UNO .DOS. TRES …MOSQUETEROS Y D`ARTAGNAN

Alejandro Dumas, quizá nunca llegó a sospechar, la que ha liado décadas después, de que saliese a la luz, su libro “Los tres mosqueteros” (1802-1870). De haberlo sabido, sus intrépidos mosqueteros, afanados en recuperar de los herretes de la reina, para evitar una confrontación entre Francia e Inglaterra, hubiesen pedido un contrato blindado. 




Hasta la muy mala Lady de Winter, pediría un final menos trágico, aunque su vida no estuvo exenta de traiciones y manipulaciones. Y todo porque, en, realidad, aquellos a los que hizo imprimir sus vidas en las páginas de un libro, existieron.


Pero, ¿quién fue el que le dio la idea para su famosa obra? Fue un cronista especializado en escribir sobre los personajes ilustres de su época (siglo XVII), de nombre Gatien de Courtilz (Courtilz de Sandras). A este hombre le costó más de un disgusto su libro “Memorias de D´Artagnan”, sobre todo con el rey Luis XIV, que no vio con buenos ojos, lo que, en él, se había escrito sobre la familia real y sus parientes más cercanos, ya que el monarca, llegó a ordenar que fuese arrestado.

¿DAMOS PASO A LA HISTORIA?


Mi nombre es Charles de Batz-Castelmore, a quien por expreso deseo , de un novelista  y dramaturgo, nacido el 24 de julio de 1802, en Villers-Cotterêts, Francia, de nombre Alejandro Dumas, observa como su verdadero nombre se esconderá bajo otro, totalmente distinto… D´Artagnan.
Debéis perdonar, si alguna vez dudo de ciertos  detalles, referentes a mi vida y a los hechos que me acompañaron durante ella, han pasado tantos años.

Nací en el año 1615, y que debí de fallecer, como no era menos de esperar, guerreando. Creo recordar en el 1673, y que también fue en una ciudad holandesa, la de Maastrich, durante su asedio. Por entonces, ya tenía cumplidos los 50 años, bien mirado y como se les ve, en la actualidad, a los varones de esa edad, parecería un abuelo.
En 1640 decido abandonar la casa paterna, por aquel entonces, mi padre, Bertran de Batz, antiguo mosquetero, debía de haber fallecido, pues la carta que llevo, para ser entregada a Jean – Arnaud de Trotesvilles, mano derecho del monarca y comandante de los mosqueteros, no lleva la firma de mi progenitor, así que seguramente algún familiar, allegado, la hubiese rubricado, no sin antes recibir, lo que por derecho me era asignado, dinero

Mi destino era París, y mi deseo era ingresar como mosquetero de la guardia real de su  majestad. Y aquel deseo se cumplió, y pronto vestí la casaca azul con la cruz de plata, rodeada de llamas, pantalón hasta las rodillas y altas botas negras, aunque otros compañeros calzasen zapatos abotinados. Amén de un bonito sombrero


Un personaje entra ahora en la escena. Se trata de  Armand Jean du Plessis, cardenal y duque de Richelieu, nacido en París en 1568. Prelado que ejerce como ministro de Luis XIII.

Procedente  de la nobleza de Poitou, quiso hacer la carrera eclesiástica para impedir que su familia perdiera las rentas del Obispado de Luçon.
1614 Su participación en los Estados Generales, hizo que la reina regente, María de Médicis descubriera su talento, mandándole llamar, para que trabajase al servicio de la Monarquía.

1616 Fue secretario de Estado, ministro de Interior y de Guerra. Aunque cuando el joven rey Luis XIII, quiso tomar las riendas del poder, desterrando a su madre a Blois, tuvo que dejar el cargo.
Los intentos de reconciliación, que llevo a cabo, entre madre e hijo, le hicieron ganarse la confianza de Luis XIII, quien le nombró cardenal, tomándole como ministro principal, aunque en los últimos años de su reinado, jamás consiguió gobernar él mismo, quizá se debiese a su incapacidad, o al temor que le inspiró Richelieu que se entregó a intrigar secretamente contra él.   



El cardenal Richelieu , tenía su guardia personal con su propio uniforme, una chaqueta ajustada, cerrada desde el cuello hasta cintura, los pantalones les llegaban por debajo de las rodillas , botas como las nuestras, y un sombrero con una pluma.

Entre jolgorios, borracheras, e instrucciones, me hizo gran amigo y compañero, de otros tres mosqueteros, a los que iré presentando, y de los que informaré quienes eran para el gran Dumas, padre.

Armandd´Athos, que era un caballero de la nobleza de la localidad francesas de  Sillegue d´Autevielle.


ÇHenryd´Aramitz, recaudador de diezmos en sus tierras de Oloron. Este caballero sería para Dumas… Aramis.


Isaac de Porthau era, como no, el bonachón de Porthos.


Luis XIII falleció y su esposa Ana de Austria, tuvo que tomar las riendas de la regencia, para lo cual la educación de su hijo, quien contaba con tan solo, 4 años y 8 meses, así como el gobierno del Estado, lo dejó en manos del Cardenal Mazarino, que fue el sucesor del cardenal Richeliu.
1654 Luis XIV es coronado rey. Siete años más tarde, Mazarino fallecía.
Creo recordar que cuando el resto de los burócratas le preguntaron, por el nombre del primer ministro, él les contestó     
"Yo. Les ordeno que no firmen nada, ni siquiera un pasaporte, sin mi consentimiento. Deberán mantenerme informado de todo cuanto suceda y no favorecerán a nadie."
El monarca dejó sentado, que tanto Richeliu como Mazarino, habían cumplido, ahora le tocaba a él, ser el dueño absoluto de Francia y de los franceses. Pero regresemos a mi historia

Con el tiempo participé en las diferentes operaciones militares de Arras, Aire, Bapaume, de Collioure y de Perpiñán. Consigo  el título de subteniente de los Mosqueteros. Tiempo después, y tras la firma del Tratado de Aquigrán, me nombran mariscal de campo y gobernador de la plaza fuerte de Lille.

1673 Tras un asedio inclemente por nuestras tropas, ayudadas por tropas españolas, Maastricht, hoy integrada en los Países Bajos, cae.
Se cree que esta batalla, perecieron, fueron heridos o prisioneros, 60.000 soldados, yo me encontraba entre los primeros, la culpa fue de un proyectil que impactó en mi garganta.

Pero no quedé abandonado en el campo de batalla, un grupo de mis más fieles soldados, me localizaron y   pude  ser enterrado.
Finalizaré esta historia relatando que el rey Luis XIV, al recibir la noticia de mi muerte, lloró amargamente, no en  vano le había servido con  lealtad. Y fui su compañero de viaje hasta la ciudad de San Juan de Luz, donde le esperaba la princesa María Teresa de Austria, hija de Felipe IV de España, con la que, llegaría a casarse.

Un año después de mi muerte, su majestad Luis XIV, me rindió homenaje a través de mis hijos, pues dos de mis vástagos de 14 y 13 años, fueron bautizados por el obispo de Bossuet, en persona.
Mi primogénito, fue cobijado por el rey y su esposa. Y el benjamín de la familia, fue apadrinado por el Gran Delfín y la Duquesa de Montpensier.    
NOTAS
A la muerte de Richeliu en 1642, le sucede el cardenal Nazarino.
1646 Las tropas mosqueteras de la segunda compañía están descontroladas y las revueltas estallan una tras otra. Por tal motivo Mazarino procede a su disolución.
Sin embargo, algo existe en los mosqueteros, que no tienen otras unidades, pues años después, el cardenal Mazarino, vuelve a crearla, pero esta vez como Guardia Personal