MASCOTAS SIEMPRE MASCOTAS


El hombre, desde siempre, ha necesitado o requerido, tener a su lado un animal que le hiciese compañía, siendo en la época de la niñez, cuando más lo ha solicitado o pedido.
Desde conejos, hasta perros, pasando por gatos, aves, galápagos, y en algunos casos, pequeñas serpientes y arañas, eso sí, los pequeños son decididos.
Este artículo, va de las mascotas que vivieron, en palacios, con príncipes o reyes, y de las que los, ciudadanos de a pie, se podían permitir el lujo, de tener, o la necesidad de poseer.

EOS LA GALGA DEL PRÍNCIPE ALBERTO  


Cuando hablamos de este príncipe, nos referimos a Alberto de Sajonia-Coburg und Gotha, nacido en Sajonia-Coburgo-Saalfeld (Alemania) en el año 1819. Fue el esposo de la reina Victoria de Inglaterra, conocido como el príncipe consorte del Reino Unido- Gran Bretaña e Irlanda.
Alberto tenía como mascota a una galga que llevaba el nombre de Eos, se llamaba así en honor a la diosa griega del amanecer, adoptada cuando tenía solo seis meses, no se separó de su dueño, hasta el momento, que, de forma natural, Eos, murió.
Dejó Alemania para viajar hasta Inglaterra, acompañando a Alberto, que se iba a casar con la reina Victoria. Así mismo, les acompañó, en todos sus viajes, por lo que nunca estuvo alejada, ni de Alberto, ni de su familia, siendo inmortalizada, en dibujos o cuadros, con las hijas de los reyes, y con los propios reyes. 
Eos era esbelta y delicada, dulce y sumisa. Su pelaje negro, aunque con algunas manchas blancas en zonas muy puntuales: pecho, patas y en la punta de la cola. 
Fue tan apreciada, tan querida, que, en cierta ocasión, allá por el año 1842, Eos fue herida accidentalmente, de un disparo, por Fernando, el tío de la reina Victoria, aquel suceso aconteció, durante una partida de caza en Windsor. Aquel suceso llenó de tal angustia al príncipe consorte, que el Rey Leopoldo I de Bélgica, tío de Victoria y de Alberto, llegó a decir, no sin ironía lo siguiente: “Habría sido preferible que Fernando hubiera disparado a otro miembro de la familia real”.
Por fortuna, la mascota, logró recuperarse, completamente, de este accidente.

Durante 11 años, estuvo día y noche junto a su dueño. Su muerte, fue con gran golpe para Alberto, que sufrió mucho, con su pérdida. Ni siquiera, la misma Victoria, consiguió aliviar el sufrimiento de su esposo, ya que ella, también amaba al animal. 
Eos, fue enterrada, en las laderas lindantes al Castillo de Windsor. Tiempo después, basándose en retrato, que Landseer, había hecho de la galga, se realizó una estatua en bronce, por el escultor, de la familia real, John Francis que fue erigida sobre la tumba de la querida mascota, hasta el mismo príncipe Alberto, participó en dicha obra.
Esta estatua perdura hasta la actualidad, y que una réplica, de la misma, se encuentra en la isla de Whig, cerca del castillo Osborne House, ubicado en Cowes.  Este castillo que fue residencia estival de la familia real, y utilizado, con el mismo fin, hasta el día de su fallecimiento por la Reina Victoria, es desde entonces, un museo, para uso y disfrute, exclusivo de la realeza.


