ZAIDA
La Historia,
a veces, deja en el olvido o casi olvidada, personajes reales como puede ser
los protagonistas, de esta supuesta leyenda, verdad en la realidad
1063
Rumaykiyya, poetisa, familiar del rey poeta, Al-Mutamid, trajo al mundo en la
Sevilla, omeya, a una niña a quien puso de nombre, Zaida.
Aquella hermosa mujer y culta, dio a su hija, una
excelente educación: Danza, Filosofía, canto, danza y a convivir con la clase
más alta de la sociedad andalusí, además de estar relacionada, con la clase
social internacional, rica y ostentosa, cultural de la Corte de Sevilla.
Cuando Zaida
había cumplido los 12 años, fue prometida a su majestad Alfonso VI, rey y
emperador de Castilla y León que poseía gran poder.
Alfonso
había oído hablar de las muchas virtudes que adornaban a la princesa, así como
de su singular belleza, así que no dudó en aceptarla como futura esposa, ya que
no era ningún problema, ella era muy joven todavía, y él se encontraba casado
con Inés de Aquitania.
Además,
Zaida aportaba una espléndida dote en su posible matrimonio con el rey Alfonso
VI, como la entrega de grandes y poderosas plazas militares como Cuenca,
Alarcón, Uclés, Ocaña, Consuegra y otras menores, que pasarían a manos
cristianas.
Pero, este
posible casamiento fue muy mal visto dentro del mundo cristiano.
Rápidamente,
la orden de Cluny, protestó llamándole la atención a Alfonso, pidiéndole que
sólo se casara con princesas cristianas.
Al final,
por la gran polémica levantada, Zaida acabó casándose con Abu Nasir Al Fath
Al’Ma’mun, rey de Córdoba e hijo del rey sevillano Al-Mutamid.
Zaida vivió
entonces una época de incertidumbres y revueltas, de guerras y traiciones.
Era el final
del Califato de Al-Ándalus, que comenzó a dividirse en reinos taifas y que
significó el declive del poder musulmán en la península Ibérica.
Mientras
tanto, Alfonso VI conquistaba Toledo, conmocionando el mundo musulmán de toda
la península.
Asustado por
el avance cristiano, el rey Al-Mutamid pidió ayuda al rey de los almorávides
africanos, llamado Yusuf, a través de una epístola, en la que le indicaba, lo
que el rey, le pedía- Exige que todos los templos nuestros, tengan en sus
cúspides cruces y que sean regidos por sus monjes
Yusuf no
tardó en entrar en la península. Llegó rodeado de fanáticos guerreros
musulmanes, sedientos de sangre cristiana, que le seguían al grito de Guerra
Santa
Pronto se
dieron cuenta de la debilidad de sus compatriotas peninsulares, más entregados
a las artes y las letras que a las propias armas. Viéndose más fuerte y
poderoso, decidieron acabar con todas las taifas musulmanas y volver a unificar
Al-Ándalus.
Ante la
cercanía de las tropas almorávides en Córdoba, y temiéndose lo peor Al’Ma’mun
mandó a Zaida y a toda su familia, custodiados por setenta caballeros, al castillo
de Almodóvar del Río que previamente había sido fortificado y abastecido para
que pudiera resistir si era atacado y asediado.
La ciudad de
Córdoba cayó en manos de los almorávides y Al’Ma’mun fue vencido. Su cabeza fue
cortada y colocada en una pica mientras la paseaban por toda la ciudad.
Cuando Zaida
se enteró de la caída de Córdoba y temiendo que sucediera lo mismo con la
fortaleza de Almodóvar del Río, e incluso con Sevilla, decidió huir y pedir
asilo en la corte toledana de Alfonso VI.
A fin de
cuentas, había sido su prometido y su corte era mucho más segura en aquellos
momentos.
