MUJERES PARA LA ETERNIDAD ÉL ÁNGEL DE VARSOVIA IRENA SENDLER





1999 Kansas, USA

Un grupo de estudiantes, se encontraban reunidos con el fin de realizar un estudio, sobre un tema muy concreto, El Holocausto judío.

Por casualidad se topan con el nombre de una mujer polaca, y un dato al mismo: Irena Sendler, que así se llamaba, aquella persona, había realizado una importante misión, en favor de los más pequeños que vivían junto a sus progenitores, en el gueto de Varsovia, durante la ocupación nazi, había salvado, nada más ni nada menos que ¡25.000 niños!

La imagen de aquella mujer, salía a la luz.  Más de medio siglo después, la imagen de una, adorable ancianita, a la que muchos de aquellos niños, ahora, ya convertidos en adultos, reconocieron en los medios de comunicación.

La historia de Irena Sendler fue, es y seguirá siendo, la semblanza de una mujer valiente, dotada de unos valores puros. Al margen de ideales políticos y religiosos, Irena se jugó de la vida para salvar a seres inocentes de una muerte segura.

Esta mujer, Irena Sendler nace el 15 de febrero de 1910 en Otwock, Varsovia, en el seno de una familia católica. Desde bien pequeña, Irena, cohabitó con la solidaridad, el amor, así como el respeto a los demás.

Valores que aprendió de su padre, Stanisław Krzyżanowski, un médico que falleció, cuando Irena, sólo tenía siete años, debido al contagio del tifus, que padecían sus pacientes, y a quienes, muchos de sus colegas de profesión, se habían negado a atender, por miedo al contagio.


Irena, ya adulta, decide dedicar su vida, a los demás, para lo cual se hace enfermera.
1939 En el momento que Alemania invade Polonia, Irena, trabajaba en el Departamento de Bienestar Social de Varsovia, con un trabajo muy duro, en los comedores comunitarios de la ciudad

Un año más tarde, 1960, con la creación del gueto de Varsovia, la situación se complicó bastante.
Irena, fue educada en la fe católica, y a igual que su padre, siempre sintió simpatía por los judíos, a los que, más tarde, ayudaría, a pesar del peligro que ello conllevaba …su propia vida ...

Por lo que no duda unirse, al entonces Consejo para la Ayuda de Judíos, conocido como Zegota, ofreciéndose, como enfermera, para ocuparse de paliar los casos de enfermedades contagiosas.
Ante el temor de que una, más que posible epidemia de tifus amenace al gueto, los responsables nazis, se muestran permisivos con las personas que entraban en él, para trabajar detener la enfermedad.


Irena, tiene varios frentes abiertos: ayudar a otras enfermeras no judías a penetrar en el gueto, y encontrar solución para un problema que ella veía todos los días, tal y como estaba aquel espacio, tan controlado y vigilado, a los allí hacinados, solo les quedaba un futuro muy oscuro

En consecuencia, había que encontrar la manera, se sacar de aquel “agujero”, por lo menos, a los más pequeños.


Estaba segura que cuando lo propondría, obligaría a tomar una decisión terrible a las madres, que tendrían que desprenderse de sus hijos, pero por desgracia, la única manera de salvar sus vidas, ya que muchos de sus padres, terminarían por morir en los campos de concentración, a los que los judíos que estaban en el gueto de Varsovia, serían trasladados

Parecía que la forma más sencilla de sacar a los pequeños de aquel lugar tan espantoso, fuese en las ambulancias que trasladaban a los más graves a los hospitales, lejos del espacio controlado. Pero Irena, pronto tuvo que buscar otros métodos para hacerlo: colocarlos dentro de bolsas de basura y en ataúdes, cualquier idea que surgiera para sacarlos era bienvenida.

A los 2500 niños a los que pudo salvar de una muerte segura, fueron escondidos en los orfanatos, conventos, escuelas, hospitales y viviendas particulares, después de prepararles, una identidad nueva. Irena cuidadosamente había recogidos los nombres originales a través de unos códigos que solo ella entendía. Así, podrían lograr los familiares sobrevivientes del gueto encontrar a los niños una vez finalizada la guerra.