MI REINO POR UN CABALLO-  INCITATUS 


Existió un monarca al que, una serie de eventualidades: Por falta de un clavo se perdió una herradura,
por falta de una herradura, se perdió un caballo,
por falta de un caballo, se perdió una batalla,
por falta de una batalla, se perdió un reino.
Acabó, como ya hemos leído, perdiendo su reino. El monarca, inglés, para que no se nos coja en un renuncio, cuyo nombre, da título a una obra de William   Shakespeare, no es otro que Ricardo III de York -. La obra continúa, con un combate entre, dicho rey, y el conde Richmond, quien lo mata con su espada (el conde de Richmond subiría al reino de Inglaterra con el nombre de Enrique VII, con el que comienza la dinastía de los Tudor, y finaliza la de York).
Bien llegados a este punto, el caballo que solicitaba angustiosamente, nuestro monarca, nada tiene que ver, pero si podría envidiar, la placentera y regalada vida que llevó este equino que atendía por el nombre de Incitatus, aunque los dueños de ambos, tuvieron algo en común, crímenes por continuar con su poder, aunque el de Incitatus, Calígula, pasaría a la Historia de este mundo, como un asesino, podría decirse más aún, como un auténtico monstruo. 
De momento, la locura de Calígula, que es grande y no tiene cura, le lleva a nombrar, sacerdote y cónsul de Bitania, que era un territorio al norte de Turquía, a su caballo.
Esta mascota, vivía a cuerpo de rey, y nunca mejor dicho: vestía de color púrpura (el color propio de los cesares), adornado con diferentes joyas, residía en   una inconcebible caballeriza, construida en mármol, con pesebres de marfil, en una villa que tenía 16 jardines, una estatua de mármol, y a cuyo servicio, estaban 18 sirvientes, pero aún hay más, tenía una esposa humana, bella y que descendía, de una de las nobles familias de Roma. Desconocemos si la hermosa esposa, yació junto a Impetuoso (que eso es lo que significa el nombre del famoso caballo), pero sí que lo debió de hacer, su propio dueño.
El caballo era de carreras, y tenía origen hispano, participó en muchas competiciones. La noche anterior a las pruebas, el equino estaba muy nervioso, por lo que, el emperador, ordenaba un silencio casi sepulcral, en la parte de Roma, que estaba cercada a la villa donde Incitatus, trataba de dormir. Si a alguien, se le ocurría perturbar el descanso de su mascota, Calígula, ordenaba matarlo.
Se cuenta, se dice, que tan solo, este bello corcel, llegó a perder una sola carrera, ¿quién pagó el pato?, el jinete que lo montaba.
Comía copos de avena mezclados con suaves y delgadísimas escamas de oro, tomaba el mejor vino en copas de oro, devoraba ratones, calamares, mejillones y pollo.
Y desde luego era el mejor anfitrión, en las fiestas que su amo, daba, en una gran sala, a los senadores y grandes dignatarios romanos, en las que no podía faltar, danzas y músicos.

GÉRARD DE NERVAL 


El escritor francés, Gérard Labrunie, al ser huérfano de madre, se trasladó a vivir con su tío al pueblecito de Mortefontaine, en los bosques de Valois. Cuatro años después, regresó a París para vivir con su padre.
Cursó estudios de medicina, pero no llegó a finalizarlos.
Se trasladó a vivir a París, donde vivió una vida totalmente bohemia.
1841 Cumplidos los 33 años, a Gérard, le detuvieron andando desnudo por las calles, tras una estrella, que según, él, le guiaba hacia Oriente.  Lo que desembocó en un internamiento en una clínica. En adelante, las alucinaciones, fueron una constante, en su vida, y los últimos años de su existencia, los más fecundos, y en los que sufrió más trastornos, estando internado en varias ocasiones. Finalmente puso fin a su vida, en la Ciudad de la Luz, en el año 1855.

 Cada persona tiene sus propios gustos, y el poeta y novelista, francés, tenía los suyos, y veía en los crustáceos, los mejores animales para acompañarle en su vida diaria, ya que eran << criaturas pacíficas y serias, que conocen los secretos del mar. Además, no ladran >>, así que eligió una langosta como mascota, a la cual paseaba por las parisinas calles.


