El 11 de noviembre del 2018, se cumplirá
en centenario de final de la Primera Guerra Mundial. Durante los cuatro años
que duró 1914-1918, muchas historias de valor y coraje, de amor y odio, se han
producido.
Esta que nos ocupa, se puede integrar en
algo anecdótico sucedido en la Primera Guerra Mundial. Es la historia del
equipo femenino del Blyth Spartans, las ‘Munitionettes’
La palabra Munitionettes’ hace referencia
a las mujeres que durante la Primera Guerra Mundial trabajaban en las factorías
de munición británicas para fabricar armamento de cara al conflicto. Al estar
los hombres en el frente, las empresas y el gobierno tuvieron que ‘tirar’ de
mano de obra femenina.
No vamos a descubrir ahora América, si
decimos que era un trabajo duro y peligroso, porque estaban en relación constantemente
con el trinitrotolueno (TNT) y con el ácido nítrico, que afectó la salud de
muchas mujeres sufriendo en varias, coloración amarilla en la piel (por eso se
las llamó ‘canary girls’) y otras enfermedades graves del sistema inmune. Y
todo ello sin contar con el permanente riesgo de accidente o explosión.
Dejamos su labor en la fábrica para
centrarnos que aparte, debían de cumplir otras funciones que tenían su
importancia, sobre todo en un país en guerra: mantener el espíritu de la población,
lo más arriba posible
Para eso estaba el fútbol, como máximo exponente
del entrenamiento, aunque existía un hándicap, y era que la práctica de la
totalidad de los futbolistas profesionales estaba sirviendo a la patria. Así
que no se les ocurrió otra cosa, que organizar equipos de mujeres. El más
famoso de ellos fue, sin duda, el Blyth Spartans Munitionettes.
En el mes de agosto de 1917, varias las
trabajadoras de una factoría cercana, compañía en la que trabajan cargando
barcos con munición, se dispusieron a suplir a los hombres, creando el Blyth
Spartans Ladies FC, también conocidas como el Blyth
Spartans Munitionettes.
Un año después se crea competición crea a
la que se le da el nombre de Munitionettes Cup, en la que participaron 30
equipos femeninos. De todos, los equipos las Blyth Spartans eran sin duda, las
mejores.
Blyth Spartans Munitionettes, jugaban en
Croft Park, y empezaron a atraer a muchos espectadores. Los beneficios por la
venta de entradas se destinaban a obras de caridad relacionadas con la guerra.
Ríanse de la delantera del Real Zaragoza con:
Canario, Santos, Marcelino y la Petra, ellas tenían a Bella Raey, un verdadero
crac, pues ella solita en los 30 partidos jugados por su equipo, consiguió
marcar 133 goles.
Llegaron a la final para jugarla contra
las Bolckow-Vaughan de Middlesbrough. Este partido
se disputó en Ayresome Park ante nada menos que 22.000 personas. Bella Reay
anotó un triplete
Los hombres regresaron finalizada la contienda
y el fútbol femenino y las ‘munitionettes’ desaparecieron. Aunque ya la semilla
del fútbol femenino estaba plantada. Una huelga de minero en 1921, se organizan
varios partidos benéficos entre mujeres, entre ellas estaba Bella Raey, que era
hija de minero.
Siempre que pasa igual, sucede lo mismo y
no existe regla mejor para evitar que las mujeres siguiesen jugando, como la aparición
de unos supuestos y claro está, nunca demostrados, de que el fútbol era
perjudicial para la salud de las mujeres, la Football Association prohibió el
fútbol femenino en 1921. No volvería a estar reglado en Inglaterra hasta 1993.
El primer campeonato europeo se disputó
en Suecia en 1984, mientras que el primer Mundial tuvo lugar siete años más
tarde
De entonces, el fenómeno del fútbol
femenino ha estado en constante crecimiento, hasta el punto de que la final de
los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, entre Estados Unidos y Japón, atrajo a
más de 83.000 personas al estadio de Wembley.
Igualmente, no deja de sorprendernos,
casi 100 años después, que las mujeres, esté viviendo muy tenuemente, una experiencia
próxima a la vivida por sus predecesoras, atrayendo a miles de aficionados y titulares.
Y si antes hemos hablado de las Blyth
Spartans Munitionettes y de Bella Raey, ahora hemos de citar a Lily Parr quien
comenzó a jugar al futbol con sus hermanos. Lily Parr en el 2oo2 ingreso en el
salón de la Fama.
Lo que hace que este hecho, sea aún más
especial, lo logrado por un grupo de mujeres pionera, en un periodo, en el que parecía
imposible que se pudiese alcanzar tal
increíble éxito y reconocimiento.
Fue durante un tiempo, que las mujeres
desafiaron la actitud de la sociedad, elevando el fútbol femenino a cota
imposible de imaginar.
Casi 43 años, le tocó a la actual, generación
de futbolistas, conseguir una cifra récord de unas 40.181 personas a Wembley,
para un partido amistosos entre Inglaterra y Alemania, lo que refleja, el largo
camino que queda por recorrer
Ahora, por lo menos se sabe, hacia donde
se quiere ir y el camino a seguir, y que existió un periodo, en el que el mejor
jugador de fútbol fue una mujer de nombre Lily Parr, quien fue, como antes
citado, la primera futbolista en ingresar al Salón de la Fama en el museo
nacional de fútbol en Preston, 24 años después de su muerte.
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