LA NIÑA DE LA CUCHARA 

Elzbieta Ficowska, uno de los niños que consiguió salvarse de morir, en el gueto de Varsovia, lo consiguió gracias a que una colaboradora de Sendler, le suministrase un narcótico, cuando solo contaba con cinco meses y fuese metida en una caja de madera con agujeros, para que entrase el aire.
Tras lo cual le sacan en un carro tirado por un caballo, junto a un cargamento de ladrillos, que guiaba, el hermanastro de su madre, de profesión constructor, con permiso para entrar y salir del gueto.


Dentro de la caja, al lado de la pequeña iba una cuchara de plata con el nombre grabado “Elzunia” y su fecha de nacimiento: 5 de enero de 1942. A partir de ese momento comenzó para ella una feliz y, como se vio después, una vida segura.

1945 Jolanta, nombre en clave de Irena, es descubierta por los nazis y detenida por la Gestapo. Sometida a terribles torturas, no consiguieron sonsacarle el paradero de los niños, que libres crecerían  
Después es condenada a muerte, pero la organización Zegota la rescató antes de la ejecución, ayudados por un soldado, que apuntó el nombre de Irena en la lista de ejecutados

Ella asumió una nueva identidad y continuó su trabajo en la clandestinidad. Una vez terminada la guerra, Irena desenterró las listas con los nombres de los niños y la entregó al Comité de salvamento de los judíos supervivientes.

Ella por su parte de casó, tuvo 3 hijos y aún tuvo problemas con el régimen socialista que se instauró en Polonia. Tras décadas de vida anónima, y una vez publicada su fotografía en los periódicos, muchos fueron los hombres y mujeres que la reconocieron  

La Orden del Águila Blanca de Polonia.  Título de Justa entre las Naciones de organización Yad Vashem de Jerusalén, o su candidatura al Premio Nobel de la Paz fueron algunos de los reconocimientos a una mujer quien nunca pensó que su labor humanitaria descubierta muchos años después levantara tanto revuelo. Para ella fue lo que tenía que hacer.


Irena Sendler falleció en Varsovia, el 12 de mayo de 2008. Tenía 98 años.

OTRAS PERSONAS QUE   SALVARON VIDAS

El príncipe Constantin Karadja: diplomático rumano, que salvó a más de 51 000 judíos de la deportación y el exterminio, como acreditó el Yad Vashem en el año 2005

Paul Grüninger: comisario de policía suizo que proporcionó papeles falsos a más de 3000 refugiados para que pudieran escapar de Austria tras el Anschluss

Maximilian Kolbe: fraile franciscano polaco. Durante la Segunda Guerra Mundial proporcionó refugia a los refugiados en su monasterio, incluyendo a 2000 judíos. Murió ofreciéndose como voluntario en el lugar de otro refugiado del campo de concentración.

Hugh O'Flaherty: sacerdote católico irlandés que salvó a más de 4000 judíos y soldados aliados. Fue conocido como "La Pimpinela Escarlata del Vaticano".

Algoth Niska: contrabandista finlandés, que transportó a numerosos judíos a través del Báltico.
Irene Gut Opdyke, una mujer polaca, que ocultó a doce judíos en el sótano de un alemán.

Elisabeth Eidenbenz
fue una maestra y enfermera, fundadora de la Maternidad de Elna, que entre 1939 y 1944 logró salvar aproximadamente a unos 600 niños entre refugiados republicanos españoles y judíos que huían de la invasión nazi.

Oskar Schindler
Schindler adquirió a un bajo precio una fábrica en Cracovia, a la que nombró Deutsche Emaillewaren-Fabrik. en esta fábrica se usaba mano de obra judía de campos de concentraciones y en las noches regresaban a los campos.

Père Marie-Benoît
fue un fraile franciscano capuchino que ayudó a escapar a 4.000 judíos del Mediodía francés durante la ocupación de Francia por la Alemania nazi


16
Miguel Ángel de Muguiro
Muguiro, como otros diplomáticos españoles, había rescatado un viejo decreto promulgado por Primo de Rivera en 1924, en virtud del cual todos aquellos que demostraran ser de origen sefardita, obtendrían inmediatamente la nacionalidad española. Ocultaban que el decreto había expirado en 1931.

Estos son algunos de las personas, famosas o anónimas que consiguieron, con sus actos, que otros viviesen