VIRGILIO


Virgilio, o Publius Vergilius Maro, fue un poeta de la antigua Roma. Nació en una granja cerca de la ciudad de Mantua. Estudió a los poetas griegos.  Escribió gran obra, la "Eneida", para la cual quiso que su héroe fuese el troyano Eneas, que supuestamente fue el fundador de Roma.  Cuando visitaba, Grecia, contrajo una fiebre que resultó ser letal. En su lecho de muerte suplicó que destruyesen su obra “La Eneida”.
Anteriormente hemos visto, un perro, un caballo y una langosta como mascotas, pero, pero Virgilio va más allá, no se conforma, con que ladre, con que corra sin fatigarse por campos y caminos, ni siquiera, que observe a las sirenas nadar en torno a las barcas de los pescadores, ¡no, la de él, tiene que volar!  Y seguimos diciendo que, no fue un ruiseñor, ni un águila, ni siquiera un canario, ¡no, él fue más original!, adoptó como mascota, ¡a una mosca! Observo que nadie ha salido herido después de tal, insospechado descubrimiento, una mosca, una simple mosca, uno de los insectos más molestos de la que desconocemos su nombre.

Dicen, que era tal adoración que sentía por ella, que cuando esta, dejó de existir, aunque no se lo crean organizó, un costoso funeral. Veamos, como sería, que, si lo hiciésemos, ahora, en la actualidad, nos gastaríamos, cerca de un millón de dólares. No faltaron los músicos que acompañaron al sepelio hasta un diminuto mausoleo, donde depositaron el cuerpo inerte de la pobre mosca. Es posible, si es verdad la información que he recabado, sobre el tiempo que una mosca doméstica, llega a vivir, adulta, de 15 a 25 días, que Virgilio se hubiese preparado mejor para tal luctuoso suceso.

MARK TWAIN 

Fue, ante todo, un trotamundos incansable, siendo su propia existencia, una fuente de inspiración, para sus obras literarias, y es que tenemos el ejemplo de la novela, autobiográfica, Tom Sawyer.
Fallece a los 75 años en Redding, Connecticut.

 Puede parecer un tanto extraño que el señor Twain, prefiriese, a los gatos, antes que los perros, mascotas indiscutibles de muchos niños, y es que tenía su propio raciocinio <<los perros son planos, sirvientes, panaderos. Todo lo contrario que los gatos, vamos como mi Mürr, agudos, brahmanes y espadachines >>, para los que utilizó nombres, cuyos mininos, que parecían salir de las entrañas del averno – Belcebú, Pecado, Satanás, entre otros    

DOROTHY PARKER




O Dorothy Rothschild, fue dramaturga, crítica teatral (que por la acidez con que la escribía, se lo prohibieron) humorista, guionista y poeta estadounidense.  Conocida por esa mordaz critica, afilada pluma, con la que descubría el lado más oscuro de la vida del ciudadano de a pie, en el siglo XX. En el año 1913, ya no tenía a nadie en la vida, por lo que no tuvo más remedio que buscarse la vida y aceptar en una escuela de baile, ser la pianista, entre otros trabajos. Un año después consigue vender un poema, a la revista Vanity Fair (revista estadounidense de cultura, moda y política, publicada mensualmente por Condé Nast Publications. Iniciada en 1913, había cesado y Condé Publications la revivió en 1983 dándole su formato actual).
1915 Trabaja como asistente editorial, en la revista Vogue.
La vida, sentimental de Dorothy Parker, es una vorágine. Entre los hombres que ocuparon sus corazones, se encontraba Charles MacArthur, que había sido dramaturgo y que cambio de profesión para ser, reportero. Dorothy quedó embarazada, pero perdió el niño, ello la llevó a una profunda depresión, que terminó con el primero de sus tres, intentos de suicidio.
Década de los 30, todo el mundo conocía su tendencia hacia la izquierda, siendo investigada por el FBI, como sospechosa de pertenecer al Partido Comunista, lo que supuso aparecer en la Lista Negra de Hollywood, y como el resto de los personajes que aparecieron en la fatídica lista, tuvo problemas para poder trabajar como guionista.
Debido a su debilidad por la bebida, sus publicaciones (reseñas de libros) para la revista Esquire, le llevan, a equivocaciones.
1967 fallece acompañada de su perro, junto a una botella de alcohol, en la habitación de un hotel, a los 73 años.
Tal y como deseó, todos sus bienes van a parar a la NAACP (National Association for the Advancement of Colored People, "Asociación Nacional para el Desarrollo de las Personas de Raza Negra") movimiento de Martín Luther King.
Tuvieron que pasar 20 años, para que alguien reclamase sus cenizas, fue precisamente la NAACP, quien lo hizo, adquiriendo para ella una tumba en Baltimore, en la cual luce el epitafio que ella siempre había deseado: "Excuse My Dust" (“Perdonen por el polvo”).

