En pleno mediodía, en lo más intrincado del bosque, una
pequeña hormiga, sorbía un poco de agua, justo al borde de un arroyo. De
repente, un fuerte viento, le empujó al agua. Sin poder agarrarse a hoja
alguna, la hormiga fue arrastrada por la corriente.
La hormiga pensó que su fin había llegado, y que moriría
ahogada, mientras que lo alto de un árbol, una paloma, que estaba en una rama,
observaba como la hormiga luchaba contra la corriente. Rápida, con su pico,
rompió una ramita de árbol, dejándola caer cerca de la hormiga, para que, esta
pudiese subirse encima de ella.
Cuando la hormiga consiguió llegar sana y salva, a la
tierra, agradecida por el favor que la paloma le había hecho, prometió
devolvérselo en la primera ocasión en la que la paloma, tuviese necesidad de
ella.
Pasado un tiempo, por el bosque caminaba un cazador de
pájaros. Este observó que una paloma estaba en su punto de mira y se dispuso a
cazarla.
La hormiga se percató, que, iba a disparar su arma contra la
paloma que, en su día, le salvó de morir ahogada. Se acercó todo lo rápida que
pudo y le pico en el tobillo al cazador, este gritó mientras soltaba la
escopeta.
- ¡Ay! - gritó el
cazador.
La paloma al escuchar el alarido, del hombre, consiguió alzar
vuelo, para volar lejos de donde estaba el cazador.
Con este gran gesto la hormiga devolvió el favor a su amiga
la paloma
Moraleja de la fábula de la Hormiga y la Paloma:
Ante todo, debemos, siempre, estar agradecidos, a las
personas, que, en su día, nos ofrecieron su ayuda y apoyo, de una manera
desinteresada. Devolverlas el favor, es un gesto de agradecimiento, por todo lo
que aquellas pudieran hacerte, y eso es para toda la vida. Haz el bien, sin
mirar a quien se lo haces, y tu noble gesto, será recompensado con creces más
adelante.
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