MARÍA TERESA NOBLET MONJA MISIONERA



La monja misionera María Teresa Noblet, que ejercía su apostolado en la localidad de Papuasia – Nueva Guinea, entrará en el intricado mundo del misticismo y lo diabólico
Su vida fue un caso nunca visto, ya que, desde muy pequeña, de los males que padeció, se curó repentinamente.

Con 7 años tuvo una peritonitis aguda y no llegó a entrar en el quirófano.
Seis años más tarde, con 13 años, sufría de dolores raquídeos, (vertebrales), que iban acompañados de trastornos nerviosos, como: parálisis en ambas piernas que también le cogía el brazo izquierdo. Fue diagnosticada con el mal de Pott Dorsolumbar.


Espondilodiscitis tuberculosa. Mal de Pott. Los problemas más serios que plantea la tuberculosis espinal son la aparición de las complicaciones neurológicas y la cifosis, que en los casos infantiles es claramente progresiva.

Cuando contaba 21 años, una apendicitis, no la libró de recibir la Extremaunción, tenía 24 grados de fiebre y vómitos, nunca se llegó a saber el motivo de aquella apendicitis.

Una década después, una cistitis, que, como el resto de las anteriores dolencias, desapareció como vino
Año 1908 viaja a Lourdes. Una vez en Reins, ciudad del noreste de Francia situada a unos 129 km al este de París, la diócesis de esta localidad reconoció la curación total de la enfermedad de Pott Dorso Lumbar que María Teresa Noblet monja misionera, padecía.

SATANISMO
Lo cierto es que Teresa ya hacía referencia al demonio, mucho antes de partir como misionera hacia la Papuasia.

Una vez llegada del viaje, Satanás la dejó muda durante dos días enteros.
Las experiencias vividas por esta mujer, en cuanto al Maligno, hacen que se queden cortos los temas de ciencia ficción.

Un día cuando despertó al amanecer comprobó que el demonio les había atado a las barras de su cama, utilizando para ello, las trenzas de la monja.
Otras veces la flagelaba mientras la pisaba el cuello. También un día se dedicó a cogerla del sofá para arrojarla con violencia sobre la cama mientras le decía «¡Ah! ¡Así es como me obedeces!». Después la llevó al infierno a una velocidad de vértigo. Alí la atormentó enseñándole a los condenados y a las bestias inmundas que lo habitaban.

Se dice que el diablo no es astuto por ser diablo, sino por ser viejo, y he aquí que se le apareció adoptando la apariencia de un antiguo pretendiente de María Teresa, militar de profesión, quien le había pedido matrimonio.
Ella lo rechazó para entregarse en cuerpo y alma a Dios.

Sin embargo, el doble de aquel apuesto oficial se presentó en la Gineste (en francés un sustantivo y nombre), pero existe una zona llamada así. Decíamos que se presentó y solicitó permiso para hablar con María Teresa

Ella acudió y ambos estuvieron hablando un buen rato. Nada más abandonar la sala acudió al sacerdote para contarle lo que le había dicho, este corrió hacía el salón, pero no encontró a ser humano alguno. Solo un humo amarillo que, en forma de columna, ascendía hacia el techo.

El diablo podía adoptar la forma que quisiera, y así se transformó en un gorila, golpeándola y arrastrandándola durante varios días, y que solo desapareció, cuando la monja invocó a San Miguel Arcángel.

En otra ocasión, le atacaron un mono y dos perros; y más tarde, un caballo con ojos de fuego se arrojó sobre ella derribándola y pateándola sin la menor compasión.



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