El efecto mariposa, yo así lo
veo: Una simple avería de un coche, puede desencadenar un caos.
EJEMPLO
Mariano sale de casa para ir a trabajar.
En el garaje el coche no funciona, decide tomar un taxi, pero se ha inaugurado
una feria de muestras y coger un taxi, es impensable. Decide tomar un autobús,
pero en vez del número 2 que le lleva directamente a su destino, toma el 5 que
recorre media ciudad. Mientras tanto, en la oficina, un importante cliente que
no puede perder el tiempo, comienza a desesperarse, y de nada le vale que
Mariano llamase a su jefe, indicando lo que le ocurre. Al final el cliente se
marcha, muy cabreado, y la empresa pierde un cliente muy valioso
LA HISTORIA
Una dramática noticia llenó las páginas de los
periódicos, en aquel 14 de noche 15 de madrugada del mes de abril y en el año
1912 El hundimiento del Titanic.
Todo el mundo recordamos al famoso Edward Smith, que se
hundió con su barco. O Phillips, el radiotelegrafista que no abandonó su
puesto, mientras mandaba la señal de socorro, o quizás la dramática historia de
uno de los desaparecidos, o la del señor o señora, que ese día, por diversas
circunstancias, no pudieron subir al Titanic.
Sin embargo, quien realmente sería la más famosa, de los
2.228 pasajeros que llevaba el Titanic, no era multimillonaria.
Ni siquiera, John Jacob Astor IV militar con el grado de
coronel de reserva, escritor y destacado empresario perteneciente a la alta
sociedad estadounidense, que falleció en el hundimiento
Tampoco Thomas Andrews, Jr. empresario e ingeniero naval británico.
encargado del planeamiento y de la construcción del famoso transatlántico RMS
Titanic, además de sus dos hermanos, propiedad de la compañía White Star Line:
el RMS Olympic y el HMHS Britannic, quien también falleció ese fatídico día.
No era Dorothy
Gibson de nacionalidad estadounidense, actriz de cine mudo, que además era modelo
y cantante, recordada por ser uno de los supervivientes del Titanic.
Por supuesto, ni Lucy Christiana, Lady Duff-Gordon.
Famosa diseñadora de moda británica del final del siglo XIX y comienzo del XX,
que no solo se salvó ella, también su segundo marido, Sir Cosmo Duff Gordon, y
su secretaria.
Está bien. Está bien, desvelaremos el personaje secreto:
Se trata de Violet Jessop, una humilde azafata en primera clase, a la que
alguno podría poner la consabida etiqueta de “gafe “, pero todo a su tiempo.
Desde hace tiempo, muchos o
pocos años, que creo en el destino, y creo en él, pues me ha dado pruebas
suficientes para decir que existe. Traten de bucear en sus memorias y a buen
seguro que encuentran algo, que como a mí, les lleve a esa misma dirección, la
del destino.
VIOLET CONSTANCE JESSOP
Comienza el eslabón
De padres irlandeses, nace en la
Pampa, cerca de Bahía Blanca(Argentina), en octubre de 1887. Los Jessop tienen
nueve hijos, siendo Violet, la mayor de todos, aunque solo sobrevieron seis.
La
existencia tan dura que lleva, así como una escasa alimentación, desembocan en
una tuberculosis. Los médicos que la están tratando, comunican a la familia,
que nada se puede hacer por su vida. Sin embargo, Violet, consigue vencer la
enfermedad, sin que los galenos sepan cómo lo ha logrado.
Después que
aquel mal trago, el destino, le tiene preparado, un día fatídico, la muerte de
su padre, con lo cual, su madre, tiene que hacerse cargo de la familia.
Tras sopesar los pros y los contras, decide que toda la familia, debe emigrar, esta
vez a Inglaterra, donde busca trabajo.
Sus pasos la
llevan hasta la naviera Royal Mail Line (RML), que hacía entre otras líneas, la
ruta de la India, donde la aceptan para trabajar como camarera.
Aquel
trabajo fue un balón de oxígeno, para la familia, aunque tuviese un tinte de
desunión, solo Violet, y una de sus hermanas que se queda a su cargo, siguen
viendo en casa, el resto de sus hermanos, son internados en un orfanato, con
harto dolor de corazón, de su madre, quien no encontró otra forma para que sus
hijos, estuviesen atendidos
Violet puede
acudir a un colegio, comprensiblemente, católico y cuidar de su hermana,
mientras que Kelly, su madre, navegaba.
El destino,
caprichoso, inseguro, vuelve a cebarse con la familia Jessop, pues Kelly
enferma.
Ahora la responsabilidad de sacar a la familia adelante, es de Violet.
Violet Jessop
era una muchacha de ojos grises, 1,60 de estatura, sin tacones, bella y
elegante, un hándicap, para encontrar empleo, bueno eso es lo que le dijeron en
una entrevista de trabajo- Su aspecto, puede provocar
problemas con los pasajeros y con la tripulación- Violet se quedó sorprendida y continúo visitando otras
agencias, con la misma respuesta, por lo que optó por cambiar su físico: dejar
de maquillarse, utilizar roja vieja monocolor. El resultado fue … aparentar
diez años más.
