´Todo da comienzo en el seno de una familia, que
vive en Jalisco, con un padre autoritario y dado al alcohol. Y un madre devota , de pies a cabeza, todos los días
rezaba el rosario, y mujer abnegada.
Isidro González, el padre, como juez de cordada,
patrullaba , a caballo las calles, durante las noches . Mientras que Bernardina
Valenzuela , su esposa, inculcaba a sus hijas, Carmen, Delfina, María de Jesús
y Luisa González Valenzuela, el culto de la religión católica
Carmen, la mayor de las hijas, decide escaparse con
Luis Caso, un hombre mayor que ella, y
olvidar las palizas de su progenitor.
Ofendido en su amor propio , Isidro intenta
localizarla. Cuando da con ella la coge
por el cabello . Isidro la insulta y cuenta que ella, ha robado a su madre
varias joyas, que no es verdad. La encierra en una celda , como correctivo al
comportamiento que su padre , consideró , indecente
Pasan varias horas , hasta que sucede un
incidente. Isidro recibe una orden del presidente municipal, que, acompañado
por dos de sus agentes, salgan en busca de Félix Ornelas, ranchero, pendenciero
e intimidador, que se reía de pisotear las leyes. En un intento de evitar la
fuga de Ornelas, Isidro le dispara a traición, por la espalda , falleció al
momento
Trascurre un año, sin que se sepa del paradero de
Isidro González, quien se esconde en varias rancherías, que, con salvar el
pellejo, se olvida de su hija Carmen que pasaría en la cárcel, catorce meses,
solo salió cuando un gordo abarrotero, le dice que la dejará libre si se casa
con él
Delfina, otra de las hermanas González Valenzuela,
tiene relación con un hombre mayor que ella, a escondidas. Cuando su padre lo
descubre, propina tal golpe en la nuca, que bien podría haberle costado la vida
Estamos en el año 1950, Delfina, Carmen y María
Jesús, entran a trabajar, como obreras en una fábrica, de hilados y tejidos, pero
Carmen abandona la fábrica y se une a Jesús Vargas, apodado “El gato”, con
quien abrirá una modesta y tosca cantina, que irá pique porque El gato, que es
un manirroto y vividor, dilapidó todas las ganancias lo que llevó a la quiebra
al pequeño negocio.
Carmen no se amilano y volvió un pequeño estanquillo
de vino y licores. Aquel diminuto local, hizo que, a su hermana Delfina, se le pasase,
por la cabeza, abrir un burdel
Delfina reclutó jovencitas inocentes, diciéndoles a
sus padres, que trabajarían como empleadas domésticas. Y a el Salto, Jalisco,
se fue con sus pupilas, abriendo su primera cantina, acondicionando, en ella,
una casa de citas que prosperó, puesto que, en aquellos años, en esta zona, el
control sobre burdeles, era más bien escaso.
Las chicas de Delfina, salían a las calles
invitando, a los posibles clientes, a visitar el burdel, que tenía clientes,
que iban desde policía, pasando por soldados y autoridades municipales
1948, un altercado a punta de pistolas, da al traste
con el negocio, pues es clausurado, así que Delfina coge a sus chicas y se van
a la feria de San Juan de los Lagos, donde cuenta con la inestimable ayuda por
parte del alcalde de dicha localidad. Y así Delfina alquila dos locales: u a
cantina con varios cuartos, para el sexo servicio, llamando al negocio “El
Guadalajara de Noche.
Sus hermanas María Luisa y Carmen, se unen al
negocio, y llevarán la caja registradora y la cocina, respectivamente, aunque
Carmen, de manera alterna, vende ropa y objetos personales, que las chicas no
tienen más remedio que adquirir, pues estaban privadas de libertad, anotando en
una libreta los nombres y adeudos, que cada una contraía
Al finalizar la feria de San Juan, Delfina desmonta
el negocio, y se va con sus pupilas a San Francisco del Rincón, Guanajuato,
donde instala de nueva cuenta otro negocio, y bien que lo podría hacer, pues
los 15 días que había durado la feria, pingues beneficios había conseguido.