Zaida
conoció al rey Alfonso, cuando ella estaba en todo su esplendor y rondaba los
28 años de edad. Las personas que la conocieron hablan de ella como: Bella y
gentil
princesa, de tez pálida, discreta, virtuosa y esbelta
El monarca
castellano, le duplicaba en edad, ya que Alfonso, tenía en aquellos entonces 51
años, pero la edad no podía evitar que fuese: Ducho con las armas, gallardo y
apuesto
Don Alfonso
había pasado por tres matrimonios, ahora estaba casado con una mujer enferma y
que no le había dado descendencia.
Las amantes
del monarca entraban y salían de sus aposentos, aunque a él, ninguna le
atrajese en demasía. Todo lo contrario que ocurrió con Zaida, fue como la
explosión de un volcán, y ambos iniciaron una relación amorosa, a pesar de que
él, continuaba casado con Inés de Aquitania
Las
continuas citas, entre ellos dos, se efectuaban en el castillo de La Adrada. La
construcción de dicho castillo, se efectuó, sobre otro, más Este castillo se
construyó sobre otro más primitivo y de origen romano, en donde, según la
leyenda el rey Alfonso VI, mantenía un romance con la bellísima princesa Zaida.
Tres hijos
tuvieron: Don Sancho Alfonsez, su único hijo varón y heredero al trono, y sus
hermanas, Elvira y Sancha.
Sancho
Alfonsez, no tuvo que guerrear para ser aceptado como rey, puesto que su padre,
lo reconoció como su directo descendiente, para que gobernara Castilla, León,
Galicia con Portugal y el resto de condados.
Zaida
renunció al islamismo y se trasladó a la corte castellana, para posteriormente
se hizo bautizar en Burgos, con el nombre de Isabel.
Lo que no
hizo, fue olvidar sus costumbres, incluso las difundió, lo que trajo nuevos
aires, culturales de la sociedad musulmana. Y los comentarios, generalizados,
decían de la castellana corte de Alfonso VI, que más bien se parecía a una
corte musulmana.
“Sabios y
literatos muslimes andaban al lado del rey”. La moneda se acuñaba en moldes
semejantes a los árabes y los cristianos vestían a usanza mora, hasta los
clérigos mozárabes de Toledo, conocían más el árabe, que el latín.
Isabel o la
princesa Zaida, falleció al dar a luz a Sancha su última hija. Aquella pérdida,
dejó un profundo dolor en el corazón del monarca, que aya era muy mayor
El cruel
destino hace, que Sancho, su heredero, muera con 12 o 13 años, en la batalla de
Uclés
Seguro que
la pena y los años, le llevaron a abandonar este mundo, dos años después, de
esta pérdida.
El mundo
cristiano, de aquella época, estaba indignado, con la relación que el rey
mantuvo con una mora, así que, algunos se encargaron de manipular todo lo que
pudieron, además de ocultarla. Y por supuesto, la imagen de la bella árabe,
quedó rebajada, de ser reina ser una simple concubina
Jamás se
admitió, en toda la cristiandad, que fuese reina de Castilla, así como tampoco
se reconoció su nombre, Isabel I de Castilla. Aunque, dicho nombre apareciese y
lo llevase Isabel la Católica, siglos después
Algunos
creen ver, en la rápida muerte del príncipe heredero, Sancho Alfonsez, la
sospecha de una conspiración, muchos son los elementos para ello: bastantes
enemigos, demasiados intereses.
Él era hijo
de un rey cristiano, ella una princesa mora, en ambos concluían las dos
Españas: la España cristiana y la España
musulmana, y con ellas, la fusión de las dos culturas. Era algo inimaginable,
para la época, en que sucedió este relato
El deseo de
Alfonso VI, siempre fue, que Zaida descansara en el mismo lugar que había
destinado para el mismo, sus reinas e hijos. Así que fue sepultada en el
Monasterio de San Benito de Sahagún, debajo del coro.
Varios
siglos después, se originaron distintos incendios que terminaron con gran parte
del monasterio, así como de archivos, y de los restos de la realeza que allí
permanecían enterrados.
Recogida
información en:
http://www.fotopaises.com/Fotos-Paises/t/2004/3/28/130_9203.jpg