Bien después de una breve reseña de la vida de este personaje, hablaremos de sus dos mascotas.
Estas mascotas, si nadaban, pues se trata de dos crías de cocodrilo, que alguien, con una mente preclara, le había regalado, y digo esto, puesto que en casa de Dorothy no existía rincón alguno en los que los dos cocodrilitos, pudiesen vivir como tienen que hacerlo, en el agua. Así que no se le ocurrió otra solución que meterlas en la bañera.
Lo cierto es que, las crías estarían más contentas que unas castañuelas, aunque la sirvienta no pensaba de igual manera:
«Querida señora: me marcho, porque no puedo trabajar en una casa donde haya cocodrilos. Debí habérselo dicho antes, pero nunca pensé que tendría que hacerlo».

VALENTINIANO


Aquí tenemos, un pequeño o gran dilema, según se mire, pues existieron con el nombre de Valentiniano, dos emperadores, que tenían en común ser, padre e hijo.  Lo cierto es que no sé a quién darle “el honor”, de haber tenido como mascotas, a dos osas, las pobres enjauladas, y el mismo dormitorio donde descansaba el emperador.
Podía hacer que, que sea la suerte quien designe al dueño de las osas. No obstante, prefiero pensar que fue Valentiniano I, ya que, según su biografía, Graciano, su padre, a pesar de ser un reputado militar, era de origen campesino, y algo se le tenía que pegar a su primogénito, el amor por la naturaleza.

Las dos, osas, tenían nombre, ¡cómo tiene que ser!, Inofensiva (fue premiada, por méritos propios a regresar a los bosques) y Lentejuela Dorada, de la que no se dice nada, así que permanecería en su dorada jaula en las dependencias de palacio. Como todo tiene su leyenda, esta se refriere a que ambas osas, eran alimentadas con carne humana.   

AUGUSTO

Fue el que sucedió a Julio César. Este emperador, consiguió la deseada paz, gracias, a que tendió su mano desnuda (es decir sin portar ningún arma) a los nuevos pueblos conquistados por Roma.
Augusto, no fue desde el principio, el que dirigiese a los romanos, ya que junto e él, otros dos personajes constituyeron el triunvirato, que gobernó Roma:   Marco Antonio (quien se suicidó y amante de Cleopatra) y Lépido (que tuvo que exiliarse).
Existen muertes, prematuras, anunciadas, violentas, pacíficas, por enfermedad o por la vejez. Sin embargo, también encontramos que, ciertos personajes antes de morir, pronuncian lo que llama, sus últimas palabras. Pues investiguemos para encontrar lo que Augusto, dijo, si pudo, antes de morir.
Ya estamos de nuevo, dispuestos a relatar el paso de una vida a la otra, de este emperador: Sucedió que cuando tenía 76 años, y se encontraba de regreso a Roma, de un viaje a Nápoles, tuvo el presentimiento que moría.
Reunió junto a él, a todo su séquito, solicitó un espejo, se miró, aseó y se perfumó, tras lo cual se reclinó en el triclinio << Dado que he actuado bien mi parte, aplaudidme y que el aplauso me haga salir del escenario>>. Después se volvió a su esposa para abrazarla mientras le decía << Recuerda nuestra larga unión, Livia; adiós>>. Esas fueron sus últimas palabras.