Y así
encontró trabajo en la misma compañía en la que trabaja su madre y sustituirla,
atendiendo a los pasajeros de tercera. En aquella época, se contrataban, para
este menester, mujeres de aproximadamente, unos 42 años, o sea que la doblaban la edad.
Así y todo,
su físico le llevó a tener para contar, alguna que otra anécdota: tres
propuestas de matrimonio, en un mismo viaje, una de ellas, por parte de un
adinerado pasajero de primera clase.
Sin embargo,
la muchacha tiene otras aspiraciones, ganar un poco más y trabajar menos de 17
horas, un duro horario.
Violet se
presenta en las oficinas de la White Star, tiene ciertas esperanzas de que la
contraten, ya que, en aquel entonces, era una potente naviera, que competía a
nivel mundial, en el transporte transoceánico , una manera de viajar solicitada
cada vez más por la clase alta, la emigración y por los nuevos profesionales.
La próxima vez que Violet trabaje de camarera lo hará en el Olympic, al mando
del capitán Edward Smith.
El Olympic fue el primer, de los tres navíos de la White Star Line, botado en 1910
convirtiéndose en el barco más grande del mundo, durante dos años, hasta la
aparición de sus hermanos. Tenía piscina cubierta, biblioteca, gimnasio, sala
de fumadores, un café decorado con palmeras, y salones para organizar fastuosas
recepciones. Parte desde Southampton el 14 de junio de 1911 con destino a Nueva
York. El Olympic recorrería el mismo itinerario
continuamente, hasta que al destino se le ocurrió una jugarreta.
1911
Apenas dejado atrás la ciudad de Southampton, navegando por el estrecho que
separa a la isla Wight con tierra firme, surca el mar en paralelo con el crucero británico HMS
Hawke. El capitán del Hawke observa atónito como el Olympic, hace un inesperado
giro a estribor, tan amplio, que no puede evitar que su navío lo embista, golpeándolo por el lado de
estribor, lo que le provoca al Olympic dos agujeros, uno arriba, y otro por
debajo de la línea de flotación. La proa
del Hawke, estaba diseñada para embestir buques enemigos.
Los
pasajeros que sobrevieron a esta embestida, fueron desembarcados, y el Olympic,
tuvo que ser llevado a dique seco para su reparación. Entre los afortunados que
no sufrieron ningún rasguño, estaba Violet Jessop, que perdió su trabajo.
EL
TITANIC
Sobradamente
conocemos la historia de este transatlántico, y de su capitán Edward Smith, que
pasó de un barco al otro, llevando con él, a parte del personal que trabajó en
el Olympic, personal digno de toda su confianza, entre los que se encontraba,
la afortunada Violet.
La
construcción del Titanic, estuvo supeditada a las reparaciones del Olympic, parte
del material destinado a su hermano gemelo, se lo llevaron a él, para repararlo
y así se escribe la historia de lo que
después sucedió: la negligencia de no tener, todos los botes salvavidas, que
debía llevar el Titanic, hizo que las víctimas fuesen superior a las que se
hubiesen podido salvar si los hubiese
llevado, tal y como era su obligación, o la del capitán de informarse, si en
caso de hundimiento, el Titanic, llevaba
el número exigido de botes..
Nos
encontramos en cubierta, todos gritos, idas y venidas, intentando
desesperadamente encontrar un bote y escapar de una posible muerte.
Violet,
se halla en su camarote. Unos golpes en la puerta le hacen sobresaltarse – El
capitán le ordena que se presente en la cabina de mando- y así lo hace
Una
vez en su presencia, el capitán Smith le dice -
Trate de localizar a todas las personas que hablen en español, reúnanlas
para que suban a los botes y acompáñelas -
Violet ya está en un bote que baja despacio
para posarse en las frías aguas del mar. De repente, un oficial la llamó desde
cubierta.
–¡Miss
Jessop! ¡Tome...!
Y le lanzó un bebé, que recogió sobre el
regazo, de milagro.
Las
personas que van en ese bote son recogidas por el buque Carpathia y llegan a
puerto.
Violet
lleva al bebé en sus brazos, pero una desconocida mujer se abalanza contra ella
y le quita el bebé desapareciendo rápidamente. Jamás pudo averiguar, si se
trataba de la madre del pequeño, ni siquiera musitó unas gracias. De aquel bebé
no vuelve a saber nada.
A Violet Jessop, nunca se le olvidaron los
gritos de los que, tratando de nadar o mantenerse a flote en las heladas aguas,
algunos posiblemente heridos, pedía socorro
Regresa a Inglaterra
y allí espera la ocasión de volver a trabajar
EL BRITANNIC
Dos años después, 1914 estalla la Primera Guerra Mundial.
El Reino Unido moviliza todos los recursos que tiene para la
lucha, entre ellos figuraba un gran transatlántico, el Britannic, que será
transformado en un buque – hospital.
