TODO MADRID CALLE DE LOS MANCEBOS




Nos pude dar vergüenza que conozcamos más de otras ciudades, que de la propia nuestra. Aunque podemos tener en nuestro descargo,  si nuestra ciudad es una megaciudad, como es el caso de Madrid capital , claro que me estoy refiriendo a sus calles.

Hoy cogemos el metro desde Atocha y veremos las venas de Madrid desde este medio de transporte.


Nuestro destino es la calle Costanilla de San Andrés, una empinada calle en cuesta del Madrid de los Austrias, en el Distrito Centro, que sube desde la calle de Segovia, ensanchándose en la plaza de la Paja y llegando luego hasta
la plaza de los Carros.
Una vez allí, pegada a la iglesia del mismo nombre, en plena Latina, localizaremos una calle ondulante, se trata de la calle de los Mancebos. Unos metros más adelante, nace podíamos decir, una brevísima ramificación, es la calle Angosta de los Mancebos.

Aunque parezcan dos calles diferentes, debido al nombre, tienen mucho más que común que lo que puedan ustedes pensar.

Si estamos en la calle de los Mancebos, en su rótulo se puede contemplar dos hombres encadenados.

Por el contrario, si ahora estamos en la calle Angosta de los Mancebos, en su rótulo observamos como otros dos hombres, uno intentando coger algo de un tejado y el otro arrojando una teja, que se supone pertenece a ese trozo de tejado que se ve.

Bien, pues llegados a este punto, creo que les debo una explicación, ya que estas dos calles guardan un secreto, el que, a través de la siguiente historia, posiblemente dejará de serlo.

Para lo cual debemos unir los dos rótulos, colocando en primer lugar en el que, se arroja la teja, y, en segundo lugar, los dos hombres encadenados
Aunque no sepamos al cual hace referencia, si podemos llegar al meollo de la cuestión conociendo una desgraciada historia que estos dos tipos protagonizaron.

Tal y como refleja el cronista de la Villa , Pedro de Répide Gallegos, también conocido como Pedro de Répide y Cornaro, fue un escritor y periodista español, primer representante del Cuerpo de Cronistas Oficiales de la Villa de Madrid 1882- 1947 ,hace referencia a estos dos hombres “ que pasaron en esta zona los últimos días de su vida, encarcelados antes de ser ejecutados”.

¿Qué es lo que hicieron para estar encadenados?
Aquí cambiaremos la ubicación de los rótulos, el primero por el segundo, es decir primero los condenados, ya que estos dos hombres fueron acusados de ser los autores de la muerte del Rey Enrique I. ¿Y de qué manera? El segundo de los rútulos nos lo cuenta: después de lanzarle una teja desde la torre del Palacio Episcopal de Palencia.

La susodicha teja impactó en la cabeza del monarca, provocándole la muerte.
A continuación, son apresados y trasladados a Madrid para ser recluidos en la torre del Palacio de los Lasso de Castilla, una de las dinastías más importantes del Madrid medieval y que tenía su residencia en la
Plaza de la Paja. Allí pasaron sus últimas horas hasta que fueron degollados.

Enrique I de Castilla 


Nace el 14 de abril de 1204. Es Rey de Castilla 1214-1217
Su hermana Doña Berenguela, después del fallecimiento de sus padres, se hace con la regencia y pone a su hermano Enrique en manos de un caballero palentino García Lorenzo.

Tras permanecer algunos meses bajo la custodia de García Lorenzo, fue entregado por éste a su hermano don Álvaro, lo cual provocó la reacción inmediata de Berenguela, que tras recibir la noticia decidió negociar con la familia Lara, con el fin de evitar el estallido de la guerra civil.

Junto a Don Álvaro, Enrique I viaja a Palencia donde sufre un terrible accidente, mientras jugaba en el patio del palacio episcopal en compañía de otros niños de la corte. Así parece que, tras ser arrojada una piedra sobre una de las torres, una de las tejas se desprendió, cayendo sobre la cabeza del joven monarca, que inmediatamente quedó inconsciente, falleciendo 6 días después

Las Crónicas toledanas relataban así la muerte de Enrique I de Castilla ocurrida el día seis de junio de 1217:
"El rey don Enric trevellaba con sus mozos e firiolo un mozo con una piedra en la cabeza non por su grado e murió ende VI días de junio en día de martes era MCCXVII"
DOCUMENTO HISTÓRICO. La muerte de Enrique I de Castilla y la entronización de Fernando III (1217).
                 “Jugando el rey en Palencia según su costumbre con los niños nobles que le seguían, uno de ellos arrojó una piedra e hirió gravemente al rey en su cabeza, y de esta herida el rey murió en unos pocos días. Sacando su cuerpo de Palencia el conde Álvaro y los suyos, lo colocaron en una torre del castillo, que se llama Tariego.

                “Así murió el rey Enrique, antes de los años de la pubertad, en el tercero todavía no completo de su reinado, en el mes de junio.

                “Conocida la muerte de su hermano, aunque todavía no había sido divulgada, inmediatamente 
la reina doña Berenguela envió sus mensajeros, nobles y poderosos, Lope Díaz y Gonzalvo Rodríguez al rey de León, que entonces estaba en Toro, para que sacaran de la potestad paterna con cualquier fingimiento y cualquier trama a su hijo primogénito don Fernando, que entonces estaba con su padre, y lo llevaran a ella, teniendo el propósito como se mostró verdaderamente después de sucedido, de entregar al hijo mayor el reino de su padre, que pertenecía a la misma reina, puesto que era mayor de edad a las restantes hermanas y no sobrevivía ningún hijo varón del rey Alfonso.

                “Se afirmaba además que ésta había sido la voluntad del rey glorioso por cierta carta sellada con su sello plúmbeo, que había sido escrita en las Cortes habidas en Carrión y que fue encontrada en un armario de la iglesia burgalesa.

                “Los citados nobles, acercándose al rey de León, encontraron una útil simulación, por la que se hicieron cumplidores de su encargo, y condujeron al niño con mucha prisa a su madre, que aún estaba en Autillo. Útil fue en verdad la simulación para los castellanos, pues si no se hubiese procedido tan prudentemente hoy no tuvieran rey propio.”




div id="google_translate_element">