Las mascotas preferidas por este emperador, fueron los cuervos y periquitos, que podía hablar, llegó apagar enormes sumas de dinero por la adquisición de estas aves. Por su parte, la plebe, que no tenía casi ni para comer, intentaban cazar cuervos, para enseñarles a hablar y entregárselos a Augusto, esperando por su parte una generosa recompensa.
Era tal la importancia de poseer esta clase de pájaros, que un importante y acomodado, hombre de negocios, que pagó por un ruiseñor blanco, lo que costaba un viñedo y sus esclavos. La destinataria de este regalo se lo merecía. Se trataba de Piperina, hermana de Calígula 

LICINIO CRASO


Licio Craso, acompañó a Julio César y a Cneo Pompeyo, en el primer triunvirato de la historia de Roma. Craso con su ambición desmedida, quiso crearse un nombre como militar, embarcándose en batallas que terminaron desastrosamente, o destacando en la Primera Guerra Civil, principalmente en la conocida Batalla de la Puerta Colina.
Pero, ante todo, sobresalió por su afán desmedido, por conseguir dinero fácil, como especulador inmobiliario y prestamista, aprovechándose durante de dictadura de Sila quien empleó una sanguinaria represalia, entre otras tantas lindezas, confeccionando una descomunal lista de proscritos, que estaba clavada en el Foro. << Todo aquel que aparezca en esta lista, perderá todos sus derechos, como romano, y morir >>. Aquel mensaje daba a entender, que aquellas muertes, eran legales, aunque fuesen con un método violento. Y así de esta manera perdieron la vida 40 senadores, 1.600 ecuestres y 4.000 ciudadanos.
Intervino en la guerra que llevó a luchar contra las tropas romanas, a un esclavo archiconocido, Espartaco. De sobra es conocida la historia de este personaje en busca de la libertad, de que la mayor parte de los que le siguieron, murieron luchando, y 6.000, prisioneros, adultos, crucificados, a intervalos, desde Roma a lo largo de la Vía Apia, servían como advertencia a otros esclavos, por si se le asaltaba la idea de combatir contra sus amos.
Craso, fue uno de los más crueles y codiciosos romanos de su tiempo. Ni siquiera, el hecho de contar, entonces con 60 años, un hombre, en aquel entonces mayor, se embarcó en una guerra contra los partos, pensando que el rey Sah Orodes II, que regía los destino de Partia, pronto se arrojaría a sus pies pidiéndole clemencia. Sin embargo, sucedió todo lo contrario, Craso pidiendo una tregua, y algo peor, su trágica muerte, los partos deslizaron por la garganta de Craso, oro líquido. En cuanto a su cabeza, esta fue arrojada al rey al que pensaba vencer.

Bueno ahora, a por la mascota. Ante todo, debemos decir que nuestro hombre de negocios, era aficionado a las angulas, sintiendo verdadera adoración, por uno de sus peces que nadaban en su estanque… una morena, a la que engalanaba, eso dicen, con joyas. Y dicen también que la morena comía de la mano de su dueño. Llegado su hora, la morena murió, y Craso lloró desconsoladamente su pérdida, guardando riguroso luto, como si fuese un familiar muy allegado, vamos, como si fuese su propia hija.
Esto no le pareció nada razonable al senador Domicio, así que, en el mismo senado, se lo reprochó, como si fuese algo parecido a un crimen vergonzoso:
—¿Es verdad que lloraste la muerte de tu pez?
A lo que él replicó:
—¿Es verdad que tú no lloraste en los funerales de ninguna de tus tres esposas?

VEDIO POLLIÓN


Este personaje, también hombre de negocios, amigo íntimo del emperador Augusto, tenía la misma afición que Craso, morenas como mascotas.

En aquella época en la que la depravación, llenaba las casas palacios de los pudientes, todo estaba permitido, incluso en las comidas, como en el festín que este hombre de negocios, ofreció a Augusto << lirón asado' o 'caracoles engordados con carne cruda'. Incluso flamencos>>. Aunque en aquel menú, la estrella de los platos sea el pescado, no el que se iba a degustar, más bien el que iban a degustar las morenas, carne fresca de esclavo que no habían seguido las directrices de su dueño. No nos extraña que, con tal alimento, uno de estos animales llegase a la edad de 60 años, seguramente a la que nunca llegarían algunos esclavos   

