MITOLOGÍA
No puede
existir mitología, que se precie, sin que en ella aparezcan seres: bigardos,
hombretones, hercúleos, hombrones, corpulentos, robustos, colosos, titanes, cíclopes,
hércules, superhombres y gigantes con cara de mala uva o perversos.
Nacidos
de Urano (el cielo) y Gea (la tierra, se enfrentaron a su padre, librando una
lucha con los dioses que aparece representada en los relieves del Partenón de
Atenas (la Gigantomaquia) Entre los hijos de estos dos dioses se encontraban
los cíclopes que tenían una enorme estatura y un solo ojo en medio de la
frente
En la
Biblia Goliat
En la
Odisea aparece el infame y caníbal Polifemo
EN LA
VIDA REAL
Los gigantes,
desde siempre han sido postergados a ser criados, soldados y monstruos de feria.
Desde
Isabel I, a Jorge IV, eran forzados a ser porteros de los monarcas británicos,
es incluso a combatir bajo las banderas rusas y prusianas.
Hasta el
político ingles Oliverio Cromwell, tuvo su particular gigante, un maniático de
la religión llamado Daniel, quien acabó sus días predicando un extraño
evangelio tras las rejas de un manicomio.
“El gigantismo es
una secreción excesiva de la hormona del crecimiento que se presenta durante la
niñez antes del cierre de las epífisis del hueso y que provoca exceso de
crecimiento de los huesos largos y estatura muy elevada”.
Aunque
no debemos olvidarnos de la acromegalia:
La acromegalia es
una alteración en las hormonas que producen hormona de crecimiento en exceso.
La glándula pituitaria, una pequeña glándula en el cerebro, fabrica la hormona
del crecimiento. En la acromegalia, la pituitaria produce cantidades excesivas
de hormona.
La
mayoría de las personas que sufren estos desarreglos, tienen o se les obliga a
vivir viven solos solo acompañados de grandes padecimientos.
Sin
embargo, peor que sus anomalías son sin duda las burlas crueles que tienen que
aguantar de una sociedad que vive rodeada de un mito, el de la perfección. Sin
darse cuenta que ella es la peor de las deformaciones.
Iremos
hablando de los gigantes humanos con nombre propios. Hoy el de…
Robert P. Wadlow
Robert
P. Wadlow, nace en Alton, Illinois -Estados Unidos un 22 de febrero de 1918.
Es el
primogénito de los 5 hijos que tuvieron Robert Pershing y Addie Wadlow, donde
la llegada del pequeño fue de lo más normal, en un parto también normal.
Pesó 3,80 kg y una estatura completamente normal, que no hacía presagiar que Robert
llegaría a convertirse en el hombre, más alto, que jamás haya vivido con 2,72
de altura.
Todo
comenzó a partir de que este cumpliese los 4 años, empezando a crecer de una
forma exagerada.
A los 8 años
medía 1,83 y pesaba 77 kg y dos años más tarde, había rebasado la barrera de
los 2 m de altura.
En la
escuela, le tuvieron que construir una mesa especial solo para él.
En el
Libro Guinness de los Récords fue apodado como ‘El gigante de Alton’, siendo
reconocido como el hombre más alto de la historia, del que existen evidencias
irrefutables.
La
culpable de este desmedido crecimiento fue una hipertrofia de la glándula
pituitaria, por lo que los que sufren esta dolencia, nunca dejan de crecer.
Los que
sufren esta dolencia nunca dejan de crecer, tal y como le pasó a John William
Rogan, la persona que ostentó el título -con una altura de 2,69-, hasta que
Robert lo superó con sus 2,75 m y del que hablaremos en otro artículo
Sus
manos medían 32,3 cm del dedo corazón a la muñeca y calzaba de zapatos un 47cm
de largo.
Era tan extraordinariamente
grande que a la edad de 20 años era toda una
celebridad, acaparando toda la
atención del público gracias a las giras que hizo, como la de 1936 con el
famoso Circo de los Hermanos Ringling o su propia gira promocional en 1938.
Su
tamaño le llevó a la fama, pero también le concedió una serie de problemas para
superar, ya que su gigantismo y crecimiento, pronto le obligaron a necesitar sujeciones
para poder caminar.
Con sus padres
Más tarde,
terminaría por perder la sensibilidad de las piernas. Sin embargo, a pesar de
ello, nunca utilizó silla de rueda.
1940
cuando se encontraba formando parte de un festival, en Manistee, Michigan sufre un
pequeño contratiempo, da una mala pisada y, se lastima un tobillo. Esto le
provoca una ampolla, que más tarde se infectaría.
Es
operado de urgencia y tienen que ponerle una transfusión de sangre.
Su
situación empeora considerablemente y le provoca la muerte.
Robert
Wadlow moriría el 15 de julio de 1940 a la corta edad de 22 años, con una
altura de 2,75 cm y 199 kg de peso.
Más de
30.000 personas acudieron al funeral y fueron necesarias 12 personas para
llevar el féretro
1986, la
ciudad de Alton erigió una estatua de Robert con su misma altura, en señal de
recuerdo y reconocimiento al ‘gigante amable’, apodo con el que se le recuerda
cariñosamente.
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