Estamos en plena estación veraniega, un 15 de
julio de 1968 en la localidad de Pedrosa de la vega, a unos 62 kilómetros de
Palencia capital.
Javier Cortés, acompañado por una cuadrilla de
obreros, se disponen a realizar un trabajo de allanamiento del terreno, de una
finca de su propiedad a la que llama La Olmeda, con el objetivo de facilitar
las labores de cultivo
Desde el comienzo, a primeras horas de la
mañana, todo parecía ir como la seda, hasta que…el arado tropieza sin previo
aviso, con los restos de una estructura maciza.
La jornada laboral finaliza y los obreros
abandonan la finca, solo dos personas se quedan en el terrero, el propio Cortés
y Avelino palacios, su amigo, ambos quieren investigar el lugar donde el arado se
ha encallado.
Ni Cortés ni Palacios, tienen la más mínima
idea, lo que aquella acción supondría para continuar completando la Historia de
Palencia y su provincia.
Al retirar la tierra aparece un muro de
piedra. Acto seguido, junto al muro, excavan unos 60 centímetros, que deja al
descubierto un pavimento de mosaico
"En un primer momento sólo vimos que se
trataba de un piso, pues el mosaico estaba cubierto por una delgada capa de cal
que impedía su visión. Sospechamos ya, de todas formas, que podía tratarse de
un mosaico, y así, en las primeras horas de la mañana del día siguiente,
volvimos a La Olmeda con algo para raspar, y comprobamos que, efectivamente,
era un mosaico".
Ahora sí que Javier Cortés, era consecuente
con el alcance de aquel descubrimiento, por lo que se dispuso a llevar a cabo,
todas las gestiones precisas para realizar una excavación arqueológica en La
Olmeda.
1969 recibe de El Ministerio de Cultura, el
permiso solicitado, corriendo personalmente con los gastos
En dicha autorización, el Ministerio reconocía
a Cortes como propietario del yacimiento, él a cambio, no se opondría a poner a
disposición de los investigadores, todos los descubrimientos que se hicieran.
La labor de investigación por expreso deseo,
de la dirección de los trabajos, recae en Pedro Palol, catedrático de
arqueología de la Universidad de Valladolid.
Por espacio de 12 años, se efectuó el
levantamiento y la conservación de los mosaicos, que salían a la luz, sin
cesar.
Para entonces era incuestionable que el
fortuito hallazgo de Cortés, no se trataba de un simple hallazgo, ya que ante
los ojos de las personas que trabajan en La Olmeda, veían, como ante ellos
emergía una magnifica y enorme villa rural romana de época bajo-imperial, con
diversas salas, corredores y pórtico.
Sus dueños, los siervos, esclavos
¿cuadras?,¿animales?, se habían esfumado, hacía la friolera de casi 2.000 años.
Y aunque ellos no resucitasen, lo hacía, parte de aquello que les rodeó en vida
allá en el siglo VI d.C
Posteriormente otros habitantes la ocuparon,
para volver a abandonarla. Es entonces cuando el tiempo corre el velo del
olvido, esta vez, bajo los 80 cm de tierra, de una tierra que todos habían
pisado
La noticia recorrió toda la provincia de
Palencia, y las visitas no se hicieron esperar, así que Cortes se ocupó,
personalmente de mandar construir unas casetas, que protegiesen los delicados
mosaicos , y en pequeñas cajas de cartón
por colores y tamaños las decenas de teselas(baldosas) que iban
apareciendo. Un laborioso trabajo del que Javier y sus compañeros acabaron
haciéndose expertos.
Según los entendidos, cabe la posibilidad de
que la actual villa, esté asentada sobre otra construcción del siglo I o II
d.C. y los restos de la actual serían del siglo IV, época en la que la moda
entre la nobleza romana, y que extendió con celeridad, era vivir en un entorno
rural, lejos de conspiraciones, asesinatos y posibilidad de suicidarse, si así
lo creía conveniente, el emperador de turno.
1980 ante la magnitud de hallazgos y la
extensión del yacimiento, que crecía sin parar, Cortes cede a la Diputación
Provincial de Palencia, la continuidad del yacimiento, quien, a partir de
entonces, se hará cargo de su conservación y gestión, así como la apertura al
público.
1996 la Villa es declarada de Bien de Interés
Cultural
Todo lo que en esta villa se puede contemplar,
que es mucho y diverso, nos lleva a conocer como fueron sus antiguos
pobladores. Sin dudar que es el Mosaico del Oecus(sala de recepción del dueño
de la casa), el que más llama más la atención de los visitantes, que
corresponde a una riquísima colección de mosaicos conservados.
El Mosaico de Oecus, está compuesto de doble
narración. La escena principal, colocada en el centro del mosaico, cuenta un
episodio conocido de Ulises en Skiros.
La leyenda habla del descubrimiento de Aquiles
por Ulises, cuando Aquiles oculto en la isla de Skiros, vestía trajes de mujer,
en el palacio del rey Licomedes
En el centro del mosaico, está Ulises quien
señala a Aquiles, por donde llegar a Troya, mientras que las hijas del rey
tratan de impedir su marcha pues saben de antemano que morirá en la guerra.
Y en la parte de debajo de dicho mosaico, se
pueden ver a un grupo de mujeres, al lado de la puerta del palacio Skiros,
intentando sujetar a Aquiles.
Nada impedirá que Ulises consiga que Aquiles
acepte su ofrecimiento, pues había recibido un oráculo en que le se decía, que,
si Aquiles no participaba en aquella guerra, la perderían
Por eso Aquiles acude a la Skiros, disfrazado
de comerciante de productos para las damas.
Ocultos entre la mercancía, lleva algunas
armas. Al verlas Aquiles no puede reprimirse y empuña el escudo mientras blande
su espada, despojándose de su ropa femenina.
A los griegos de aquella de aquella época, les
gustaba y les interesaba mucho, esas historias de la transformación entre
géneros, disfrazo, androginia interesaban y gustaban mucho a los griegos.
Aquiles, una vez descubierto, acude a Troya
donde lucha junto a Ulises.
Se conservan restos de lo que debieron de ser
los baños, con sus piscinas de agua frías y calientes, el gimnasio y las
letrinas.
Las canalizaciones de agua son originales y
aún están en uso. Estas cañerías, recogían el agua de la lluvia desde el
peristilo (patio central) para desalojarlo fuera de la construcción.
La villa que ocupa 4.400 m2, consta de 35
habitaciones, 26 de ellas con pavimento de mosaico, y una amplia zona termal.
La casa tenía un segundo piso y estaba
flanqueada por cuatro torres, dos cuadradas en la fachada norte y dos
octogonales en la sur.
Dormitorios, comedores y pasillos disponían de
mosaicos de temas geométricos y vegetales muy bien
Las investigaciones prosiguen en La Olmeda.
2012 se llevaron a cabo unas prospecciones
geomagnéticas sobre el terreno que han permitido crear un mapa de las zonas
inexploradas del yacimiento, indispensable para futuras excavaciones.
Seguramente, la villa romana de La Olmeda aún pueda esconder muchas sorpresas
que nos unan con el pasado de esta Villa.
Recabada información en:
http://www.nationalgeographic.com.es/
http://www.villaromanalaolmeda.com
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