ZACATECAS
Aunque,
no solo sea, en la ciudad de México, donde se puede escuchar esta historia, sí
es el lugar donde podemos encontrar más divulgación.
Cuenta
que una anciana mujer, para un taxi – Madre. ¿A dónde le llevo?
- - Recorreremos algunos lugares, para
parar y entrar en su iglesia-
Cada vez
que salía de algún templo, y volvía al taxi, siempre lo hizo llorosa y
musitando una oración.
Y así,
de iglesia en iglesia, pasaron dos horas, hasta que aquella anciana le dice
-
Por favor, lléveme a mi casa, unos parientes, le pagaran la carrera, que no ha
resultado ser muy barata -
Llegados
a la dirección, que la anciana, indicó al taxista, desciende del taxi –
Ahorita
mismo, le traigo sus pesos – La espera
se alarga, y nadie sale de la casa para abonar la tarifa
El
taxista muy enojado, golpea fuertemente en la puerta. Al poco la puerta se
abre, era un hombre de unos 50 años- ¿Qué se le ofrece? -.
-
- Que se me abone lo que se debe- y
explica lo sucedido
Aquel
hombre teme que lo que le cuenta, el señor taxista, se trate de una broma
-
Espere acá, ahorita salgo-
Cuando
regresa a la puerta, en sus manos trae unas cuantas fotografías- ¿Esta es la
señora que dice usted que le pidió llevarla a las iglesias? -dijo aquel hombre
-
- Pues sí, ella es- contestó el
taxista-
-
- Lo siento, usted puede estar
equivocado, la abuela falleció hace años-
El
taxi y su chofer, se aproximan a la primera parada que más cerca tienen. Allí
comenta a sus compañeros lo sucedido - ¡Híjole! – dijo con sombro uno de ellos-
Pues no más has llevado en tu carro a la penitente-
-
- ¿A la penitente? -
-
- Si. Es el espíritu que adopta, la
forma de muchas viejas mujeres, para llegarse a los templos, tratando de
espiar, quien sabe que pecado-
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