El
refranero español es muy rico, y se forma a base de frases, que el pueblo, por
experiencia, dice o escribe.
A
este artículo le viene como anillo, al dedo, el que dice: << Por el hilo se saca el ovillo
>>
México,
1989, abril. Cerca de la frontera con EE.UU., la policía se encuentra a la
altura del kilómetro 39, en la carretera de Matamoros a Reynosa, en el rancho
Santa Elena, en un control rutinario.
Al
poco, aparece una furgoneta, a la que los agentes, mandan parar, a su propietario,
David Serna Valdez.
En
la inspección, la policía descubre restos de marihuana, además de una pistola
calibre del 38, por lo que David, es detenido y llevado a dependencias
policiales.
Después
de más de tres horas, de interrogatorio, el muchacho, al final declara, que
pertenece a una secta de
“magia negra”, y que utilizan, el rancho, donde vive, él, y otras cuantas
personas más, para realizar sacrificios rituales, aparte de transportar,
semanalmente, una tonelada, a EE.UU., de marihuana, tras lo cual, unas
dotaciones policiales, se trasladan hasta el citado rancho, para investigar si
es verdad lo que cuenta el detenido.
Lo
que encuentran allí, pone los pelos de punta al más templado y avezado policía,
aunque no se trata del descubrimiento de 110 kilos de marihuana, es algo más
espeluznante, un caldero de hierro, que despide un hedor pestilente, y que
contiene sangre seca, un cerebro humano, una tortuga asada, machetes, ajos, 40
botellas, vacías, de aguardiente, y colillas de cigarros, aunque el horror no
ha hecho más que empezar.
La
policía descubre, alrededor de la casa, una fosa común, doce cadáveres
descuartizados, a los que se les había extirpado el corazón y el cerebro, en
algún inexplicable y terrible ritual.
Entre,
aquel amasijo de cuerpos, está el de un estudiante de medicina, Mark Kilroy, que
había sido dado por desaparecido, en marzo de ese mismo año. Le habían
extirpado el cerebro y amputado las dos piernas. Con una parte de la columna
vertebral, el líder del grupo, Adolfo de Jesús Constanzo, nacido en Miami,
Florida-Estados Unidos- conocido como “El padrino de Matamoros”, se había
fabricado, como pudo descubrir la policía tiempo después, un alfiler de
corbata, al que llevaba como amuleto.
No
solo, durante el interrogatorio, Serna Valdez, había hablado de su pertenencia
a una secta satánica, y de su conexión con una banda dedicada al narcotráfico,
también dio nombres y apellidos, de otros integrantes a la secta, que eran los
mismos que los de la banda de narcotraficantes, que son detenidos y quienes
confiesan, que habían matado a aquellas personas, por orden de Constanzo.
El
tal Constanzo, de 27 años de edad, hijo de un americano y de una cubana, que
practicaba la Santería y Palo Mayombe, había iniciado a su hijo, en estas
artes, cuando tenía tan solo 3 años.
Tenemos
que retroceder 9 años, para conocer, el principio de una “carrera”, como
mayombero, que llevaría a Adolfo de Jesús, a asesinar, sin elección, a personas
inocentes.
En
Miami, se dedica a trabajar con la magia negra, para posteriormente,
trasladarse a México, donde obtiene un éxito rápido, con sus trabajos, que son
requeridos, entre las altas esferas, gracias, a esos supuestos poderes mágicos,
que le eran atribuidos, y al misterio con el que rodeaba su vida, su carisma y
su personalidad
Importantes
personalidades, americanas, le solicitan, rituales de purificación, llamadas
limpias, ceremonias en las que se limpiaban las malas energías negativas, y de
las que obtiene pingües beneficios (de 80.000 a 40.000 dólares).
Insaciable
por llegar más lejos, y lograr más poder, se decide a introducir, en sus
rituales, sacrificios humanos, ayudado por una estudiante norteamericana, Sara
Villarreal Aldrete, de 24 años, divorciada, quien terminaría por ser su amante
e inspiración; quien irá ascendiendo, de categoría, dentro del grupo, hasta
convertirse en sacerdotisa, participando, activamente, en todas las sangrientas
ceremonias que se practicarían, amén de reclutar y explicar a los nuevos
miembros de la secta, todas las actividades a realizar
Como siempre, en estos casos, Adolfo juega
con la ignorancia, o con el deseo de ser indestructibles, de sus adeptos, hasta
tal punto, que les promete, que serán invulnerables… a las balas, y de ser
invisibles, claro que todo esto será posible, si siguen al pie de la letra, sus
instrucciones.
