ELLA HARPER LA NIÑA CAMELLO






Siempre escuché de mis progenitores, que nunca se debe hacer leña del árbol caído, y menos cuando la madre naturaleza parece que se burla de alguien que no tiene la culpa de venir a este mundo, y perdóneme ustedes, sin siquiera preguntárselo o pedirle permiso.

Me refiero a Ella Harper a la que se la conoce como “la niña camello”, puesto que así se le llamaba en el mundo donde nuestro personaje se desenvolvió durante un tiempo…el Circo, siendo uno de los casos más conocidos de las denominadas como “personas asombrosas.
1870 año en el que vino al mundo en la ciudad de Tennessee EEUU, acompañada de otro niño, su hermano gemelo, que falleció al poco de nacer.

Puede ser que a sus padres se les pasase por la cabeza, al ver a su hija, que esta tampoco duraría mucho debido a una anormalidad en sus piernas y su débil apariencia. Pero se equivocaron
Ella Harper fue siempre consciente que su vida no iba a ser un camino de rosas, admitiendo que nunca le reconocerían como una persona normal que tenía que andar apoyada sobre sus manos para desplazarse.
Y es que Harper había nacido con un problema, tenía Genu recurvatum una postura donde las rodillas parecen inclinarse hacia atrás en el pie, o hiperextensión de la rodilla, que le obligaba a tener que caminar a cuatro patas.

Si bien, ella, tenía cabida en este mundo y así lo creía.  Y los mismos sueños que cualquier otra niña: estudiar, ser independiente y formar una familia, Aunque antes tendría que andar, por un camino que no se lo iba a poner nada fácil.
Olvidando ese problema que llamaba la atención de todos los que la conocían, Ella era particularmente bella, y siempre iluminaba su rostro con la mejor de su sonrisa y una característica física que le hacía ser un ser excepcional.

Todos ya conocemos donde solían terminar “trabajando” personas como Harper, sí en el circo. El destino quiso que WH Harris, dueño de un espectáculo circense le conociese. Era una niña cuando entró en el mundo del espectáculo como “El más maravilloso fenómeno de la naturaleza jamás visto”.
Como no es el primer caso, que ya conocemos, de estas características, no por eso dejamos de sentir esa sensación de impotencia, de ver como muchas personas se llevaron buenos dólares a sus bolsillos con su exhibición. Y que otras tantas viajasen de un estado a otro con la morbosidad en sus corazones por ver a semejante espécimen.

Al slogan de El más maravilloso fenómeno de la naturaleza jamás visto” se le fotografiaba, para anunciarla en las ciudades donde el circo iba a actuar, así como en la prensa escrita al lado de un camello. Tal y como nos temíamos…constantemente humillada.
Para muchos, la cantidad de 200 dólares, que ganaba por semana, era una suma muy importante, así que, tenía que aclimatarse a lo que se le pidiese.
1886 con 16 años Ella Harper dio una rueda de prensa donde dijo “tengo la intención de dejar el mundo del espectáculo e ir a la escuela y encajar en todo para otra ocupación".

Ni que decir tiene que la noticia apareció en todos los rotativos de la época haciéndose eco de la demanda de la joven Harper: vivir como cualquier persona. Y el mundo no tuvo más remedio que aceptar aquel nuevo reto de Ella.
A través de documentos oficiales, que se guardaron en hospitales y juzgados, iremos conociendo como transcurrió su vida.
Finalizados sus estudios, se casó a los 25 años, con Robert L. Savely, un maestro de escuela.
El día a día, fue el mismo que el de otros tantos hogares, con su rutina y con sus buenos y malos momentos.
Ella quedó embarazada, y el matrimonio se sentía feliz, pero la pequeña Mabel, murió al poco de nacer.


Así que Ella y Robert, decidieron adoptar un niño, que por desgracia falleció tres años después.
Robert L. Savely y Ella Harper, se mantuvieron unidos hasta que, a consecuencia de un cáncer de colon, Ella falleciese a los 40 años de edad en 1921.

Se le recuerda como una mujer valiente que aceptaba retos, entre ellos, el de poder vivir dignamente y olvidar su paso por aquel espectáculo que tanto le humilló, demostrado a la gente, que era capaz de formarse académicamente, casarse y ser plenamente una mujer.   

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