Shirley
Andrews, investigadora dedicada, entre otras, a la civilización osiriana, a la
que atribuye como legado de las antiguas civilizaciones: La Atlántida y MU.
Andrew,
como pruebas, de que su teoría es cierta, nos presenta a los templos megalíticos
que se encuentran en la isla de Malta, construidos, entre los años 5.000 a.C. y
2.500 a.C, a los que se ha venido a designar como la Edad de los Templos, que
es mayor, que el de las pirámides de Egipto, y que son las construcciones más
antiguas, con estas características, del mundo
El uso
que le dieron los pueblos, de Malta, a estos templos, es de origen desconocido.
Si bien las costumbres religiosas, que aparecen, de la época, son muy comunes:
la adoración a un tipo de diosas, en las que se creía, en toda la zona del
Mediterráneo, entre ellas las de la fertilidad.
Se han
descubierto pruebas, de que, se celebraban, en su interior, algunos sacrificios
rituales con animales, así como, la localización, de pequeñas estatuas de barros
cocido, con formas femeninas y masculinas.
El
tamaño de los mismos, llaman la atención, de propios y extraños, construyéndose,
del principio al fin, en piedra, sobre una base en forma de trébol. Cuando ya
tenían, varios juntos, se formaba un muro, común, para todos.
Ahora
continuaremos, con las teorías de Shirley Andrews, en las que asegura, que
varios pobladores de la mítica Atlántica, buscaron refugio en el antiguo
Egipto, a las orillas del lago Fayum, contactando con los pobladores, que allí existían,
y a quienes se dispusieron a civilizar.
Incluso,
se cree, que el jefe de los atlantes, era Osiris, dios egipcio que guardaba
relación con la resurrección, la fertilidad y la agricultura.
Poco a
poco, los nuevos fueron absorbiendo a los aborígenes, dando paso a la
civilización de Osiris, una de las instruidas, y con un importante progreso,
mayor de las existentes, estableciendo las bases, de lo que serían los
egipcios.
En
realidad, se piensa, que bajo la pirámide de Gizeh, están los textos que, demuestran,
la veracidad de dicha sociedad.
La
historia, trágica, de Osiris, y con ella el mito, nace de una rivalidad entre
él, y su hermano Set.
Mientras
que Osiris, es el dios que reina en las zonas, más fértiles, del valle del Nilo,
desde el inicio de los tiempos, Set, por el contrario, gobernaba, las tierras desoladas
del desierto y las montañas.
Tal y
como hizo Caín (corroído por la envidia), con Abel, Set, también carcomido por
la envidia, decide preparar a su hermano, una trampa, de la que será difícil de
escapar… convencer a Osiris de que se introduzca en un sarcófago. Y así lo
hace, y Osiris se mete en el sarcófago, y su hermano cierra el ataúd, y lo
arroja al Nilo.
Lo que
no sospecha Set, es que, Neftis, “Señora de la casa de Horus, que es la parte
invisible de la noche, de la muerte, la reina de los infiernos, la que acompaña
el alma del difunto, en su descenso al inframundo, ha advertido a Isis, de lo
ocurrido. Esta consigue rescatar el ataúd, aunque Set, vuelve a apoderare del
cadáver, lo descuartiza en 14 pedazos, repartiéndolos por todo el país.
Isis,
hasta hacerse con todos los trozos del cuerpo de su marido, tiene que
desplazarse de un lugar a otro. Pero ahora ya los tiene con ella, y allí, a su
lado, da a luz a Horus, quien será quien le vengue, consiguiendo derrotar a
Set; quién, según, y en algunas regiones de Egipto, se cree, que, al huir de su
sobrino, se transformó en Sebek, el dios cocodrilo
Las
ceremonias fúnebres, que se hacían, se inspiraban, en la historia de Osiris, y
de una promesa de inmortalidad, correspondiendo a Isis, la encarnación, de los
valores: madre y esposa.
Recabada
información en:
lastinieblasdelamente.wordpress.com