SANDRO (ALEXANDRO)FILIPEPI APODADO BOTICELLI




Ese era su verdadero nombre, aunque ha llegado hasta nuestros días, como SANDRO BOTICELLI
Florentino de nacimiento vio la luz en 1444, en un barrio de trabajadores en el arrabal (una extensión o agrupación territorial de viviendas y comercios no sujetos a control municipal o planes urbanísticos) de Ognissanti.

Fue el menor de los cuatro hijos del matrimonio formado por Mariano di Vanni di Amedeo Filipepi, de oficio curtidor, y su esposa Smeralda.

Como la salud de Sandro no era muy buena, pues raro era el día que algo no preocupase a sus padres, Mariano y Smeralda, pasaba largas horas acompañando a su hermano mayor, Giovanni, por lo que muchos llegaron a pensar que el pequeño Sandro era hijo de Giovanni y no su hermano, quizá aquello le llevase a tener el mismo apodo que le daban a su hermano mayor “Botticello” (tonelete), un apodo debido tal vez por su complexión, bajito y fuerte y por su afición al vino. Así que Sandro pasó a ser el chico del Botticello, es decir, Sandro Botticelli
                                          Marte y Venus
Otros cronistas lo del apodo lo enfocan de esta manera: La diferencia de edad entre él y su primer hermano fue de 25 años, se cree que lo adoptó, por lo que su educación corrió a cuenta de su hermano mayor.
Giovanni tenía el apodo de Botticello, sin que en realidad se sepa, si dicho apodo era por su gordura o por gran bebedor; otras fuentes indican que era su hermano Antonio el que tenía este mote. De él deriva el apodo de Botticelli.

Nunca llegó a casarse, pues según él contaba, la sola idea de matrimoniar le aterraba.
Botticelli fue famoso por sus cuadros religiosos, pero sus obras más famosas fueron las pinturas de criaturas y dioses mitológicos de las antiguas historias de griegos y romanos.
Utilizaba su pincel como un bolígrafo o un lápiz para delinear, o agregar líneas alrededor de la gente en su pintura.

Trabajó con el pintor y grabador Antonio del Pollaiuolo, del que aprendió el dominio de la línea, recibiendo de Andrea del Verrocchio, otro de los grandes pintores gran influencia.
1470 Botticelli ya tenía su propio taller.
                                          La corte de los Médicis 
En aquellos entonces tener como mecenas a la familia de los Médicis era todo un lujo, a quien dedicó casi toda su vida, para la que pintó   retratos, entre los que destaca su Retrato de Giuliano de Médicis.

También sus pinceles describieron temas religiosos, principalmente tablas de Vírgenes, como La Virgen escribiendo el Magnificat, La Virgen de la granada y La coronación de la Virgen.
1481 Botticelli, es llamado entre otros artistas, para trabajar en Roma, en la decoración de la Capilla Sixtina del Vaticano, donde pintó los frescos Las pruebas de Moisés, El castigo de los rebeldes y La tentación de Cristo.

1490, los Médicis fueron expulsados de Florencia.

Girolamo Savonarola, monje dominico predicaba la austeridad y la reforma, a Boticelli algo le quema por dentro. Era un fraile muy polémico, por sus arengas desde el púlpito del convento de San Marcos, arremetiendo contra la corrupción, el lujo, como él decía la hoguera de las vanidades, la depravación tanto de Florencia como del Papado.

Vivió en primera persona el vehemente proceso penal contra fray Girolamo Savonarola, que había perdió la protección del rey francés Carlos VIII.
En un juicio celebrado a puerta cerrada, sin defensor, fue excomulgado y torturado. Finalmente, condenado a morir quemado varias veces en una hoguera, hasta reducir sus cenizas, corría el año 1498.
Se cuenta, que aquella muerte, se llevó su estilo vivaz y alegre, que existía en la primavera, para dar paso al desasosiego con el que impregnó sus pinturas desde entonces. Y es que aquella ejecución hizo posible un antes y un después en Boticelli

1502 fue acusado en la Uffiziali di Notte, institución donde los ciudadanos denunciaban crímenes reales o imaginarios, por un acto de sodomía con uno de sus ayudantes
Murió en el año 1510.
                                          El nacimiento de Venus 
Su reputación póstuma disminuyó, siendo recuperada a finales del siglo XIX.
La Primavera de Botticelli
Las pinturas más famosas de Botticelli son la "Primavera" y el "Nacimiento de Venus".
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