Lo bueno de Guanajuato, era, que, los burdeles no
estaban prohibidos, así que, con el apoyo del presidente municipal de San
Francisco, Adelaido Gómez, puede adquirir una casona, que tenía, varias camas, tocadores,
y una silla en cada cuarto, poniéndole el mismo nombre que al primero” El
Guadalajara de Noche”, que prosperó en poco tiempo.
María de Jesús, hermana de Delfina, viaja a León,
Guanajuato, donde coincide, con Laura Larraga, antes Guadalupe Reynoso, que le
deja impresionada, por el enorme escote del vestido que lleva y su elegancia. La Larraga, regentaba un burdel, en aquella
localidad, que alquilaba, a un homosexual, conocido como el Poquianchis
La chica regresa al Salto, con la seguridad de abrir
su propio negocio. Cuando vuelve a León, dos chicas de su hermana Enedina
Bedoya y María de los Ángeles, le acompañan
El primer local que encuentran carece de luz y de
permisos para su apertura. Fernando Liceaga, secretario del presidente
municipal, se presta a ayudarle, a cambio de sexo. Y lo mismo tuvo que hacer,
con el Doctor Castellanos, quien era el que le iba a darle el permiso de sanidad.
María Jesús, tuvo que valerse, del pago de sobornos,
para evitar el cierre del negocio cuando se originaban trifulcas, o claras
evidencias de lenocinio, con mujeres menores de edad.
La entrega asidua, destinada a las autoridades, le garantizaba
la supuesta protección de policías y gente del gobierno municipal en León.
María de Jesús inauguró su burdel bajo el nombre de “La Casa Blanca”, con anterioridad,
había repartido, tarjetas, entre la gente del pueblo. No obstante, aquella noche,
fueron muy pocos los que acudieron al burdel. Entre ellos el sacerdote y el sacristán
de la parroquia de León.
La benjamina de la familia, María Luisa, durante una
década había prestado sus servicios como cajera, en la cantina de su hermana
Delfina, ahorrando $59 mil pesos, así sin más, abandonó el negocio de la
prostitución que nunca había ejercido, y se marchó a Veracruz, fue allí donde
se enteró de la captura y de lo que hicieron sus hermanas.
Delfina, se había vuelto codiciosa, así que, se dedicó
al secuestro de decenas de jovencitas, a las que hizo convertirse en esclavas,
contado con la colaboración de Juana, Guadalupe Moreno y María “La Chuca”. Esta
empleaba el mismo modus operanti, que Delfina, hacerles creer que iba a servir
en una casa
Los embarazos no tardan en darse, y las
adolescentes, ignorantes de los peligros que podían darse, a su salud, abortaban,
de manera, secreta, en el tugurio. Pero
aquellas que llegaban a dar a luz, les quitaban los bebés, los asesinaban y se
libraban de sus cadáveres. Lo mismo que sucedía cuando fallecían al abortar
Se corría de boca en boca, que los fetos, que supuestamente
eran sacrificados y calcinados, entran introducidos, en botella de refresco y
hacinados en el patio trasero del tugurio. Todo quedó en una leyenda urbana,
que finalizó, cuando las Poquianchis, son detenidas, y aparecen, varios niños
vivos, tras la captura, sonde son apresadas 17 mujeres, 3 niños, y las dos
hermanas González Valenzuela
1949 La hermana mayor dela dinastía, Carmen González
Valenzuela, quien era la administradora de las deudas de sus pupilas, falleció
a consecuencia de un cáncer. Por su
parre Delfina que era analfabeta, saldó los adeudos, de las jóvenes, con la
condición de que rezasen por su hermana
De nuevo, sale a la palestra el Poquianchis, fue
cuando María Jesús, conoce a un médico ocultista, que se apellidaba Escalante,
quien quería vender su casa. María Jesús lo reconoce enseguida y se hace con la
vivienda después de abonar la cantidad de $25 mil pesos, que no pone a su nombre,
sino al de su hermana Delfina.
