Esta historia no es de hoy, es de hace
muchos años, casi tantos, como, años tiene la tierra.
En aquel entonces vivía un córvido, al
que la mala suerte, le había preparado una jugarreta… quedarse aprisionado, en
un cepo puesto por un cazador, destinado a otros animales, eso sí que es mala
pata.
Nuestro amigo el cuervo, era incapaz de
poder liberarse, así que se dirigió a Apolo, con estas palabras- Si me salvas
la vida, me comprometo a quemar un poco de incienso, en tu honor. -
Como las palabras se las lleva el
viento, y este viento producido por las alas del cuervo, era más fuerte que la
promesa a Apolo, esta se quedó en agua de borrajas.
Apenas pasados unos días, otra vez, el
destino hizo que se volviese a caer en un nuevo cepo.
De sobra sabía el negro cuervo, que no
podía pedir auxilio al dios Apolo, pues no había cumplido con la promesa que le
había dado. Así que pensó en otro dios para que le echase una mano. Esta vez
fue Hermes, el destinatario de su queja, al que también prometió un sacrificio,
si le sacaba del apuro. Y parece ser que
Hermes oyó los lamentos del córvido.
Tras sopesarlo un buen rato
exclamó: - ¿Cómo puedes pretender que crea en tu palabra cuervo embustero?
Puesto que, si no fuiste capaz de hacer algo tan sencillo como quemar incienso
en honor de Apolo, ¿por qué ahora piensas que vas a conseguir con un pacto mucho
mayor que me apiade de ti?
Recabada
información en:
http://www.agroturismesonllado.com/news/wp-content/uploads/2009/01/kolkrabe-corvus-corax-300x228.jpg