Con bastante asiduidad, la no realidad, consigue que
se falsee, partes de la Historia, por lo que nos harán creer, que algunas de
sus épocas, difieran bastante, con la realidad
Apariencia engañosa, no es
lo tú crees
Eso viene a cuento de las
imágenes que vemos en las películas sobre la Edad Media y en la clase alta o
noble.
Mejillas con caros coloretes
y vestidos inmaculados, toda falacia, y es que la iglesia prohíbe la correcta
costumbre higiénica, de asearse, que venía desde la época de los romanos,
objetando que, aparte de ser un pecado, era un capricho y muy costoso
¿Qué tenía de negativo el
agua, para la gente pobre?
El agua no contó con que dos
colectivos tan diferentes, entre sí, como son sacerdotes y médicos, se aliasen
y extendiesen, entre la población, que el agua, especialmente la caliente, era
contraproducente para los músculos, pues los debilitaba, reduciendo las
capacidades motoras, y generaba enfermedad. Perjudicando la vista, los dientes,
el rostro, haciéndoles más vulnerables al frío. Y que incluso una “capita” de
mugre era siempre, un socio para frenar las enfermedades que pudieran
venir
No se libraba ni el gato
En la nobleza existió un
claro ejemplo de no utilizar el agua para asearse: Isabel de Castilla llegó a
presumir, de solo haberse bañado dos veces: Una antes de la boda, claro que se
trataba de una tradición palaciega. Por lo que la clase noble, apestaba
igualmente que la de la baja.
Vamos por partes: Vestidos y
peluca, pocas veces se lavaban, por lo que era normal que tuviesen inquilinos (liendres
y piojos).
¿Qué soluciones se buscaban?
En ocasiones, se colocaban
unos trozos de tocino, para que los ocupas, se cebasen en ellos.
Contar con sirvientes que
les pudieran desparasitarlos, cada día, e incluso, limpiarles las partes
pudientes.
La ciudad del Támesis y la
de la Luz
Londres y París, o París y
Londres, estaban consideradas como las ciudades más sucias, pues sus calles
tenías un olor fétido, y sus edificios públicos y casas, bueno tampoco se
libraban de ese olor nauseabundo, siendo el grado sumo cuando se juntaba la
masa.
En las iglesias se echaba
mano del incienso, que se quemaba para, tratar de refrenar el mal olor
Aseo como lo gatos
Como hemos podido descubrir la gente, no era
muy limpia que digamos, es más, solo se limpiaban dándose un golpecito, con una
toalla, levemente mojada, solo en las partes del cuerpo que no estaban tapadas con
los vestidos. De esa manera, la roña no les atormentaba
Veamos que hacían con las
partes que no se veían.
No se lavaban directamente,
incluso podrían pasar, años y más años, sin que ni una gota de ese preciado don
que es el agua, sin tocarles la epidermis
La clase médica
Les prohibía lavar a los
hijos pequeños, argumentando, que los volvía blandos y propensos a las
enfermedades.
Las madres ante tales
expectativas, no los aseaban, pero, lo que no “mataba “el agua, lo hacía las infecciones,
puesto que estas los llevaban a morir
Una vez al año, no hace daño
Tendría que pasar varios siglos,
hasta que la plebe y los nobles, aceptasen la idea de que el baño, era algo
necesario.
En el siglo XVII, se
generalizó el “baño anual·”, el cual, como su nombre indica, consistía en
bañarse una vez al año, en una tina ¡con agua caliente!
No se quiten los sombreros
Ningún hombre, de la clase
que fuese, se quitaba el sombrero, ni al entrar en las tabernas, ni siquiera
durante la comida o la cena.
¿La razón?, era de cajón
…evitar que las liendres y los piojos se diesen un chapuzón en el plato de
comida.
Y otra razón, evitar apestar
menos
¿De qué puede venir la tradición del
lanzamiento del ramo de la novia a los invitados?
A la hora de elegir el mes para
contraer matrimonio, es cosa de dos, pero en aquella época, se casaban cuando
coincidía con el verano del hemisferio norte, en junio.
Así que, como el baño anual,
se solía hacer en el mes de mayo, el olorcito a “compañerismo” de las personas
asistentes al evento, se podía ¿tolerar?, se podía sin más. Así que las novias
llevaban sendos ramos de flores, para disfrazar el olor, puesto que, a pesar de
haberse lavado en mayo, era casi o todo el mes, lo que faltaba para el enlace,
y el calor, puede hacer de las suyas.
De ahí, se dice, se comenta,
que nace la tradición, de que al final de la boda, la novia tire y sea
recogido, el ramo, por una posible próxima novia
Siglo XIX
El siglo de la modernidad,
llamado así al siglo XIX, el baño fue admitido con más frecuencia en los
hombres que en las mujeres, los primeros se bañaban dos veces por semana.
Las mujeres, aunque también
lo hacían con frecuencia, evitaban, limpiarse, sus partes íntimas, porque se
pensaba, que producía infertilidad.
Romanos y griegos
Es curioso, que los griegos
y los romanos, nos diesen lecciones de higiene, puesto que se lavaban a diario,
cuidando de recortarse y depilarse a
menudo.
Sin embargo, a mediados del
siglo V, todo se trastornó, y la higiene retrocedió durante más de mil años
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