Lo que María Jesús no cuenta, que después de
restaurar la casa, y llamarla “La Barca de Oro”, la gente sigue llamándola el
Poquianchis, e incluso, cuando se referían a ella, fuese identificada como La
Poquianchis, y que se haría extensivo, a sus hermanas Delfina y Luis, cuando
fueron apresadas.
Es una paradoja, que una mujer, tan creyente, como
era María Jesús, el dedicarse a la prostitución, no era visto como un
alejamiento de la religión, ya, que, en su personal norma, la prostitución no
era pecado, convirtiéndose, si en este, se realizasen ciertas prácticas, que no
permitía, prohibiendo las relaciones anales y los besos, ya que los consideraba
inmorales, una fuente de pecado que era castigada por Dios, amén de las orgias grupales
y los actos lésbicos frente a un cliente
Al tugurio, llegaron, dos veteranas prostitutas de
origen estadounidense, que, para María Jesús, contribuyó al inicio que ella
llama gran pecado y mala suerte, puesto que los clientes fascinados por las
formas de sus cuerpos y su belleza, eran solicitadas
Pero la llegada a su casa de dos experimentadas
prostitutas de origen estadounidense suscitó para María de Jesús el inicio de
lo que llamó el gran pecado y su mala suerte. Los clientes quedaban impactados
por sus formas y belleza por lo que eran continuamente solicitadas.
Estas chicas, duraron hasta que María Jesús, se
entera, que delante de un cliente habían realizado un acto lésbico, lo que les
costó el despido.
Como hemos dicho, antes, era una incongruencia, por
una parte la religiosidad de las hermanas
González Valenzuela , y por la otra, mantener una rigurosa vigilancia,
para evitar ciertos actor, llegando a hacer una pequeña abertura , en la pared,
por si acaso se pasaban, y que se pagaban con severas torturas y vejaciones,
que sé que convirtieron en algo, muy normal
y por cualquier excusa : golpes, clavos afilados y restricción de alimentos,
llevando la peor parte, las jóvenes que no eran atractivas, pues fueron
asesinadas y sepultadas.
El intento de escapar, lo quitaban con la tortura;
hincar a las mujeres y con los brazos abiertos, sostener en ambas manos y en la
cabeza, ladrillos
1963 se origina un cambio de autoridades en el
gobierno de León, Guanajuato, por lo que, muchos de los amigos de María de
Jesús finalizaron sus mandatos. Su ausencia afectó sus negocios, implantándose
una nueva ley, entre la que figuraba, la desaparición de las casas de citas y
prostíbulos en la ciudad, motivo por el que María Jesús regresa a Lagos de
Moreno, Jalisco, al lado de Delfina, que entonces, aún regentaba el burdel
“Guadalajara de Noche”
Cuando se abre una ventana, puede entrar viento o
agua. Y la caída de María Jesús, se ceba en Delfina, que ve morir a su hijo
Ramón Torres, El Tepocate, quien apoyaba a su madre llevando el manejo, y el
sometimiento de las chicas, desde cuidarlas hasta vigilarlas o violarlas, además
de ser su guardián. Ramón Torres, falleció en un altercado con un policía,
mientras estaba en una fiesta junto a sus amigos
Delfina sacó un fusil que guardaba en un ropero,
bajó al salón disparó, creyendo que el asesino de sus hijos se parapetaba tras
la barra. El luto perduró siempre
Aconsejada por su hermana María Jesús, Delfina debe
esconderse, en Guadalajara, pues, aunque no llegó a matar a nadie, seguro que
la acusarían de tenencia ilegal de armas.
Cuando María Jesús, con varias de sus pupilas esperaban el
cuerpo sin vida de su sobrino, una vez concluida la autopsia, con él llegaron
varios inspectores, que colocaron sellos en las puertas del prostíbulo,
pensando que él, crimen se había originado en él, llevándose la clausura con
toda la impunidad del mundo dejando en su interior, a más de 20 mujeres,
aquello era un auténtico secuestro. Un día después, les cortaron el agua y la
luz, por lo que María Jesús, baraja la posibilidad de escarpase con sus chicas,
e irse a la casa que Delfina, tenía en San Francisco del Rincón. La tortura a
la que fueron sometidas duró seis meses, sin apenas comer y en condiciones.
