Pertenecía a Compañía de la Bahía de Hudson, de 1.322 t y 70
m eslora, de casco de acero, construido en Suecia en 1914.
Fue una de las
primeras embarcaciones que se empleó para el comercio de pieles con las
factorías esquimales del Mar de Beaufort. Además, distribuía víveres,
combustible y otras mercancías, haciendo escala en ocho factorías de la
compañía armadora.
Año tras año, el Baychimo, hacía el mismo viaje, hasta aquel
6 de julio de 1961, que partió desde Vancouver, en la Columbia Británica, con
una tripulación de 3
6 hombres, en la que fue su última travesía.
Tras descargar las bodegas en la isla de Victoria, puso rumbo
de nuevo a Vancouver, quedando atrapado en el hielo a menos de un kilómetro de
la costa norte de Alaska.
Ante la llegada de un temporal, los 14 hombres que se había
quedado para vigilarlo tienen que buscar refugio en la ciudad cercana de Barrow.
La tormenta duró dos días, después aquellos hombres
regresaron al lugar donde habían dejado al Baychimo, para su asombro el
carguero había desaparecido.
Tras varias semanas de exploración por la gélida zona en
busca del desaparecido navío, no encontraron ningún indicio que los llevase a
él.
Finales de noviembre, después de una fuerte tormenta de nieve,
azotase aquella zona, la Compañía de la Bahía de Hudson, propietaria del
carguero, ordenó detener la búsqueda, ya que, lo más probable era que se
hubiera hundido.
Sin embargo, el buque fue avistado en varias ocasiones días,
meses y años después de aquel acontecimiento.
1969 un cazador de focas inuit divisó a Baychimo, 38 años
después, abandonado en una banquisa, una capa de hielo flotante que se forma en
las regiones de los océanos polares. en el Mar de Beaufort, en el océano ártico,
a unos 70 kilómetros de Barrow.
Cuando lo encontraron descubrieron que el hielo lo había
dejado en muy mal estado, por lo que recogieron las pieles que transportaba y,
pensando que no tardaría en hundirse, lo abandonaron a su suerte y volvió a
desaparecer
Debido a la fama, que rodea a este carguero, las autoridades
de Alaska en el año 2006 pusieron en marcha una iniciativa para localizar al
conocido como “Barco Fantasma del Ártico”, pero no lo consiguen.
Durante décadas, exploradores, inuits y mercantes que
navegaban por la región divisaron en numerosas ocasiones su silueta, lo que le
valió una merecida reputación de barco fantasma.
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