NERÓN 


Otro de los personajes que llenaron páginas, tras páginas, con nada bueno, para los demás, y que les abocaron a ser odiados por el pueblo.
 Su madre, Agripina la Menor, era bisnieta del emperador Augusto, quien contrajo matrimonio con el emperador Claudio I. Al año siguiente de su boda con el emperador, consiguió que, este, adoptase a su hijo.
Tres años pasan desde que Nerón es adoptado, a casarse con Octavia, la hija de Claudio, quien, además, nombrará a Nerón su sucesor en detrimento de Británico. su hijo.  El emperador Claudio es asesinado, y un año después, la guardia pretoriana al mando del prefecto Sexto Afranio Burro, nombra a Nerón emperador de Roma a la edad de 17 años, así que este, tendrá más que tiempo para sus tropelías, aunque sus 5 primeros años de mandato, con la ayuda de Sexto Afranio y el filósofo Séneca, los viviese dentro de una etapa de sensatez y magnanimidad, que no le impidió, mantener en el año 49, encarcelado a Británico, a quien asesinó seis años después. Y así comienza un desfile de despropósitos y asesinatos: su madre en el 59, por criticar a su amante Popea Sabina (reconocida posteriormente como Augusta, que llegó a emperatriz. Su madre, una distinguida dama romana, se suicidó a consecuencia de las intrigas, concebidas Mesalina.  Popea falleció en el 65, después de que Nerón, en estado de embriaguez, le propinase una patada en el vientre. Popea estaba entonces embarazada, lo que el provocó un aborto y su posterior muerte. Nerón lloró la muerte de Popea, enterrándola con un enorme cortejo fúnebre), con quien se casará en el 62, después de divorciase de Octavia, ejecutada por un centurión en el 59.    . Sexto Afranio moriría envenenado, y Séneca abandonó su cargo, aunque al final sería obligado a suicidarse.  En el 66, se casa con Melasina, después de ejecutar a su marido. Mesalina, aparece en la Historia, como un tipo de símbolo fisiológico, la encarnación de la feminidad desenfrenada que sólo vive en el sexo y para el sexo.
Nerón tiene que huir de Roma en el año 68, debido a que las legiones de la Galia He Hispania, unidas a la Guardia Pretoriana, se ha rebelado contra él, y el Senado le ha declarado enemigo público. Ese mismo año se suicida.

Febea, el ser al que más amó, e incluso se dice que, al único, era una pantera, a la que conoció durante un combate de fieras en el Coliseo, después de salir victoriosa se la llevó con él a su palacio.
Febea estaba encerrada en una jaula de oro, en los terrenos palaciegos. A veces la soltaba cuando, Nerón, tenía invitados a cenar. Pobre de aquel, que se sintiese incómodo o disgustado por la presencia del felino, podría pagarlo muy caro

HONORIO  


Primer emperador de Occidente. A la muerte de Teodosio I, su padre, observa como se fragmenta el Imperio Romano en dos mitades, políticas, con dos capitales, él hereda la parte occidental (capital Roma), aunque traslade a Rávena, la sede de capital, en aquel entonces, Honorio era un niño de once años, mientras que los bárbaros atacan sin perdón, lo que hace que se debilite el poderío de Honorio. Mientras que su hermano, mayor, Arcadio, recibe la oriental con centro en Constantinopla.
En este caso, no existen muertes, por casarse con una o con otra. Honorio se casó dos veces, con dos hijas de Estilicón, que actuó como regente y jefe del ejército, hasta la mayoría de edad de Honorio, quien fallece sin descendencia, pasando el Imperio a su sobrino Valentiniano III, que era hijo de Constancio.

Honorio adoptó a una gallina como mascota, y le puso en nombre de Roma. Cuentan que la ciudad fue saqueada por las huestes de Alarico, rey godo.
En palacio, él eunuco que tenía a su cargo el cuidado de la gallina, se entera, acude presuroso a la habitación del emperador para contarle que Roma había muerto. Este, no sabemos muy bien, que no estaba muy bien despierto, pensó que se trataba de su adorada mascota, y se disgustó- ¡Es imposible! Acabo de darle de comer. -
No obstante, se sosegó al saber que no se trataba de su galinita, era la ciudad de Roma la que había muerto. Y se quedó tan tranquilo

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