Primero
tendrán que crear una ganga o lo que el “ patético aprendiz de chamán “ llama, caldero mágico, que debe
tener , unos ingredientes especiales a la vez que secretos, dentro de los ritos,
de Palo Mayombe, como son: la sangre, y tener a mano, algunos miembros
mutilados, aunque él insiste , que si son, cerebros de criminales o de locos, mejor que mejor,
siendo imprescindible que sean de raza blanca, ya que estos son más fáciles de dominar, por el verdugo preferentemente cerebros de criminales o
locos, a ser posible de hombres de raza blanca, pues supuestamente éstos son
más influenciables por el verdugo, pues para él que va a ser el ejecutor del
rito, la tortura es muy importante, ya que con ella, el alma de la víctima, “
aprenderá” a atemorizarse, sin final, o sea eternamente, para ser como su alma
gemela, y encontrarse siempre sujeta a él.
Cuando
ya está llevado a cabo el ritual, los ejecutores y congregantes, beberán la
sangre de la víctima, ya que hipotéticamente, ese acto, les dará todo el poder
deseado.
Estas
son las declaraciones, que se escuchan en los interrogatorios, a los que son
sometidos, los detenidos, y que llevan a descubrir, la existencia, de otros
centros, en diferentes ciudades mexicanas, en las se localizan más
delegaciones, y en las que se practican nuevas detenciones.
Con
las nuevas informaciones, el máximo poder policial, agrupa a más de 300 policías,
con un solo objetivo: La búsqueda, de Adolfo de Jesús Constanzo, Sara Aldrete,
y sus tres hombres fuertes, Álvaro de León Valdez, Omar Francisco Oreas y
Martín Quintana. El grupo huirá, durante tres semanas, por todo México.
Quizá
Constanzo, se vea sometido a una presión, ¿qué no esperaba?, pues intenta
negociar con las autoridades mexicanas. - Si no lo hacen, revelaré a la prensa,
los nombres de personajes conocidos, por todos, y que acuden a nuestro culto. –
No obstante, las autoridades, no tragan, pues son más los crímenes que han
cometido, que los nombres de unos personajes, que, puedan ser, que consigan
salir indemnes, pagando una suma de dinero. Estas negociaciones, que se
hicieron en secreto, durante tiempo, verán la luz, más tarde, con una
revelación, la existencia de policías, adeptos a la secta del “Padrino de
Matamoros”.
Adolfo
y sus cómplices, al ver que sus amenazas no son tenidas en cuenta, decide
refugiarse, en una de más lujosas mansiones del Obispado de Monterrey, que está
protegida por un circuito con 6 cámaras, que vigilan, el jardín y los accesos
de la “casita”, día y noche.
Mientras
tanto, las detenciones de narcosatánicos se efectuaban, en distintas
localidades.
El
6 de mayo, el Distrito Federal, logra dar con ellos, mientras se encuentran
registrando aquella zona, y les cercan.
Desde algunas de las ventanas del edificio, los cómplices, de Adolfo de
Jesús, comienzan a disparar contra los agentes policiales.
Durante
un buen rato, los disparos continúan, hasta que al final, cesan y la policía
decide entrar en la casa. En la última habitación, desde donde los compinches
del “santón”, disparaban, la policía encuentra los cadáveres de Constanzo y de
Quintana. Parece ser, que entre ambos había un pacto, no quedar vivos, antes de
que la policía los arreste.
Los
supervienes, quince en total, entre ellos Sara Aldrete, son detenidos y
llevados a dependencias policiales.
Los
relatos de Sara, sobre las torturas a las víctimas que había caído en sus
manos, eran espeluznantes.
-
Uno de nuestros miembros, hizo que la persona a la que iba a
torturar, se mantuviese con vida, tras haberle cortado, su aparato reproductor,
las dos piernas, y los dedos de las manos. Después de abrió el pecho de un
machetazo, agarrándole el corazón, sin desprenderlo, para pasar a morderlo,
mientras aquel moribundo, lo miraba mientras agonizaba. –
Sara llevó doble vida. De día sumisa con sus
padres, amiga de sus amigos, y compañera de sus compañeros de estudios. De
noche, era una feroz asesinaba que no titubeaba en ayudar a quien vacilaba en
matar a la persona que tenía que ejecutar.
Así mismo, Sara, fue la ejecutora de la
muerte de un traficante de drogas llamado Gilbert Sosa, a quien mandó colgar
por el cuello manteniendo sus manos libres, para que pudiese sobrevivir, tras
lo cual, ordenó introducirlo en un barril con agua hirviendo, mientras que
ella, le arrancaba los pezones con unas tijeras
No
obstante, en el juicio, negaría toda participación sobre aquellos crueles,
rituales, mientras que aseguraba, que Constanzo, la había retenido contra su
voluntad, al haberse descubierto la matanza de Matamoros.
Fue
condenada a 50 años por homicidio en el penal de Santa Martha Acatitla.
En
1997, Alex de la Iglesia, se inspiraba en la vida de esta mujer, para rodar su
película “Perdita Durango”