porque quería vivir sin
trabajar.
Apareció
cuando estaban en plena ebullición las guerras carlistas, lo que conllevó, que
el escaso número de guardias civiles, dedicados a la lucha contra los
malhechores, estuviesen ocupados en aquella lucha política, con lo que, el
pequeño, rufián, de estatura, campeaba por sus respetos. En cierta ocasión, se
valió de la forma de actuación, de las partidas carlistas. Él , y sus hombres
se hicieron pasar por una de las partidas carlistas de la zona, entrando en las
localidades de Albatillo, Castejón de Monegros, Villanueva de Sigena, Sena y
Farlete, en esta última el asalto se
produjo en 1873, a las 9 de la mañana, bien armados con sus trabucos y a cara
descubierta , se pasean por el pueblo a sabiendas que nada puede pasar, pues
los habitantes del pueblo , están en la iglesia, asistiendo a misa . Entran
en dos casas, pertenecientes a dos terratenientes, después huyeron, entablándose un tiroteo,
entre vecinos y bandoleros.
Es
durante la huida cuando tiran los uniformes que llevaban, encima de la ropa de
siempre, siendo perseguidos por 8 voluntarios, y 6 guardias, a los que les
indican el camino a seguir, las huellas que los bandoleros van dejando sobre el
terreno. Al día siguiente detienen a dos de los ladrones en la localidad de Lanaja,
quien dan los nombres de sus compañeros. Con la ayuda de la Guardia Civil y
voluntarios de varios pueblos, consiguen detener a más de 20 implicados en el
asalto, entre bandoleros y confidentes
Para
sus asaltos, los bandoleros, actuaban en pequeñas cuadrillas, que se unían
cuando el asalto, o lo que iban a robar, eran muy importante.
Durante
años, todos los terratenientes de aquella zona, estaban en un sinvivir, pues en
cualquier momento, se lo llevaban a la sierra y pedían rescate por ellos.
Cucaracha, no escatimaba dinero, a la hora de pagar a sus numerosos confidentes, hasta llegó a gastarse en este menester 3000 reales. Estos avisos, le venían muy bien, pues cuando se dispusiesen a asaltar algún pueblo, o llevarse algún ricachón, nada, ni nadie, se lo podría impedir. Los hombres que le acompañaron en sus correrías, superaba el centenar.
Cucaracha sentía un verdadero odio a los ricos y se jactaba de <<asestar sus tiros a los hombres de posición y de
fortuna >>.
Nunca
pisó el aula de una escuela, apenas sabía leer y escribir, y el camino de lo prohibido,
y fácil de obtener, le tentó, y en eso estaba.
Tenía
dos ídolos, bandoleros con él, Jaime el Barbudo, de Crevillente-Alicante, y
Jose María el Tempranillo, de Jauja- Córdoba.
1873
Son tantas las fechorías realizadas por Cucaracha y sus compinches, que, hasta
la prensa, llegan infinidad de quejas por la inseguridad de transitar por los
Monegros. Entre las gestiones de gente influyente, y las quejas en la prensa, que
el gobernador militar, de la provincia, se ve forzado a ordenar , que 30 guardias
civiles, que estarán al mando de un capitán, se sitúen, a finales de marzo en
Sariñena para perseguir el bandolerismo.
Dos
años después, 1875, la guardia civil, acaba con la vida de cuatro de los
compañeros de Cucaracha, y también, con la suya, el suceso ocurrió cerca del
poblado de Peñalbeta, en el término de Lanaja
La
muerte de Cucaracha, está rodeada de sombras, a la que se une, la leyenda, ya
que, según tradición popular, los bandoleros ingirieron vino envenenado, cuando
el veneno comenzó a surtir efecto, los civiles, acabaron con sus vidas.
No
en todas, pero en algunas historias, aparece el lado bueno del bandolero, como
en el caso del Tempranillo, y también, del que nos ocupa, pues se decía que se
acercaba hasta los jornaleros y tras comprobar su ínfima situación,
extorsionaba al amo, para obligarle a mejorar la situación de los campesinos,
para lo cual le quemaba la mies. O de otra que no tiene ningún atisbo de
violencia. Se encontraba Cucaracha de camino hacia un molino, cuando se cruzó
con un niño.
- - ¡Zagal! ¿Tienes dinero? -
-
- No señor, mi madre no me ha dado nada por
si me encuentro con Cucaracha –
El
bandolero le dio unas monedas mientras le decía – Toma estas monedas. Y dile a
tu madre que el Cucaracha no roba a gente pobre –
Claro
que tampoco se libra de otras “obras de caridad “como la de degollar y rociar
con petróleo a Lorenzo Martín, porque su madre se había opuesto a que quemasen
el pueblo de Alcubierre, a lo que su hijo estaba dispuesto a hacerlo.
Tras
la muerte de Cucaracha, su banda, prosigue llevando a cabo, algunos robos, y la
labor de la benemérita se intensifica.
Según
documentación histórica, existente, muertos y torturados, 46 miembros.
Entre
1875 y 1880, queda prácticamente, erradicado el bandolerismo en Los Monegros
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