Tras la guerra de la independencia de América, allá por el
1700, 130.000 militares regresaron a Inglaterra después de pasar por una derrota.
Londres, siglo XVIII
En aquella época, era la ciudad más grande de Europa con 800.000
personas.
Si la recorremos, podemos encontrarnos, con los mejores
edificios donde residían las mayores fortunas, o adentrarnos en otros barrios,
en donde la miseria, es el pan de cada día, donde conviven mendigos, rateros y
prostitutas, que solamente sobrevivían
Lo que fue bueno, para muchas mujeres, ver que algunos sus
maridos, hijos, o parientes, regresaban vivos, para otras fue como si el mundo
se les viniese encima, puesto que tuvieron despedirlas del trabajo, que hasta
entonces hacían para comerciantes, para que los humillados hombres, pudieran
acceder a sus puestos de trabajo, postergado por la guerra
Los daños colaterales, de aquella situación, y lo mala que
estaba, entonces la economía del país, llegaron en forma en robos, hurtos,
pillería, para que aquellas mujeres pudiesen subsistir. Algunas terminaron en
el mundo de la prostitución.
Indefensas y totalmente abandonadas por el gobierno, las que
no pudieron escapar de la policía, son detenidas, y condenadas con penas de 7
años de cárcel, por unos delitos tales como, utensilios domésticos, pan o leche
y robo de zapatos.
El sistema jurídico está al borde de sufrir un colapso, eso
y la paupérrima economía, termina llenando las cárceles, con una terrible
aglomeración de encarcelados
Por si eso fuese poco, la hambruna, el desconcierto y el tifus,
menoscaba a un gobierno que decidió incrementar la condena, como mera salida a
un régimen penitenciario totalmente paralizado, por lo que, el próximo aluvión
de detenidos, fuesen penados, a 7 años, pero más allá de los mares, en una
colonia, que tenían prevista, construir en Australia, tierra descubierta de
Cook.
1787 Parte de Portsmouth, una primera flota, que se componía
de 11 barcos, entre cargueros y buques de guerra, 756 presos, más hombre que
mujeres; y entre funcionarios, tripulación (algunos de ellos con sus familias)
y guardias marinas, un total de 550 personas.
La flota estaba al mando del capitán Arthur Philip, quien,
tras 8 meses de navegación, consiguió arribar en Botany Bay , aunque
posteriormente, decidió llegarse hasta Nueva Gales , por considerar, que tenía,
mejores condiciones
La nueva colonia tuvo
problemas desde el principio: enfermedades como el escorbuto y la disentería,
marineros y funcionarios metidos a campesinos sin ninguna experiencia,
herramientas de construcción de mala calidad, el ganado que habían traído se
moría, enfrentamientos con los aborígenes…
Al año siguiente, el comandante Thomas Edgar, al mando del
buque “La señora Juliana”, abandona Inglaterra, con un segundo contingente.
Thomas Edgar, ya había navegado con James Cook, en uno de
los últimos viajes. El navío portaba suministros, personas especializadas en
agricultura y 237 mujeres condenadas, por insignificantes penas, que servirán
para aliviar la tensión sexual, en la mayoría de los hombres de la
colonia, así como asegurar el posterior crecimiento, en la población del
asentamiento
No obstante, este viaje que duró, cerca de un año, en un
barco de velamen, a sus tripulantes, no les venció, ninguna tormenta marina, ni
rayo alguno cayó en sus mástiles, ni siquiera tuvieron que atarse para evitar
que una ola los arrastrase de cubierta; se rindieron ante la provocación, la voluptuosidad
de aquellas mujeres, que les ofrecían un paraíso lleno de placeres carnales,
aunque tuviesen que extraer su bolsa y pagarles lo que ellas pedían.
Nadie llegó a pensar, que tal suceso aconteciese. Ni que el
buque “La señora Juliana”, llegase a convertirse en un lupanar flotante.
Aquellas mujeres llegaron a un acuerdo - Las que tengan mejores cuerpos y más
atractivo, ofrecerán sus servicios a los oficiales. Mientras que las otras, se
encargarán, de amenizar a la tripulación y hacerles más caro su viaje-
Posiblemente, más bien probablemente, muchas de aquellas
mujeres, quedasen embarazadas, e incluso, darían a luz a sus hijos dentro del
navío.
Cuando el barco atracó en Nueva Gales en 1790, los militares
se sorprendieron al encontrarse, con que los tripulantes del barco, eran más numerosos,
que los que embarcaron en Londres
Fue el comienzo de una nueva época de fundadores del nuevo
mundo.
Recabada
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