Santa Lucia nació y
murió en la ciudad italiana de Siracusa, Sicilia,
alrededor del año 283, fue educada en la fe cristiana.
Cuenta la tradición,
que cuando era una niña, ofreció a Dios, voto de castidad.
No obstante, al
llegar a la adolescencia, su madre, Eutychia
que era viuda, y no deseaba dejar sola a su hija, cuando muriese, quiso casarla
con un joven pagano.
Lucia luchó para
evitar dicho matrimonio y lo consiguió. Pero lo que no pudo prever, es que su
pretendiente, llevado por el odio del ser rechazado, acude al gobernador, para
acusarla de cristiana, religión, que por aquel entonces estaba prohibida, y de
profesarla, motivo de persecución.
La muchacha es llamada
ante el gobernador, quien la invita a adjurar de su religión. Ante la negativa
de la joven, es atormentada para obligarla a adorar a dioses paganos, pero
Lucia no cambia de parecer y sigue firme en sus creencias, y es decapitada
Los santos que
portan ramos como lo que se llevan el domingo de ramos, es que ha sido martirizados.
Santa Lucia también porta un ramo, a la vez que, en una pequeña bandeja de
plata, están colocados sus dos ojos, puesto que, según una muy antigua
tradición, se los arrancaron por no renunciar a su fe.
Gracias a sus
múltiples virtudes entre las que se destaca la sencillez, la humildad y la
honradez, el Papa San Gregorio en el siglo VI puso su nombre a dos conventos
femeninos que él fundó.
El inmueble más
antiguo de la calle, pertenece al número 4, una casa baja, grande, rehabilitada
en los 90, completamente, aunque se respetó, la fachada que estaba construida a
base de sillares de piedra.
Si se tiene la
suerte de poder traspasar la puerta, se encontrarán con algo que nadie espera, un
magnífico patio, interior, de vecindad, que nos lleva hasta los tiempos del
Madrid antiguo.
Si los muros de este
edificio pudiesen hablar, nos contarían, la desaparición, en las últimas
décadas, de muchos artesanos que en ella tenían sus talleres, y de las
tradicionales tiendas, de esas, a las que consideramos, de toda la vida.
Cuando estamos para
llegar a la calle del Tesoro, al lado de la imprenta, que aún sigue de pie, una
casa en la que se trabaja el vidrio artesano.
Haciendo esquina con
la calle del Espíritu Santo, existió un comercio, con una sencilla, a la vez elegante,
fachada de azulejo, dedicado a los ultramarinos. Aunque no solo él se había
marchado, también se echaba en falta, a una churrería, una bodega, una tahona,
y en bar La Peña
El edificio azul,
rehabilitado hace tiempo, tiene sus fachadas que saludan a las calles, San
Vicente Ferrer y Espíritu Santo, y ¡cómo no!, a la calle donde está construido,
Santa Lucia
La culpa de que
esté, visiblemente, dividida en dos, la tiene la orografía. Veamos: la gran
cuesta que va en ambos sentidos, con la cima prominente en la calle del
Espíritu Santo, que la cruza.
Debe su nombre, a
una imagen de la santa, ubicada en la fachada de la casa del marqués de
Rodazne.
Mucho antes, se alargaba
hasta la de San Miguel, en la actualidad de Daoiz, espacio que ocupaba, el
Centro Cultural Clara del Rey, con dos entradas, la de la calle de la Palma, y
la otra por las dependencias del colegio público, Pi Margall.
Este tramo, ya
desaparecido, tuvo diferentes nombres: Cruz Nueva, Callejón del Rey, Nueva de
la Cruz, Tres Cruces de las Maravillas, y Tres cruces Nuevas
Santa Lucia es
patrona de
Los pobres, los
ciegos, de los niños enfermos y de las ciudades.
Es patrona de los
campesinos, electricistas, chóferes, fotógrafos, afiladores, cortadores, cristaleros,
sastres y escritores.
Recabada información
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