Una serie de competiciones que son
deportes tradicionales escoceses, entre ellas la música, el baile y otras
actividades de entretenimiento y de ocio. Eso es lo que llevan los Highland Games
y que celebran cada agosto en Dunoon – Escocia, logrando reúnen en torno a ellos,
3.500 competidores y cerca de 23.000 espectadores, venidos de todo el mundo
Y es que los juegos de las Tierras Altas,
correspondiendo a Edimburgo las tierras bajas, o Lowlands, scot, donde
habitaban los sajones, normandos y anglos.
Mientras que en las Highlands se hablaba gaélico, y estaban pobladas por
tribus de origen mayoritariamente irlandés y báltico, llevan siglos formando
parte de la cultura escocesa.
El Cowal Highland Gathering (Juegos
de Cowal) se celebra cada agosto en Dunoon, Escocia, y son los Highland Games
más importantes; reúnen alrededor de 3.500 competidores y cerca de 23.000
espectadores de todo el mundo.
Parece ser que las raíces de dichos
juegos pueden remontarse al siglo XI, cuando reinaba en ellas el rey Malcolm
III, al que se le ocurrió una brillante idea, organizar una carrera hasta la
cima del Craig Choinnich, desde donde se ve la localidad de Braemar, con la
sana intención de conocer quien era el corredor más rápido para contratarle
como cartero real.
Lo que da motivo para pensar que este
presunto acontecimiento, fue el origen de los juegos modernos instaurados por
el barón Pierre de Coubertin, quien se dice que estuvo presenciando una exhibición,
sobre ellos, durante la Exposición Universal de París, corría el año 1889,
cuando ya pesaba en el retorno de los Juegos Olímpicos.
Ya en 1703, el Clan Grant organizaba
también unos juegos en los que había competiciones de lucha. No obstante, el
formato actual viene de la época victoriana, que se desarrolló tras la expulsión
de los gaélicos
Es a partir de 1800, cuando los
juegos comienzan a celebrarse con un. estilo similar al actual y hoy gozan de
tal popularidad que atraen a miles de personas e incluso se celebran en otros
países como Estados Unidos o Nueva Zelanda.
A no perderse, entre otros: el Throwing
the hamer que consiste en lanzar un martillo con palo de madera y una bola
esférica de piedra de 7 o 10 kg lo más lejos posible.
Veamos. El participante debe
colocarse de espaldas al campo de lanzamiento, luego hacer girar el martillo
sobre su cabeza para coger ritmo y lanzarlo a sus espaldas, pero, sin girar
sobre sí mismo. Uno de los participantes lo lanzó con tanta fuerza que el
martillo acabó en el río y tuvieron que ir a buscarlo (aquí no hay martillos de
repuesto).
Y el Tossing the caber. Al que se
debe el honor de ser, una de las pruebas más tradicionales y la más
espectacular.
Claro que ustedes se preguntarán que
el caber, sencillo, un tronco enorme que pesa casi 70 kg y mide más de cinco
metros. Los participantes deben cogerlo por la parte inferior entrelazando las
manos y apoyando todo el peso del tronco sobre el hombro. A continuación,
corren hacia delante tan rápido como pueden y lanzan el tronco hacia arriba.
El objetivo no consiste en lanzarlo
lo más lejos posible, sino hacer girar el tronco en el aire. Para imaginárnoslo
lo haremos que se parezca a un reloj, dejando que la parte superior del tronco indique
las 12 y la parte inferior las 6. El lanzamiento perfecto sería aquel en el que
el tronco hace un recorrido en el aire de 12 horas.
Lanzamiento de fardo (Sheaf toss): se
trata de un manojo de paja envuelto en un saco de cáñamo, de 9 kg para los
hombres y 4,5 kg para las mujeres, y que es lanzado verticalmente con una
horquilla sobre un listón elevado, como en el salto con pértiga. El desarrollo
y la puntuación de esta prueba son similares a los de la destreza mencionada
anteriormente.
Y por último el Maiden Leisg (del
gaélico-escocés, “Palo perezoso”): esta prueba de fuerza es disputada por dos
hombres sentados en el suelo con las plantas de los pies del uno contra las del
otro. De este modo, sujetan un palo entre las manos y tiran de él hasta que uno
de ellos consigue levantar al otro.
Ni que decir tiene, que no es
privativo en tema de esta clase de eventos, en la Tierras Altas de Escocia,
pues también en Canadá, Nueva Zelanda, Bélgica, Estados Unidos, Indonesia, República
Checa, Suiza, Hungría, los practican
Recogida
información en:
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