MUJERES QUE DIERON QUE HABLAR Camille Claudel






No es la primera vez que nos ocurre, que desconocemos grandes figuras femeninas, desde una investigadora, hasta una escultura, pasando por una inventora o una escritora.
Todo comenzó buscando en Internet una escultura para colocarla en un blog. Investigué varias páginas web ¡Y allí estaba lo que buscaba! Sakountala elaborada de mármol blanco sobre una base de mármol rojo, su autora una artista francesa de nombre Camille Claudel, concebida en 1886 y elaborada en 1905. Dicha escultura está en el Museo Rodin en Francia.1
1864 el 8 de diciembre, viene al mundo Camille Claudel en la ciudad de Fère-en-Tardenois (Champagne), norte de Francia).
Fue la segunda de los tres hijos del matrimonio formado por Louis-Prosper Claudel y Louise Athanaïse Cécile Cerveaux, tuvieron, en el que también destaca otro der sus hijos, el benjamín de la familia   el futuro poeta y diplomático Paul Claudel, quien tendría una influencia decisiva en la vida de su hermana.

A penas levantaba un palmo del suelo y ya disfrutaba jugando con el barro, a moldearlo haciendo sé que transformarse en los rostros de su familia, que se fue trasladando por buena parte del norte del país hasta que, en 1881, Louise Athanaïse, su esposa y sus tres hijos se trasladaron definitivamente a París

Y de una simple distracción Camille pasó a aquel elemento y más tarde a otros, para convertirles en una verdadera pasión, que no gusto mucho a su madre, pues deseaba una hija tradicional como se llevaba en aquella época: ser madre y mujer de sus casas 



A su llegada a París, consiguieron encontrar vivienda en el famoso barrio de Montparnasse, que por aquellos entonces ya destaca por ser una zona bohemia y repleta de estudiantes y artistas.
Su hermano siempre estuvo de acuerdo en que Camille se dedique a esculpir y a vivir de ello, y le pone en contacto con el escultor Alfred Boucher para que aceptase a su hija en su academia parisina, la Colarossi, puesto que en la Escuela de Bellas Artes no aceptaba mujeres entre sus alumnos




Durante casi tres años, Camille, trabajó a las órdenes de Boucher, hasta que, a mediados de 1883, éste marchó a Italia y, en su ausencia, pidió a un respetadísimo escultor, amigo suyo, que se hiciese cargo de sus alumnas. De esa manera conoció Camille Claudel a quien sería el hombre más importante de su vida: Auguste Rodin.
De alumna, pronto pasaría a convertirse en musa, para escándalo de una madre muy tradicional y el rostro de Camille pronto apareció en la obra de Rodin y de musa a amante, acompañando al escultor en reuniones artísticas de la capital.

Es cierto que su obra puede poseer formas rodinianas, pues Rodin fue su profesor, pero ella tuvo y puso alma a sus obras, consiguiendo alcanzar, sino superar el talento al famoso escultor.
La sombra alarga de Rodin llenaba de comentarios sus obras, con declaraciones tan desafortunados como aquellas que, las malas lenguas pronunciaban- No son de ella, son de Rodin – pues no les entraba en la cabeza que aquella hermosa y frágil joven, fuese capaz de crear esculturas tan hermosas como la de Sakountala.


 En cuanto a su tormentosa relación, estaba salpicada de humillaciones y mal trato psicológico, al que Rodin la sometía constantemente, como artista, exhibiéndose con otras mujeres ante ella, y, a pesar de que le prometió matrimonio en varias ocasiones (varias de ellas por escrito), nunca quiso abandonar a la que fue su más longeva compañera: Rose Beuret, madre de su único hijo, Auguste-Eugène, sólo dos años menor que Camille.

Las interrupciones, las crisis, salpicaron su relación, que al final acabó en ruptura ya que Rodin siempre había estado comprometido con otra mujer: Rose Beuret, con la que acabó casándose casi al final de su vida.
Se dice, se cuenta, que trabajo fue la mejor medicina que Camille pudo encontrar para aquella dolorosa ruptura, y que presa de los celos, tanto personales como artísticos, se dedicó en cuerpo y alma a la escultura, esta vez desde su taller propio en el  Bourbon, donde vivía y trabajaba en absoluta soledad. Entre 1899 y 1905 surgieron de aquel taller obras como “El Vals”, “El Pensamiento”, “La Ola” o “El Abandono

Comienza para Camille unos negros nubarrones en forma de crisis nerviosas, cada vez más fuertes, y un miedo constante a ser envenenada. Hasta qué punto y casi al borde de la demencia, la emprende a martillazos contra gran parte de sus esculturas, entre ellas una serie de bustos infantiles en los que parece ser que habría enterrado su frustración por no haber podido ser madre. Años atrás había perdido un bebé cuyo padre, Rodin, habría obligado a abortar.

Todos los síntomas indicaban que Camille padecía esquizofrenia, pero gracias a su padre, el único de su familia que siempre creyó en ella, se libró de ser internada en un manicomio como pretendían tanto la madre como los hermanos de la artista.

1913 su padre, fallecía y su hermano, estaba en la lejana China ejerciendo de diplomático y no pudo consolarla, ni siquiera salvarla de un trágico final que no tardaría en llegar de la mano de su progenitora y de sus hermanos, quien la hicieron ingresar en el sanatorio de Montdevergues, Las cartas descubiertas años después descubrieron a una mujer en su sano juicio que fue manipulada y maltratada por su entorno.

Sola y olvidada de todos, los que la amaron, de promesas incumplidas de amor eterno por parte de Rodin, de los que la odiaron, de los envidiosos de su gran arte, un 19 de octubre de 1943, tras treinta años de reclusión, que ella misma calificó de injusta fallece.

 Al entierro, nadie de su familia, ni los que dijeron ser sus amigos, asistieron, sepultada en una tumba comunal, del pequeño cementerio que pertenecía al manicomio, marcada únicamente con los números 1943-n392; sus restos nunca fueron recuperados, ya que, a la muerte de Paul Claudel en 1955, el cementerio había desaparecido debido a las reformas realizadas tras la guerra.

Si efectivamente, perdió o no perdió la razón, es algo que nunca podrá ser aclarado; lo único cierto es que Camille pagó muy alto el precio de querer ser libre, algo que hace tan sólo un siglo era completamente inconcebible e irrealizable, para una mujer, aunque fuese alguien con el talento y la fuerza vital de Camille Claudel.

Auguste Rodin había fallecido en 1917, y los que son las paradojas de la vida, mientras que su cuerpo, descansa junto a sus amada Rose, su alma, su obra, yace junto a la de su amante Camille Claudel. El Museo Rodin es el que recoge el número más grande de obras de la escultora.
Como en muchos otros casos, es más que probable que si Camille Claudel hubiera nacido hombre, otro hubiera sido su reconocimiento.
Recabada información en : http://www.mujeresenlahistoria.com/



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