DESAPARICIONES LOS JACKSON WRIGHT




Corría el año 1975. Y los Wright habían metido las maletas y se dirigían a Nueva York, por lo que tendrían que dirigirse hasta la I-95 N

-Lo cierto que una hora y cuarenta y dos minutos, no es nada de tiempo, pero cuando lleguemos a Nueva York quiero reposar un poco antes de quedar con nuestros amigos-.

Jackson Wright asintió con la cabeza. pendiente de no confundirse como le ocurrió la vez anterior. - Fue un pequeño despiste -. Aunque aquel despiste le costó una soberana bronca.

Desde que habían puesto el coche en marcha hasta que se incorporaron a la I-95 N, habían trascurrido 17 minutos, aproximadamente.

-No me gustan nada el túnel Lincoln, me quedo medio sorda y la cabeza parece que me va a estallar-. 

-Pero Martha, sabes que es la única ruta que podemos tomar para llegar a nuestro destino -.


-Todo lo que tú quieras, pero sigo diciendo que no me gusta nada el dichoso túnel, me pone la carne de gallina. En cuanto entro dentro de él, se me encoge el corazón. Presiento que un día va a ocurrir alguna desgracia -. Jackson miró con disimulo a su esposa y pensó, para sus adentros que era una exagerada. - Bueno siempre lo ha sido, así que para que preocuparme -.

El cartel indicativo de los túneles apareció y Jackson volvió a consultar la hora en su reloj, regalo de la madre de Martha, a la que nunca consideró como una suegra, pues nunca interpretó ese papel. - Bien, 46 minutos menos que nos faltan para llegar-.

Dentro del túnel los coches circulaban con moderada velocidad.
-Tenemos que parar apenas veo por los cristales del parabrisas, nunca hemos tenido tanta condensación-.
- ¡Te ayudaré, dos terminan antes! -, dijo Marta con claras muestras de nerviosismo. Después abandonó el coche para dirigirse a limpiar el cristal trasero.

Jackson se volvió para decirle a Marta que no se esmerase, que con quitar el vaho ya no era necesario hacer nada más, pero…. Martha ya no estaba. No habían trascurrido ni dos minutos.

Cuando la policía llega al lugar donde se encontraba Jackson, este estaba desolado. - No escuché ningún ruido que me alertara, ni vi nada fuera de lo corriente. Lo cierto es que no sé qué pudo ocurrir.

Una investigación llevada a cabo posteriormente no logró encontrar ninguna evidencia de que Wright, hubiese matado a su esposa, o que la hiciese desaparecer.

¿Pudo haber sido así? Lo desconozco, he dramatizado una noticia muy escueta con tintes de misterio, pues así lo he visto




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