Cuatro días hacían que estaban en San Francisco, y
su hermana Ernestina, que practicaba actos de zoofilia, le provoca una fuerte
diarrea, que se debe a una infección. Ya moribunda, su propia hermana la mata a
palos
Había trascurrido ocho meses, y el alimento se agotó,
dando paso a la desnutrición, pareciendo ser cadáveres, y a padecer
enfermedades, que, en algunos casos, las llevaron a la muerte
Hermenegildo Zúñiga González, apodado El águila negra,
aparece en la casa de las mujeres llevado a cuestas, un costal de cacahuetes,
para que se alimentasen. Flor una de las prostitutas come hasta hartarse lo que
le provoca hinchazón en el estómago y la muerte, su cadáver es arrojado desde
una venta a, y después fue enterrado, en el terreno.
Cuando la policía encuentra el cadáver, las Poquianchis
son acusadas de asesinato e inhumación clandestina.
Nunca, ninguna de las hermanas asesinó a nadie, para
eso estaba el “Águila negra”, el encargado de las ejecuciones, enviaba a las
mujeres al rancho San Miguel, donde morían de inanición. Trascurridos tres o
cuatro meses, enterraba a las mujeres, para posteriormente rociarlos con
gasolina y prenderlos fuego, en evitación de dejar rastro alguno. Fue
precisamente en ese rancho donde llegaron las mujeres, unos días ante de su
captura
1964 Las hermanas Delfina y María Jesús, se sientes
acorraladas por la policía. Las chicas están encerradas en dos habitaciones, mientras la amenazaban con
matarlas, si intentaban escaparse o gritar.
Catalina Ortega consigue escapar y llega hasta la
procuraría de León donde denuncia el trato dado a ellas y otras compañeras, por
las hermanas González Valenzuela.
La maquinaria policial se pone en marcha, en cabeza
va el comandante
Elementos de la procuraduría del estado, encabeza
Migue Ángel Mota, que, para más inri, era asiduo cliente de las
Poquianchis
Delfina y María de Jesús son trasladadas a la
procuraduría del estado, y se las interroga, sobre su participación en
secuestro lenocinio y asesinato de varias mujeres. ellas lo niegan.
Mientras, agentes judiciales, realizan una
inspección en la granja, donde localizan, los cuerpos de 90 mujeres,
enterradas, más fetos calcinados y huesos que pertenecían a cuerpo humanos
Las Poquianchis fueron insultadas y agredidas, y la gente
intentó lincharlas, antes de ser enviadas a la cárcel de Guanajuato.
En el proceso, contó con los testimonios de sus
pupilas.
Cuando María Luisa, cuando se enteró del sucedido,
acudió a Guanajuato, y fue acusada de prácticas satánicas, porque le fueron
encontrados pedazos de tela roja y hiervas en la ropa, ella que estuvo al
margen de todo o que sus hermanas estaban haciendo.
Al presentar irregularidades, puestas en evidencia,
sirven para la inmediata liberación de todos los implicados, lo que supone para
el Capitán Águila negra, sufra un infarto y fallezca a la edad de 76 años
Más trágica fue la muerte de Delfina, en 1978, que
ajena a lo que había hecho con aquellas mujeres, en su celda se encomendaba a todos,
los santos Ocurrió que unos albañiles que reparan unas goteras en su celda, un
recipiente lleno de cemento, le cayó en la cabeza
En cuanto a María Jesús, quien se aferró a la religión,
estuvo en prisión, vendiendo comida a las internas de la cárcel. Tras obtener
su libertad, se casa con Antonio Hernández
Por su parte, todas las pupilas fueron declaras
inocentes, y quedaron en libertad, algunas de ellas viajaron a Estados Unidos,
donde siguieron practicando la prostitución.
La terrible historia de la Poquianchis, se vivió,
como una de las oscuras leyendas, a nivel mundial del ámbito policial