Año 1940
La Cuesta de
los Ciegos, es un desnivel que hay desde la Calle de Segovia, hasta cerca de
Las Vistillas, que esconde una bonita leyenda, protagonizada por San Francisco
de Asís y originaria del Siglo XIII.
Cuenta la
leyenda que después de hacer el Camino de Santiago, San Francisco de Asís
llegado a Madrid, decidió instalarse en la zona de Las Vistillas. Allá por el
año de gracia de 1214
Y allí mismo
toma una decisión, construirse una humilde cabaña (lugar que en la actualidad
ocupa el templo de San Francisco el Grande, en el barrio de la Latina),
comenzando a vivir del buen corazón de los madrileños.
Todo mundo
quería a aquel ermitaño cuya casa, estaba abierta para todo el mundo, y en la
que se ofrecía ayuda sin esperar nada a cambio.
Cierto día
aprovechando que estaba cerca del Convento de San Martín, pide audiencia para
hablar con su prior. En su visita el santo llevaba una cesta con pescado como
regalo.
Dicho prior
correspondió ofreciéndole un frasco con aceite
Para
regresar a su casa, debía de subir una empinada cuesta en donde se encontró un
grupo de ciegos que moraban en el bosque.
San
Francisco untó los dedos en el aceite que le había regalado el prior y con él,
frotó los ojos de los ciegos que al momento comenzaron a ver.
Desde
entonces y gracias a este milagro, la gente comenzó a llamar a la empinada cuesta
“la cuesta de los ciegos”
Y como es de
menester, existe otra versión del origen del nombre: se debe a que un grupo de
ciegos
Coloquialmente
hablando, esta cuesta es conocida como la cuesta de Arrastraculos, ya que años
antes, estaba muy descuidada y tenía su riesgo para los viandantes.
Así mismo se
cuenta que los niños la utilizaban para deslizarse por la pendiente, y de ahí
viene este apelativo.
Recogida
información en:
El taco
calendario el Sagrado Corazón de Jesús