1916 Violet viajaba a bordo, del Britannic como enfermera de la
Cruz Roja.
El Britannic navega por el Egeo, cuando a la altura del canal de
Kéa, el barco experimenta una gran explosión, al topar con una mina dejada por
algún submarino, para destruir barcos enemigos.
El Britannic se va a pique en cuestión de 55 minutos.
“De repente, oímos un ruido ensordecedor. Todo
el salón se levantó… Me trajo recuerdos no muy distantes de la noche aciaga del
Titanic” contaría Violet.
Este
accidente, se saldó con la vida de 30 personas, que perecieron de una forma
horrible, despedazados por las hélices del barco, que atrajeron los botes
salvavidas que ocupaban.
Por fortuna,
el buque, esta vez no llevaba heridos, evitándose, con ello, que la cifra de
muertos, fuese gigantesca.
Y Violet volvió a salir viva, de aquel incidente, aunque
esta vez, la muerte estuvo más cerca que nunca, de ella “Me
lancé al mar, fui succionada por debajo de la quilla, y me golpeé la cabeza.
Aun así, escapé”, izada del pelo por otro náufrago.
Andando los años, contó, que sufría muchos dolores de
cabeza, sin motivo aparente. Cuando en médico terminó la exploración le dijo- Tiene
usted, una fractura de cráneo antigua-
La vida de Violet Constance Jessop, cambió, para no pasar
más, por otro naufragio.
John James Lewis, el que fuese marido de
Violet Jessop
Se casó a la edad de 37 años, su unión con
John James Lewis, duró un año, nunca se llevaron bien, aunque según algunos de
sus familiares, continuó acordándose de él. Se cree que una de las razones que
llevaron a la ruptura matrimonial de John y Violet, se debiese a que, a la hora
de tener hijos, existiesen muchos problemas, por lo que su marido, no la tenía
en demasiada estima
Durante años, al no encontrar ningún registro que
atestiguase dicho matrimonio, no se tuvo constancia de que Violet se hubiese
llegado a casar, e incluso se desconocía la identidad del que había sido su
marido.
1945 Violet cambió su uniforme de camarera, y los objetos
que le eran afines al cargo, por una máquina de escribir y un puesto de
oficinista
1960 Con 63 años, dedicados al
mar 42 años, se retiró a un cottage, una casita con techo de paja del siglo
XVI, en la ciudad de Suffolk (Great Ashfield, Inglaterra), viviendo de sus
recuerdos, y también de los huevos de las gallinas que tenía, para completar la
exigua pensión que le había quedado.
1958 Concede una entrevista con
motivo del estreno de la película “A Nigth to Remember” (estrenada en España
como La última noche del Titanic, del director británico Roy Ward Baker. Con
los actores Kenneth More, David McCallum y Sean Connery, entre otros)
En aquella entrevista, Violet, no
estuvo lo más mínimo de acuerdo con las escenas, en las que aparecen, en dicha película,
los pasajeros de tercera clase, tras unas rejas cerradas, que les impedían el
acceso a cubierta abandonados a su suerte. También tiró por tierra la falsa leyenda, de que las mujeres
norteamericanas, luciesen grandes sombreros en el barco. Seguro que tampoco
hubiese estado de acuerdo, con algunos de los films que se rodaron, en años
posteriores, sobre el Titanic.
1971 A los 84 años de edad
fallece de una insuficiencia cardíaca congestiva. La tierra y una sencilla
lápida, de piedra, en la que aparece este epitafio
“Violet Constanza Jessop, querida hermana, que murió el 5 de mayo de 1971 a los
84 años, fortalecida por los ritos dela Santa Madre Iglesia. Dulce Jesús, ten
piedad de su alma”, guardan sus restos, en el cementerio de Hartest,
Suffolk, al noroeste de Londres.
¿VERDAD? ¿MENTIRA?
Esta circunstancia, tiene
que ver con lo que sucedió la noche del hundimiento del Titanic.
Violet se encontraba una
noche, en la que el cielo, dejaba caer un fuerte aguacero acompañado por rayos
y truenos. Cuando eso sucedía, el teléfono de la casa, se quedaba mudo, aunque
aquella noche tuviese voz, y el consabido ring, ring, lo evidenciase. Violet lo
descolgó y contestó a llamada.
Una voz al otro lado del
teléfono le hizo esta pregunta - ¿Es usted Violet Jessop? -Así es- dijo
ella, preguntando por la identidad de la persona que llamaba a esas horas, le
respondieron, -Soy el bebé que salvó del Titanic.
Se dice, se comenta se cree, que
se trataba de un joven llamado Assad Thomas, quien hubiese conseguido el número
de teléfono de Violet, y la hubiese llamado para agradecerle, lo que por él
hizo, cosa que su madre, jamás hizo en día
Nunca sabremos, si esta llamada
fue verdad, o si se utilizó cuando Violet sacó a la luz pública un libro con
sus memorias, bajo el título de “Titanic survivor”- Sobreviviente del Titanic.
Un joven de 20 años, con el
nombre de Assad Thomas, falleció en 1931