Nacía en Jauja-Córdoba allá por el año 1805
Ya desde muy joven, abandonó su pueblo para incorporarse a la
realización de tareas propias del bandolerismo, seguramente se dirigiría a las
sierras gaditanas, con probabilidad, a las localidades de El Gastor o Torre Alháquime,
a las órdenes de su cuñado Francisco el de la Torre, que era hermano de su
mujer Jerónima Francés
Lo del apodo, el Tempranillo, no le viene de levantarse
temprano, más bien, se debía, a la edad que tenía cuando comenzó en esto de la
delincuencia.
Antes de tener cierta experiencia en asaltos y demás, o sea en
sus primeros años, militó en dos cuadrillas:" Los Siete Niños de
Écija" y de Don Miguelito Caparrota.
José María se haría rápidamente, célebre, allí, en el país de
María Santísima (Andalucía)por considerarlo, el prototipo de lo que debe ser un
bandolero: valeroso, avispado, diligente, atrayente y dadivoso.
Tuvo la suerte, de salir airoso en todas las empresas en las
que, tomase parte.
Gracias a que conocía las serranías, como a la palma de su
mano, logró dar esquinazo a la justicia, amén de dominar, todas las carreteras
del sur, incluso hasta el servicio de correos. Por pasar o peaje, a todo el
vehículo, que transitaba, por el camino, donde estaba, al acecho, cobraba una
onza de oro.
No le hacía falta abrir la boca, para pedir gente que
trabajase para él, con solo una mirada le bastaba, y a eso les ocurrió a las 40
personas, que acompañaban.
Encandilaba a las mujeres, con ese pelo tan negro, que hacía
resaltar más, aún, sus azules ojos. Boca grande, dentadura perfecta y manos
pequeñas.
Siempre era perfecto en el vestir: camisa fina, polainas de
cuero, y chaquetilla de terciopelo, con botones de plata. Parecía un dios,
montado sobre un caballo bayo.
El solía decir, que, a educación, ninguno de sus hombres, le
ganaban. Y tenía razón, diligencia que asaltaba, ayudaba finamente, a bajar del
carruaje a las damas que, en él, viajaban, a la vez que una vez vuelto a subir,
quedasen cómodas en sus asientos, siempre en el lado que no diese el sol… ¡todo
un detalle!
Jamás, de su boca salió un improperio, es más, su forma de
mirar, era casi cortés, una cortesía natural, que jamás pasa desapercibida.
- ¡Ah!, señora, expresaba, cuando le birlaba
alguna sortija, a una dama, mientras continuaba diciendo; una mano bonita no necesita adornos,
mientras que deslizaba la sortija en el suyo propio, al tiempo que le besaba la
mano, en un cuidado gesto, para hacer creer, que un beso, tenía más valor, que
la joya más valiosa.
Jamás desplumó del todo, a los pobres pasajeros de los
carruajes asaltados, siempre les dejaba algo suelto, para poder llegar al
pueblo más próximo.
Cierto día, un arriero que regresaba a su pueblo, acertó a
pasar por el lugar donde estaba el Tempanillo. Al arriero le seguía un
borriquillo, flaco, pelado, y casi muerto de hambre, que llevaba sobre su lomo,
una carga de pellejos. José María no pudo reprimir una carcajada el ver al
borrico:
- ¿Qué esperpento es
ese amigo?, ¿Estamos en carnaval para que andes así? - Amigo, contestó con tristeza, este bicho, por feo que sea,
es lo que me gana el pan, pues soy un desventurado y no tengo dinero para
comprar otro. - ¿Cómo? ¿y es este jumento
sucio lo que te impide fenecer de hambre ?, pues me parece que no te durará más
de una semana, toma...
Metió la mano a fajín, y del extrajo una bolsa que contenía
¡1500 reales! - ¡Y ahora fuera de mi vista! En una posada que encontrarás, más adelante,
podrás comprar un nuevo animal porque si otra vez te veo por aquí, con ese estúpido
y famélico animal ,vais los dos por el barranco -
de esa manera, el arriero no
podía evitar tener que comprar un nuevo jumento, mejor y más joven.
Si creen ustedes, que aquí termina el suceso, van apañados,
pues a la siguiente noche, los compañeros del Tempranillo, se llegaron a la
posada, le pidieron al vendedor, el dinero de la venta, y se lo entregaron al
Tempranillo, lo como ven, el dinero volvió a su dueño.
El mismo día de reyes del año 1832, en Grazalema- Cádiz, nace el
hijo del Tempranillo y de su esposa Jerónima José Hinojosa Francés, motivo por
el cual, el bandolero se decide a solicitar un indulto a su majestad Fernando
VII, quien se lo concede, con ocasión por la jura de la princesa Isabel, como
heredera del trono
Acto seguido, el rey le nombra Comandante del Escuadrón Franco
de Protección y Seguridad Pública de Andalucía, pasando de ser el Tempranillo,
a encerrar a los que antes fuesen sus compañeros.
Un año había pasado, ya, desde que comenzase su labor de
defensa de las diligencias, cuando atravesando, un camino por
Despeñaperros,
quiso el destino que se encontrase cara a cara, con el bandido conocido como
“El Barberillo”.
Después de instarlo a que no cometiese el atraco, él bandido
no lo tuvo en cuenta y acabó con su vida de un disparo.
Existe, cómo no, otra versión de los hechos, situando, al
antiguo bandolero, comandando un escuadrón de caballería para dar caza al
“Barberillo”, que se supone que está en u n conocido cortijo. Mientras tanto,
el cortijero asustado de lo que se le viene encima, le da su escopeta al
“Barberillo”, quien se sube al tejado, y cuando José María llega, le dispara
hiriéndole de gravedad
José María llegará con suficiente vida a Alameda, como poder
dejar escrito su testamento, falleciendo poco después.
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